Te lo explico

1 0 0
                                    

El cosquilleo comienza, desde los dedos hasta el cuello. La respiración ya no es continua, los sentidos ya no son realistas. La mirada ya no enfoca, la razón se desvanece. Los ruidos se alejan, el único ritmo que suena es el latido, es más fuerte que cualquier grito. La distracción no distrae, y lo que se evita más se nota, la música ya no ayuda, ahoga. La garganta se encierra, el aire no entra. Los ojos no arden, pero casualmente se empañan en cuestión de segundos. El dolor del corazón quiere ser sentido en el exterior, no más que una pequeña herida para hacerte entrar en razón. Las palabras no se escabullen de donde se encuentran atrapadas, se sabe que la mente trabaja, quien no colabora es la voz, esa solo permanece en tu cabeza, aislada de una manera o otra. Los pensamientos poca ayuda dan, el contacto mucho rechazo causa, cuando es lo que más crees que necesitas. La razón vuelve, después de lo que podría ser una eternidad, el tiempo no pareció ser largo, solo agobiante. El aire pasa, los dedos se sienten, el alrededor se siente y no sé disocia. La realidad por fin es verdad.

ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora