ɴᴇᴠᴇʀ ᴇɴᴏɢʜ | ᴋᴀɪɴᴇꜱꜱ

The

"Me enamoré hasta de las letras de tu nombre, de tus defectos, de tu supuesta ternura disfrazada de frialdad. Eso me atrapó, me enloqueció aquello que también marcó mi perdición"

[N]

Me costó admitir que me "enamoré" de alguien que nunca se enamoró de mí.

Traté de olvidarte, pero estabas rondando en mis sueño, era difícil resistir la tentación de no llamarte y pedirte que regreses, mandaba audios llorando y mensajes insistentes, me sumergí en ciertos licores para olvidarte, no era mayor de edad para llevar ese tipo de conductas, te agradezco que dejaras de contestar, porque aunque me costara admitirlo; me acostumbré a ti y no podía dejarte ir, el hecho de que me ignoraras fue lo mejor para ambos.

Era tedioso ver a las otras parejas besarse, nunca me diste la oportunidad de hacerlo, me apartabas y decías que no querías hacerlo en público, tampoco lo hiciste cuando estábamos a solas, ¿tanto asco te daba?, tenía muy presente que no me amabas del todo, seguro fue muy duro para ti intentarlo.

Sabía que si le daba vuelta a la página, todo habría terminado, quería decir que estaba bien, pero no, no pude hacerle frente a nuestra separación en su momento como me gustaría, teníamos, un ayer, un hoy, pero nunca un mañana.

Y aunque me doliera, si lo seguía arrastrando más tiempo mis heridas nunca sanarían, decía que te amaba, dudo si me amaste, pero ahora estoy bien con eso.

Todos nuestros recuerdos juntos los mantendré mientras viva, cuando nos encontramos por primera vez quise tenerte siempre junto a mí, es un recuerdo que no podré borrar.

Un dolor entró en mis costilla, tus ojos que me hacían sentir que era amado se desviaban hacia otro lado, era más que obvio, no gustabas de mí, pero me reconfortaba tenerte a mi lado, era lo único que deseaba en ese entonces, que te quedaras siempre.

Intentaba no extrañarte, te recordaré como a una película llamada: todas las razones por las cuales no deberías forzar las cosas.
Era verdad, todo empezó a ir mal desde que me negué a aceptar un NO por respuesta, era tan intenso contigo, seguro no te dejé ser feliz en todo ese tiempo.

Tus palabras de amor eran tan vacías, se notaba que te incomodaba que intentara tomar tu mano, me empujabas bruscamente, no me importaba que me gritaras, que me dieras golpes o jalaras mi cabello, estabas conmigo y eso estaba bien para mí.

Cuando tomaste mi mano por primera vez lloré, tu tacto era frío, ese lindo toque me hizo pensar que todos los maltratos eran secundarios y que valían la pena.

Me sentí culpable de que me dejaras, creí que te burlaste de lo nuestro, asimilándolo mejor, el único culpable de esto fui yo, ambos cargamos con cierta responsabilidad, dije que me engañaste, tú decías que yo te obligué a estar en una relación, nos atacamos para no quedar mal frente a nadie, queríamos destruirnos y hacernos todo el daño posible.

Tal vez en otra vida haría que te quedaras conmigo y me amaras de verdad, para así no tener que decir que fuiste tú el que se marchó.

Cuando éramos amigos me trataste bien, en realidad eras la primera persona que me trato así, sonreíste y dijiste "¿Te sientes solo?, sí te sientes solo ven conmigo, así seremos dos solos juntos"

En ese entonces podría jurar que eras una buena persona.

Cuando descubrí lo que hiciste lloré como no tienes idea, tomé tu rostro entre mis manos con la intención de que me miraras diciéndote "Dime cuánto me amas aunque sea mentira"
No me importaba que fuera mentira, en absoluto.

Salías cada noche y arrastrabas todas tus palabras buscando una excusa sin ningún sentido, tenía tantos sentimientos por ti, pasaba por alto todo lo que hacías con tal de tenerte a mi lado, apartando la vista con la intención de ignorar que él estaba ahí, porque estaba tan asustado de que fuera verdad lo que presentía.