Desayuno

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-¿Perdón por el atrevimiento de mi pregunta, pero... porque él? Parece que serias un excelente compañero para otras mejores personas- pregunto el señor D'Styles

-Siempre quise viajar por el mundo...y 90 libras al año- respondió Louis con simpleza y rio al ver la expresión de asombro de su acompañante. -Se que eso no le parecerá mucho, pero es mucho para mí.

-Supongo que la soledad no tiene precio.

- ¿Es curioso de cierta manera, no lo cree? Algunos disfrutan de estar solos mientras que otros necesitan a alguien para pasar el tiempo- Había una mueca de confusión en el rostro de Louis al preguntarle al señor D'Styles.

-Y, ¿Cuál eres tú?

-Mis padres, mis padres murieron entonces estoy acostumbrado a estar solo- Harry tenia el rostro serio y en total atención a las palabras que pronunciaba el castaño frente a él, pero al ver que venia el mesero una mirada divertida adorno su rostro al momento que quitaba el periódico de la mesa.

-¡Ah! Aquí viene tu desayuno.

-Et voilà. Une douzaine d'huitres- pronunció el mesero al dejar sobre la mesa el gran plato con 12 ostras.

Louis jugaba nerviosamente con sus manos arriba de la mesa al darse cuenta de lo extraño que había sido pedir ostras en el desayuno, y más al ver lo divertida que le parecía la situación al señor D'Styles.

-Siempre quise probarlas, así que...-se excusó rápidamente Louis con una mueca avergonzada y con las mejillas adornadas de un color carmesí.

-Pruébalas antes de que se calienten-alentó Harry, quien había agarrado una de las 12 que había frente a él.

Louis no sabía cómo se comían exactamente, pero al final lo resolvió. Hizo una mueca de desagrado al sentir el sabor fuerte de la ostra pasar por su garganta, pero no se quejó. Sabían realmente buenas.

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Los meseros se veían realmente cansados y susurrában los unos a otros en irritación. No quedaba nadie mas en comedor ni en la terraza a excepción de Louis y el señor D'Styles quienes platicaban amenamente en una conversación que parecía que podía durar toda la vida.

Louis, quien estaba sentado con sus manos entrelazadas sobre la mesa, reía al escuchar una de las tantas historias del señor D'Styles, quien se encontraba con su codo sobre la mesa y su mano recargada en su cara, quien le repetía 'enserio paso eso', riendo a la par del ojiazul.

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-Se lo agradezco, creo que nunca había hablado tanto en mi vida- respondió alegre Louis caminando a la par del señor D'Styles.

-No, fue impresionante- dijo con una sonrisa con hoyuelos en la cara.

-Y lamento mucho lo de las ostras, yo-

-No,no,no,no, estuvo bien- interrumpió mientras se acomodaba sus rizos. - El que debería agradecer soy yo, no me había divertido así en.. mucho tiempo. -pronunció con una sonrisa.

Louis solo sonrió en respuesta y de repente se formó un pequeño silencio entre ambos hasta que el señor D'Styles hizo una pequeña reverencia despidiéndose del más joven.

Y Louis claramente no se quedó embobado viéndolo mientras subía las escaleras rumbo a su habitación.

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Cuando Louis por fin llego a su habitación, cerró la puerta detrás de el y sacó el aire que no sabía que había estado reteniendo todo ese tiempo.

Recordando como el señor D'Styles quien se encontraba en las escaleras tuvo la intención de voltear a ver a Louis, como si este le hubiera querido decir otra cosa, pero se decepcionó un poco al ver como este retomo su camino de nuevo.

Al escuchar que había llegado, el señor Sheperd no tardó en quejarse de nuevo. Louis lo ignoró por un momento al escuchar como tocaban la puerta de la habitación. Al abrirla un empleado del hotel le tendió una nota diciéndole

- Una nota de la recepción- le entregó un papel doblado.

-¡Oh! Mercy, el señor se encuentra indispuesto, se la llevaré enseguida- agradeció Louis sonriéndole amablemente al joven frente a él.

-Es para usted caballero- musito él.

Louis con una cara de confusión volvió a agradecer al joven con un pequeño ''mercy'' mientras volvía a cerrar la puerta de la habitación.

-¿Qu-que querían?- pregunto débilmente el señor Sheperd, tumbado en la gran cama matrimonial de la habitación.

Louis rápidamente trató de contestarle algo que el tampoco sabia -Es de la recepción, quería-

Se callo abruptamente al ver en la nota una caligrafía suave y elegante. Esta solo contenía 6 palabras, pero sorprendió de sobremanera al castaño.

'Venga a dar un paseo conmigo'

Manderley |l. sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora