Prólogo

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Bajo la cobertura de la luz de una luna llena un niño de aspecto andrajoso deambulaba por las calles de la aldea shinobi más fuerte del mundo, apenas consciente el niño se obligaba a caminar y no detenerse, su respiración era agitada y soltaba leves quejidos sordos, cada paso que daba era un dolor incesante, sus piernas estaban muy dañadas, sus pies desnudos y fracturados le recordaban una y otra vez los sucesos de hace un momento, en su rostro una mirada de furia crecía sin medida que era acompañado por un dejo de traición y desprecio, bajo la comisura de su boca un hilo de sangre fluía con suavidad, el chico se apoyaba en las paredes dejando un rastro de su sangre al avanzar, su cabello de siempre vibrante y bello rubio era cubierto por barro y sangre, dándole una apariencia áspera y seca, sus mejillas llenas de suciedad y pequeños cortes le ocultaban sus características marcas que bien podrían pasar por vibrisas, sus ropas habían sido rasgadas apenas protegiéndolo del frío aire de la noche, en su cabeza miles de recuerdos torturaban su mente, las risas de aquellos que lo señalaban como un mero demonio, los gritos de aquellos que pedían su muerte, y las miradas de simple y llano desprecio y asco.

 ¿Cómo pudo creer que solo siendo amable y sonriendo todo el tiempo podría demostrar que no era aquel monstruo por el cual era llamado?, se sentía como un idiota, había tomado una decisión, no volvería a ser tan ingenuo, aunque si bien su mascara de sonrisas y alegría interminable pareció haber mitigado levemente la hostilidad de los demás hacia él, no era lo suficientemente efectiva, se sentía cansado, pero no era por el agotamiento físico o el dolor, si no por como era tratado en la aldea la cual llamaba hogar, quizás si se marchara de esta aldea podría quizás evitar todo este dolor y sufrimiento, estaba decidido, él se iría de esta pútrida aldea, no permitiría que lo siguieran maltratando

La voluntad de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora