Chapter Ten

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╭┈─────── ೄྀ࿐ ˊˎ-╰┈┈┈┈┈┈┈➤ ❝ [El mayor acaricio su cabellito dejando mimitos logrando hacerlo dormir nuevamente pues los medicamentos que incluían su lechita le adormecian muy rápido nuestro adri se quedó dormido entre los brazos fuertes y protectores de leviantan...] ❞

Adri dormía tranquilamente entre los brazos de Lev, su brazo dolía al igual de que su cabeza, entrar y salí de su pequeño espacio era un proceso doloroso para su cabeza.

Aunque Adri quisiera que durar más en su pequeño espacio mental no puede, sabe que si lo hace significa problemas y problemas son golpes en todo su cuerpecito.

Adrián constantemente sufría de abuso físico y verbal de todos a su alrededor, desde sus papás biológicos hasta la misma universidad donde estudiaba, tales actos dejaban una marca tanto física como psicológica en nuestro pequeño Adri.

Adri no puede recordar que hizo para merecer tales tratos, tales abusos de todos... No logra comprender que hizo mal para que la mayoría de personas lo odien y le peguen... El no entiende como las personas pueden llegar a ser crueles con un niño en el cuerpo de un adulto.

Hace 14 años

Un pequeño Adri de 6 años caminaba hacia un parque donde vio a muchos niños de su edad jugar entre ellos, el limpio lo que pudo de su ropa para poder acercarse y quizá pueda jugar con ellos.

El pequeño Adri noto a todas las familias que había en el parque sintiéndose intimidado podía ver a muchos padres de familia también jugar con sus hijos y el no quería estorbar o arruinar el día de esas familias.

Adri se había escondido detrás de varios árboles donde nadie pueda verle y así nadie le pegaría por estar también en el parque, no fue hasta que una señora que frecuentaba ese parque con sus nietos lo noto escondido jugando el solito.

La abuelita no sabía que hacer dejo a sus nietos ir a jugar al arenero mientras ella se acerca al pequeño que estaba solito escondido detrás de muchos árboles – Hola pequeño, ¿estás aquí tu solito?

Adri se asusto, porque esa abuelita le estaba hablando con un tono suave en su voz – h-hoda señoda, hum... shi Adi Ati sholo... ¿me pegada señoda? (Hola señora, hum... si Adri aquí solito... ¿me pegará señora?)

La abuelita negó suavemente ante la pregunta del niño – No corazón, ¿por qué no vas y te unes a los demás niños? – la señora solo noto como el pequeño jugaba con las piedritas claro que había notado el estado de suciedad del pequeño así como los moretones en su carita y piernitas al ser tiempo de verano los hermanos de Adri solo le daban un short y una camisa de tirantes donde se pueden apreciar cada golpe y cada corte mal sanado.

– ño pedo... Etoy shushio... (No puedo... Estoy sucio...) – hablo el pequeño mirando a los demás niños y familias deseando algún día poder hacer eso tener papás que lo cuiden.

En ese pequeño lapso una madre de familia había notado a la dulce abuelita llegar con sus nietos, sin embargo no le había dado importancia hasta que noto que aquella amable ancianita estaba hablando con el niño que solo busca llamar la atención.

Rápidamente se acercó a los dos y de un solo jalón levanto al niño del piso lastimando su bracito debido a la fuerza – ¡¿Cuántas veces te hemos dicho que no andes en este parque?! ¿Que no vez que solo incómodas a los niños? ¡Respondé!

– p-pe-pedon... ño molete a ñadie... – antes de que Adri pudiera seguir hablando la madre de familia le había dado una fuerte bofetada haciendo que termine en el piso.

La abuelita indignada por el traro que estaba recibiendo el pequeño lo ayudo a levantarse y enfrentó a la madre de familia – ¿Pero que te ocurre?, ¿Cómo puedes tratar a un niño así?, No importa si es huérfano o vive en la calle nada te da el derecho de ponerle una mano encima a este pobre niño.

– Señora con todo respeto, todos los padres de familia estamos cansados de este niño que siempre viene aquí y arruina el ambiente familiar que hay en este parque – contradijo la señora a la abuelita quien solo frunció el ceño después la abuelita noto que el pequeño niño era el hermaniro menor de sus vecinos trillizos

La abuelita indignada de como trataban a su pequeño vecino, ella sabía que esa noche se escucharían golpes por más que ella y su nuera den aviso a las autoridades del maltrato que está sufriendo su vecinito no harán nada por ayudarlo.

– Me parece completamente injusto que le niegen el derecho a divertirse siendo un niño de seis años, en lugar de causarle más daño y dolor, deberías ayudarlo dándole solo un trozo de pan o una botella de agua. No llegar a gritarle, jalonearlo y pegarle.

La señora solo se alejo del lugar, ella había visto al niño rondar la escuela de sus hijos donde en uno de los salones había una butaca a fuera para ese mismo niño que acababa de abofetear.

– abuelita... ¿Esta todo bien? – la nieta mayor de la abuelita se había acercado a ellos Adri solo se encogió en su lugar teniendo miedo – Oh.. tu eres el niño que el profesor saco del salón..

Adri solo asintió jugando con el bordesito de su camisa de tirantes ya sucia de sangre y tierra, la abuelita y la niña se alejaron del niño despidiéndose tranquilamente el pequeño se levantó de su lugar sobando su bracito le había dolido como la señora le apretó su bracito pero el sabía que no más llegando a su casa uno de los trillizos le pegaría hasta dejarlo inconciente en el patio de la casa.

Y tal como dijo en la casa está a la señora del parque con su esposo hablando con los trillizos, el señor miro al pequeño con tristeza y cuando ya estaban saliendo de la propiedad pudieron escuchar los golpes y gritos de los trillizos, la niña hija del matrimonio miro triste la casa pues el era su compañero de clases.

– Mami... Adri, ¿estará bien? – la señora ignoro a su hija cuando le pregunto por el niño mientras el señor negaba suavemente – Papi... ¿por qué la gente es mala con el?

Mientras la niña se iba triste de aquella casa, el pequeño Adri estaba siendo golpeado por dos de los trillizos, uno le estaba dando golpes con el cinturón en todo cuerpo desde la cara hasta los pies, y el otro le quemaba sus bracitos con el cigarro que se está fumando.

Todo el vecindario escuchaba los golpes y no podía  hacer nada, más que al día siguiente tratar de curar al pequeño Adri a escondidas.

Al día siguiente el pequeño Adri se levantó a dolorito y con mucho dolor en su cuerpo se puso su uniforme manchandolo de sangre por sus heridas, al llegar a su escuelita el paso hasta el último, las maestras de ese lugar no le hacían daño a diferencia de si maestro que le gritaba y no servía para nada, que por eso siempre le iban a pegar por no ser útil.

– pequeño Adri.. ya habíamos hablado de lo venir a la escuela sucio.. – Adri bajo la mirada jugando con el borde de su camisa.

– Lo siento maeta.. la sange no pada de shalil.. – las maestras le dieron una manzanita a Adri para que comiera y su pancita no esté vacía todo el día pero Adri hacia una notita rápida con su letra de un niño que apenas está aprendiendo a escribir y se la deja al maestro

Maestro... Acepte la manzanita... ya no voy a entrar a su saloncito ya hay una sillita afuera para mí..

Actualidad

Nuestro pequeño se despertó intranquilo aferrandose al cuerpo de Lev, quien en algún momento se había quedando también dormido, haciendo que Adri se acurruque una vez más logrando que vuelva a dormir tranquilamente.

¿Soy su hermano? [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora