capítulo tres

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Los pasos dejaban marca en la nieve. Antes de que pudieran tocar la puerta, esta se abrió, salió el mayordomo parado derecho, el adulto de la tercera edad puso los brazos para atrás—buenas tardes, señores —inclinó a modo de saludo.

—¡Steven, hace meses que no nos vemos!—Sanzu fue el primero en darle unas palmadas en el hombro con total entusiasmo. El anciano las aceptó con incomodidad.

Los demás sin mención se adentraron, Ryusei al último saludó al anciano con un asentimiento de la cabeza.

Por otra parte. Kisaki y Takemichi escucharon las múltiples voces de las visitas desde la oficina de Takemichi.

Kisaki se levantó abruptamente de la silla, Takemichi le miró con extrañeza.

—ya están aquí, se supone que se demorarían una hora más.

—a qué te refieres —se levantó de su cómoda silla de cuero —¿quienes vinieron?

Kisaki arrugó el entre cejo —qué carajos te sucede Takemichi.

—¿qué? 

—hace unos días estabas diciendo que querías ver a tu hijo, ahora niegas verlo, eres un imbécil —reprochó con molestia.

—eso ya lo sé, no tienes que recordarme —expresó apenado.

Cada minuto estar en ese lugar le ponía más y más nervioso, no reconocía nada, no sabía nada o a donde llevaba las conexiones del trabajo, esos papeles de diversas empresas no las podía entender nada. Hace poco solo trabajaba en una tienda de mangas y CD y, ahora se embargaba en un barco irreconocible de grandes negocios y demás empresas que no tenía ni idea como llevarlo a cabo.

Más ahora no puede procesar que tiene un hijo y supuestamente es con Kisaki, que es lo que ha hecho en su adolescencia para que esté con él, se supone que eran enemigos, se supone que se odiaban, se supone que su otro yo no era muy idiota para que llegue a enamorarse del tarado de Kisaki.

Necesitaba a Naoto o en cualquier momento se desmayaría de la presión que estaba sintiendo en estos instantes.

—a que exactamente viniste a mi casa ayer Takemichi —se notaba la molestia de Kisaki. Pero es que también no recordaba nada de la noche de ayer, tampoco del pasado, solo recordó el aver despertado en esa cama. 

—yo... no lo sé —se golpeó mentalmente. Sinceramente, era un idiota, porque no se le ocurrió algo para dejar el tema agobiante atrás.

—hace poco tiempo discutimos el tema del divorcio.

—¡¿DIVORCIO?!

El grito horrorizado de Takemichi hizo que todo el Lobby se quedara en silencio, el mayordomo se quedó a la mitad de servir el té a Rindou.

Ryusei le miró al mayordomo buscando alguna respuesta. —¿mi padre está en casa? —preguntó con un dejo de preocupación.

Steven carraspeó —así es joven Ryusei, me temo que ahora no le puede recibir, sus padres están en una conversación privada.

—está bien, no importa —posó su vista a la tasa de té que aún contenía el líquido caliente.

Kisaki en la oficina estaba echando humos por las orejas. Deseó que ese grito no haya llegado hasta el Lobby, para su desgracia así lo fue.

—¡cierra tu maldita boca! —espetó Kisaki con enojo. —¡hay invitados abajo! ¡Tu hijo te está esperando abajo!

Takemichi con el corazón en la mano se tapó la boca apresuradamente. Esto ya era atroz, ya no podía sorprenderse más de lo que ya estaba. Disimuladamente miró por el rabillo del ojo a la mano izquierda de Kisaki, este llevaba una argolla en el dedo anular, por un segundo le pareció muy bonito en su mano. Inconscientemente, también volteó a ver su mano, y el mismo anillo dorado bien pulido se posaba en su dedo anular maravillosamente, este puso una cara de espanto, su rostro se hizo más blanco que el papel, su pulso se aceleró y empezó a balbucear.

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⏰ Última actualización: Sep 25 ⏰

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METAMORFOSIS [Takemichi X Kisaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora