No quiero morir. Robe a los más poderosos con un objetivo; costearme tratamientos rejuvenecedores. Ni haber nacido en la subcolmena me freno, tanto sacrificio desperdiciado.
No quiero morir. El silbato del comisario ha sonado, las filas de atrás me empujan. Avanzo con el rifle láser mientras grito: No quiero morir, los primeros cobardes dan media vuelta, sus collares explotan, sin sufrimiento, una buena muerte.
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Veo al enemigo, rostros marchitos asoman de armaduras estilizadas. No quiero morir, pero menos enfrentarme a esos sádicos, doy media vuelta y dejo atrás a los demás presos.
Sigo corriendo ¡Mi collar no explota! ¡Un milagro del Dios Emperador! Tropiezo y pierdo mi rifle. Da igual no pensaba en usarlo de todos modos. Me oculto tras un edificio derruido ah esperar a que finalice la batalla.
La batalla ha terminado, creo que sobrevivire. Se escuchan unos pasos y una figura deforme y ágil sonríe, sujeta entre sus manos una jeringa y un cuchillo.
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Esta criatura, no por favor. No hay ningún arma cerca, tomo mi collar y empiezo a gritar: ¡Explota, maldición! ¡QUIERO MORIR! ¡QUIERO MORIR!.
