♡: [ 𝙎𝙞𝙙𝙣𝙚𝙮 ] ➯ 𝘏𝘢𝘯𝘬𝘯𝘰𝘸 𖡄

07

El cielo azul de Sidney era el escenario perfecto para una aventura en el Luna Park. Los colores vibrantes del parque de diversiones se extendían en un arcoíris de emociones, y el bullicio de la gente creando una atmósfera festiva. Minho, con sus ojos desbordando emoción, prácticamente arrastró a Han Jisung hacia la entrada, su entusiasmo era contagioso.

—¡Vamos, Han! ¡Mira todos esos juegos y montañas rusas! —Minho decía, sin poder contener su alegría. Estaba saltando de un pie al otro, con las manos señalando todos esos juegos que lo regresaban a su infancia.

Han, con una sonrisa tierna, observó a Minho. La actitud infantil de su compañero era encantadora y refrescante, siempre lo veía con una actitud más elegante, y verlo tan despreocupado le daba ternura. Decidió dejarse llevar por el momento y seguir el ritmo de Minho, mientras caminaban hacia la taquilla.

— Vamos a comprar los boletos primero, ¿sí, mi amor? —le dijo Han con suavidad, mientras le daba una palmadita en la espalda para calmar su impaciencia.

Minho asintió rápidamente, pero su emoción no disminuyó. Una vez que llegaron a la taquilla, se encontraron con una mujer detrás del mostrador. Ella tenía una sonrisa cálida y una actitud amable.

— Good morning! How can I help you today? —preguntó la boletera, mientras revisaba su pantalla con aire profesional.

Han se adelantó y, con un tono confiado y cortés, respondió:

— Good morning. We’d like to buy two tickets, for two adults — la boletera asintió y consultó la pantalla, ajustando sus gafas mientras procesaba la solicitud.

— Of course, Sir. Could you please give me your names? — Han se inclinó ligeramente hacia el mostrador, señalando a Minho con una mano amistosa.

— Yes, my name’s Han Jisung, and his name is Lee Minho. We’re foreigners, from South Korea — la boletera tomó nota de la información.

—Ok, could you please show me your passports or any other form of identification? — Han sacó dos pasaportes de un compartimento en su bolso y se los entregó a la boletera. La mujer tomó los documentos con cuidado, revisando las identificaciones mientras Han observaba con una sonrisa tranquila.

— Here you go, miss.

Minho, mientras tanto, estaba mirando a su alrededor con una mezcla de asombro y impaciencia. Sus ojos se movían de un lado a otro, absorbiendo cada detalle del parque. Cada risa, cada grito de emoción y cada destello de las luces de las atracciones parecía avivar su entusiasmo.

— Thanks, Sir. Wait a minute, please — dijo la boletera mientras tecleaba en su ordenador. La espera parecía interminable para Minho, quien no podía contener su entusiasmo.

—¿Han, cuánto falta? —preguntó Minho, su voz llena de expectativas y ansias.

Han le sonrió con paciencia y le acarició el hombro, disfrutando de la expresión de felicidad en el rostro de Minho.

— Solo un momento más, mi vida — le dijo suavemente—. Mientras tanto, ¿quieres que te cuente cuál es la primera atracción a la que iremos?

Minho asintió, su atención momentáneamente desviada hacia Han.

— Sí, ¡cuéntame! — exclamó, sus ojos aún brillaban.

Han se inclinó hacia Minho y, en un susurro conspirativo, comenzó a relatarle sobre las montañas rusas más emocionantes y las atracciones más populares del parque. Minho escuchaba atentamente, su expresión alternando entre sorpresa y entusiasmo.

Finalmente, la boletera levantó la vista y entregó los boletos con una sonrisa satisfecha.

— Thanks for choosing us. Have a nice experience at Luna Park! — Han tomó los boletos con una sonrisa y se los pasó a Minho, quien los recibió con una alegría contagiosa. Minho miró los boletos como si fueran tesoros preciosos y luego se giró hacia Han con una expresión radiante.

— ¡Gracias, amor! ¡Esto es increíble! — dijo Minho, abrazando a Han en un gesto de gratitud.

Han rió suavemente, sintiéndose feliz al ver la reacción de Minho. Tomó su mano y la de Minho, entrelazándolas con cariño.

— Vamos, amor — dijo Han, guiando a Minho hacia la entrada del parque.

Mientras cruzaban la entrada, Minho estaba casi saltando de emoción, sus ojos se iluminaban con cada nuevo color y sonido del parque. Han observaba a Minho con una sonrisa cálida, disfrutando de cada momento de su entusiasmo.

— Mira eso, Han, ¡es una montaña rusa gigante! — exclamó Minho, señalando con el dedo hacia una de las atracciones más altas del parque.

Han le siguió la mirada y asintió, su sonrisa no se desvanecía.

— Sí, es una de las más populares. Pero primero, ¿qué te parece si vamos a la rueda de la fortuna? — sugirió Han, sabiendo que sería una experiencia impresionante para Minho.

Minho se volvió hacia Han con una expresión de emoción renovada.

— ¡Sí, vamos a la rueda de la fortuna! ¡Quiero ver todo desde arriba!

Han y Minho caminaron hacia la rueda de la fortuna, y mientras lo hacían, Minho no dejaba de mirar alrededor con admiración y asombro. Cada nuevo juego y cada rincón del parque parecían ser una fuente inagotable de fascinación para él.

Una vez que llegaron a la rueda de la fortuna, Minho miró las cabinas con los ojos brillantes y una sonrisa amplia.

— ¡Esto es genial, Han! ¡No puedo esperar para subir! — Han le sonrió con ternura y le dio un ligero empujón hacia la fila.

— Vamos, tú primero. Disfruta cada momento.

Minho asintió, casi incapaz de contener su alegría mientras se acomodaba en la cabina de la rueda de la fortuna. Han se sentó a su lado, sintiendo una profunda satisfacción al ver la felicidad en el rostro de Minho.

A medida que la rueda de la fortuna comenzaba a girar, Minho miró hacia abajo y luego hacia el horizonte, dejando escapar un suspiro de asombro.

— ¡Mira eso, Han! ¡Se ve todo tan pequeño desde aquí!

Han observó a Minho, sintiendo una profunda conexión con él en ese momento. El día en el Luna Park estaba resultando ser exactamente lo que Minho necesitaba para escapar de la rutina, y Han estaba más que feliz de ser parte de esa experiencia.