II

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Desde el momento en el que te conocí, pude notar tu brillo, tu esencia, incluso la falta que te hacia recibir un abrazo, tanto que tu gozabas por darlos, pero no los recibías, sin embargo, brillaste entre toda la oscuridad qué pudo haber estado antes, qué no fui capaz de tocarte, de contaminarte con mi oscuridad.

¿Tenerte lejos era lo mejor?

"Si no lo tocas, no lo dañaras"

Siempre me repetía, se suponía que debía ser así, un ser tan resplandeciente como tú, debía mantenerse alejado del ser roto qué soy, pero lo prohibido atrae, y aquí estamos, tan cercanamente lejos, pude conocerte, fue como me di cuenta, qué tu luz es tan fuerte, qué a pesar de la distancia, lograste iluminar mi vida.

¿Es eso malo?

¿Llegará el día en que ya no sea digna de tu luz?

He estado tan acostumbrada al caos, que me había parecido normal hasta que apareciste.

La tranquilidad no era plena en mi día a día, una temporada se estaba bien, y otra, algún tipo de desastre se hacía presente, estar en paz era motivo de opresión en el pecho.

¿Será que estas causando otro tipo de caos en mí?

Siendo egoísta, espero estar provocando ese mismo caos en ti, ojalá necesites de mi silencio y mi brusquedad, como yo necesito de tu luz y tu actividad.

Así como necesito de tus manos y tú de mis muslos,
Como necesito de tu calor y tú de mis labios,

Como te necesito a ti,

quiero que me necesites a mí.

𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐭𝐞 𝐡𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐡𝐨 - [𝙴𝚗 𝚙𝚛𝚘𝚌𝚎𝚜𝚘] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora