Capítulo 2/2

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- La próxima vez que vengas, yo misma me encargo de que tengas otro compañero - Dijo Momo mirando fijamente la carretera. -También puedo ir sola - bufó Chaeyoung -Definitivamente no, te fuiste al extremo, necesitas compañía y no se habla más de esto - sentenció la japonesa.

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Se adentraron a la mansión Zhong, Chaeyoung sintió nuevamente ese escalofrío y se pegó más a su compañera. - ¿Qué descubrieron? - preguntó la mayor a otro forense que se encontraba en el área - El señor Zhong no se suicidó y al parecer, tampoco lo asesinaron. - y fijó su mirada en la coreana -Pero, eso es imposible; si no se suicidó y no lo mataron ¿entonces cómo explicamos que no esté respirando? - no estaba entendiendo nada - Quizá, un hecho paranormal - susurró la detective y el forense asintió lentamente. - Lo sabía, tenía que ver con algo paranormal - - Chaeyoung, los demonios no existen - -Que no los hayas visto no significan que no existan - y Chaeyoung se retiró de ahí dejando a Hirai impactada. 

Para Chaeyoung, el caso Zhong significaba mucho estrés. Lentamente se dirigió al patio del hogar y se permitió cerrar sus ojos, respirando el aire puro y fresco. Luego de un rato siente como alguien la abraza de la cintura y ella, pensando que era Momo, se dejó estar; brevemente el agarre empezó a hacerse más y más fuerte, su cintura dolía, asustada se dio la vuelta solo para confirmar que estaba totalmente sola.

- ¿Chaeyoung? - a lo lejos se escucha la voz de Momo, causando que la primera diese un pequeño brinco en su lugar y un grito no muy alto saliera de su garganta. - Momo, necesito contarte algo - con total seriedad la detective se acerca, en el fondo ya sabía para donde iba esta conversación -Algo raro me está pasando, es que no sé ni cómo explicarlo; he visto unos ojos café brillantes, escucho susurros, siento que alguien me observa todo el tiempo y hace rato - hace una breve pausa y se acerca un poco más a su compañera - Hace rato sentí que alguien me abrazaba de la cintura, pero llegó el punto donde me estaba doliendo y yo... - su contraria la abrazo viendo como esta estaba al borde de las lágrimas - Ni siquiera duermo, Momo. Siento que me estoy volviendo loca - suavemente Momo dejaba palmaditas en la espalda contraria - Ten calma, frijolito, vamos a ver qué te sucede porque loca no estás -

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Chaeyoung corría, su vida dependía de ello. En medio de una casa abandonada fue donde paró, su ropa estaba rasgada, como si un animal la hubiera atacado. Asustada fue a la habitación más cercana a ella dentro de aquel lugar, se encerró a recuperar el aire, creyó fielmente en que había dejado a esa cosa atrás... Oh Dios, no podría estar más equivocada; justo ahí fue elevada hasta el techo y lanzada violentamente a la cama, más pronto que tarde supo que no podría intentar escapar, sus pies y manos estaban atados en un abrir y cerrar de ojos.

- Oh Chaeyoung. Chaeyoung, Chaeyoung, Chaeyoung... - delante de ella se encontraban aquellos ojos cafés, labios rojos, piel de porcelana; sería hermosa, si no estuviera tan aterrorizada en ese momento. - ¿Qué quieres? ¿Quién eres? - Preguntó con la voz temblorosa - Si te lo digo tendrías poder sobre mí. Digamos que soy eso que se alimenta de tu energía, puedo provocarte dolor, pero, sobre todo, placer; y lo mejor, es que de ambas formas YO gano - dijo burlonamente para acercarse a Chaeyoung y lamer su cuello - Basta, por favor - lloró - Sé que te gusta - dijo delineando el cuerpo de la coreana con sus largas uñas y dejando pequeñas marcas en su estómago y muslos. Cuando menos se dio cuenta, Chaeyoung vio como los ojos cafés se volvían negros, venas debajo de estos y la contraria abrió la boca enormemente; lo único que supo después es soltar un grito desgarrador.

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- Mierda - dijo mirando su reloj, totalmente asustada. Se levanta de la cama lentamente, parece que un camión había pasado sobre ella. Se revisó al sentir un dolor punzante en los muslos, había marcas sobre estos y su zona íntima se sentía morir - No puede ser - aterrorizada se tomó de la cabeza recordando aquel sueño - Maldita hija de puta -

Líbrame del mal, amén. -MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora