Al día siguiente Camila decidió hablar con Paul, ya que el día anterior, lo dejo como tonto mientras se iba hablar con Lauren
Camila: no sé porque le sigo dando importancia a Paul, si estamos juntos por mi padre, no porque nos queramos, es más que obvio que ninguno siente nada hacia el otro
Camila llego al trabajo de Paul...
Secretaria: ¡Buenos días!, señorita, ¿en qué puedo servirle?
Camila: ¡Buenos días!, vengo a ver al señor Paul
Secretaria: ahorita está en una reunión, si quiere dejarle un mensaje yo se lo doy
Camila: No, solo dígale que lo esperare en el parque frente a Juilliard a las 3:30 p.m.
Secretaria: está bien, señorita, yo le informo al señor
Camila: por cierto soy Camila, que tenga un buen día.
Camila se retiró de las oficinas sin esperar la respuesta de la chica que la
atendió, regresando al hotel volvió a encontrarse con Lauren
Lauren: esto se está volviendo una costumbre, ¿No crees?
Camila: una linda costumbre de hecho-Creyó que solo lo había pensado-
Lauren: ¿Cómo dijiste?
Camila: Oh, no nada, no dije nada...
Lauren: si, lo pensantes en voz alta seguramente, pero si una linda costumbre. -
Dijo mientras le sonreía a Camila-
Camila: bueno lo admito, es lindo ver esos ojos cada mañana, debería suceder
también en Miami, lastimosamente no vives allá también
Lauren: Muy graciosa, Camila, muy graciosa.
Camila: ¿Quién dijo que eso era un chiste?
Lauren: no sé, solo digo que fue chistoso
Camila: ¿tienes tiempo?
Lauren: ¿Para que?
Camila: para que vayamos por un helado, yo invito
Lauren: aún falta una hora para las clases.
Camila: Bueno, acompáñame, yo no conozco mucho de aquí- mintió claro.
Lauren: bueno, cuando quieras puedo mostrarte la ciudad... a tres calles de
aquí hay una heladería, vamos ahí, si gustas