Corazón

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Después de tanto tiempo viajando con Inuyasha al fin Kagome tenía un descanso de más de 2 días en su época,  al ser ya exámenes finales le había pedido, o más bien exigido el quedarse en su época las 2 semanas que duraba la gran tortura a lo que el hanyou no pudo objetar puesto que recientemente había cometido un gran "error" según lo que el creía.
Una semana antes aproximadamente habían luchado contra el vil Naraku sin grandes resultados, saliendo Kagome herida levemente. Por esta razón decidieron regresar a la aldea de la anciana Kaede para descansar y reponer fuerzas para seguir en la búsqueda de los fragmentos de la perla, cosa para nada fácil, después de tanto tiempo ya no sentían la misma motivación,  ahora simplemente sentían odio en dirección a ese ser.
Al volver a la aldea Kagome descansaba en la cabaña de la anciana sacerdotisa cuando una de las serpientes caza almas de Kikyo apareció e Inuyasha sin dudarlo corrió tras ella para encontrarse con su amada. Claro que este sintió un leve remordimiento a causa de dejar a Kagome pero su necesidad de ver a la mujer de barro y hueso fue más fuerte.
Kagome lo había visto correr pero ya su corazón no dolía como antes y sus ojos ya no tenían lagrimas para derramar por un amor que nunca fue ni será,  ya que ella se había impuesto a di misma olvidarlo y sin darse cuenta lo estaba logrando gracias a la ayuda de alguien que jamás había pasado por su mente.
Ahora que estaba en su casa quería descansar incluso de las cosas locas que su mente le había pensar sobre cierto daiyokai al cual a estado observando más de lo que para cualquiera sería desinteresadamente.
Al llegar un domingo por la tarde saludo a su madre quien la abrazó y le sirvió algo de comer antes de preguntar cualquier cosa.

-Que bueno que viniste hija, ya te extrañaban, estuviste casi un mes con tus amigos-

-Lo se mamá, a sido difícil pero debía volver para los exámenes finales- suspiró derrotada -no es que me agrade la idea de ir a la escuela a esa tortura-

-Lo se, pero es algo que debes hacer pensando en tu futuro...-  Naomi no fue capaz de terminar la frase cuando un estruendoso grito se escuchó

-¡Hermana! ¿Que haces aquí?-

Kagome lo miro haciendo un puchero y le respondió con ironía.

-Pues esta es mi casa, ¿no?-

-Sabes a lo que me refiero- Sota solo bufó.

Después de comer y charlar con su familia sobre los días que le venían decidió ir a la cama después de un relajante baño, ya a la mañana siguiente comenzaría la batalla más desgastarse, presentar exámenes para los que no estudió nada.
Cuando acabó el baño se fue a la cama para "leer" un poco sobre lo que entraría en el primer examen que justamente era historia y nada menos que sobre la era feudal y los siglos siguientes.  Comenzó a leer y cada vez le parecía más extraño lo que había escrito en las páginas ya que ella misma vivía a diario cosas que en los libros no aprecián mas que como folcklore, sobre leyendas de demonios que gobernaban según los puntos cardinales, los tan llamados Lords.
Al leer esa pequeña palabra su mente viajo 500 años al pasado a una hermosa cabellera plateada que a la luz de la luna parecía blanca brillante, pero no era la de su amigo medio demonio sino un demonio completo de raza pura que pese a decir que odia a los humanos sentía que la desnudaba con esos hermosos ojos dorados cada vez que se encontraban.
Cerró el libro molesta y bufón para ella misma.

-Como entenderlo, a veces me habla como si fuera la peor escoria del mundo pero otras veces me observa como si quisiera hacerme el amor eternamente- suspiro -ni con Inuyasha sentí esto-

Ya agotada de tanto pensar en que haría decidió dormir, debía comenzar su gran batalla individual de donde ningún demonio podía salvarla.

Al día siguiente llegó a la escuela con tiempo suficiente para un repaso rápido, con lo que no contaba es que su cuerpo y mente la traicionaron justo en el momento que llegaban sus amigas. Distraidamente había escrito el nombre del daiyokai en la orilla de su cuaderno cuando Eri se acercó a saludarla efusibamente y notó el escrito.

-Kagome, tanto tiempo sin verte- Ayumi saludo mirando la extraña expresión en el rostro de Eri

-Eri, ¿que sucede?- Yuka pregunto tras Ayumi

-Kagome piensa en un chico- dijo riendo -miren, aquí lo escribio- mostró lo escrito por Kagome en su descuido.

Kagome sonrojada solo Cerró el cuaderno intentando ocultarlo pero sus amigas insistieron en que les contará quien era ese tal Sesshomaru. Después de intentar muchas veces sin éxito tubo que prometer que les contaría todo por la tarde en un parque cercano, era la mejor opción que tenía para sacárselo de encima un poco.

El examen de ese día pasó rápido pero lo que más la terminó atormentando fue pensar en que le contaría a sus amigas, como les diría que nunca estuvo de novia con "el chico revelde" y que al parecer le gustaba el medio hermano mayor de este. Pensó durante todo el día y sin darse cuenta las clases ya habían terminado, Eri la tomó del brazo evitando que se escapara y junto a sus otras amigas emprendieron el camino al "interrogatorio".

Después de unas horas Kag9me había logrado zafarse de la mejor manera, dejando al fin en claro que entre ella e Inuyasha jamás había pasado algo pues eran solo amigos, aunque si tuvo que explicar que él y Sesshomaru eran hermanos y eso encendió más las locas ideas de sus amigas que se formaron la gran historia de que Kagome conoció al hermano de su amigo rebelde y se enamoró perdidamente. La azabache para no seguir dilatando solo dijo que si a la mayoría de las suposiciones para así poder escapar y dirigirse a casa a estudiar.

Habían pasado ya 4 días de exámenes extenuantes en los que Kagome ya se sentía más derrotada que en sus batallas con Naraku, sentía que extrañaba algo y se sentía muy deprimida pero no lograba saber que era lo que le hacía falta.
Ya al fin el día siguiente sería viernes y sus amigas le habían invitado el sábado a un parque de diversiones para poder cortar un poco el estrés de los exámenes así que estaba bastante emocionada.
El viernes pasó igual que los días anteriores sin pena ni gloria y el sábado por la mañana al fin llegó. Se reunió con sus amigas a los pies de las escaleras del templo, pero lo que ella no sabía es que irían chicos también, le preguntó a Yuka aparte y despacio a lo que está le respondió que era una reunión de citas para salir a divertirse, por lo que habían invitado a su amigo Hoyo para que ella no estuviera sola, cosa que no fue del total agrado de Kagome en un inicio.

Pese a todo el día pasó muy divertido, disfrutaron mucho la salida entre amigos "parejas" y subieron a todas las atracciones que pudieron, al menos pudo olvidar por unas horas los problemas que dejaba en el Sengoku.

Ya estaba anocheciendo cuando llegó a casa pero algo se sentía extraño, no estaba segura al 100% pero algo había pasado. Se apresuró a entrar pero no estaban ni su madre, su abuelo o Sota así que se dirigió a su habitación,  entró sin encender la luz enseguida puesto que se estaba quitando la pequeña bolsa que llevaba colgada.

-Hueles a un apestoso macho humano- una voz calma y grave la hizo saltar en su lugar y mirar a la ventana donde estaba la silueta.

-¿Sesshomaru?-


*Hasta aquí el capítulo de hoy siendo este el primero, la verdad ya estoy escribiendo el segundo así que apenas este listo lo subo, espero les guste esta historia y por favor comenten si ven errores para arreglarlos enseguida o si les gusta para animarme a continuar.

No diré cuantos capítulos serán pero serán muchos, espero, si es que me motivo XD

Gracias personales por leer, adiós ñ.ñ*

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