El médico acomodó los documentos para leer los resultados, mientras Fyodor esperaba ansioso, Chūya nervioso y Dazai bastante tranquilo, con Ryū dormido en su regazo.
— Las pruebas de paternidad determinaron que el señor Dostoyevski es el padre biológico del niño, con un 100% de compatibilidad. Dazai-san no es compatible en absoluto.
— ¡Se los dije! El niño es mío. ¡Gracias, doctor!
Fyodor había armado una algarabía nunca antes vista. Una vez salieron de la clínica, se aproximó a Dazai para intentar arrebatarle al niño de sus brazos. El castaño se negó y Ryū se aferró a él.
— Ahora dámelo. Es mi hijo y tengo derechos.
Chūya sonrió.
— ¿Derechos dices? Fuiste tú el que me abandonó cuando supo del embarazo. Ni siquiera quisiste conocer a Ryūnosuke. ¿Crees que me quitarían al bebé para dártelo a tí? ¿Te sientes bien, rata?
Hablaba Chūya con seguridad, dejando sorprendido a Osamu, quien se entrometía poco al no ser su asunto. Dazai sólo cuidaba de Ryū mientras Chūya intentaba controlar la situación.
— De maravilla. Ryū-kun lleva mi sangre, y por ende, me corresponde tenerlo...
— ¡Deja de decir tonterías, Fyodor! Soy el padre maternal de Ryū, en otras palabras, su madre Omega. ¿Acaso no conoces la Ley de custodia que existe para padres Omegas? Más en nuestro caso, si peleas a Ryū, yo gano. Los bebés hijos de Omegas no pueden estar separados de sus madres tanto tiempo, es fundamental para su sano crecimiento.
— Está bien, entiendo. Me iré, pero volveré un día y aún así pelearé la custodia de mi hijo.
Finalmente, Fyodor se alejó y dejó a la pareja en paz y tranquilidad. Ryūnosuke bostezaba y pedía pasar de los brazos de Dazai a los de Chūya para poder dormir. Quería sentir su calor y la conexión especial que tenían los dos.
— Mami... Dolmi con mami...
Agitaba sus bracitos hacia el pelirrojo, quien hizo un gesto de desagrado y soltó un ligero gruñido para tomar a Ryū en brazos y acurrucarlo en él.
— Sí que eres molesto, Ryūnosuke.
Ryū recargó su cabecita en uno de los hombros de Chūya, cerrando sus ojitos. El Omega sonrió y palmeó con delicadeza la espalda del menor, acariciando también su cabellera.
— Chūya, Ryū no debería escuchar esas palabras.
— No importa lo que diga, Dazai. Le transmito a Ryū mis sentimientos dejando al lado las palabras. Si él sintiera mi odio, ni siquiera tendría el valor de sentirse protegido conmigo o de dormir en mis brazos.
El castaño sonrió también y pasó uno de sus brazos sobre los hombros de Chūya, a manera de abrazo. Caminaban juntos como familia hacia la casa de Chūya, un lugar donde el pequeño bebé azabache podría dormir cómodamente.
— Chūya... No importa si Ryū comparte o no lazos sanguíneos conmigo. Yo... Siento a Ryū como mi propio hijo y lo amo como tal.
Pasaban por las iluminadas calles nocturnas de Yokohama, disfrutando el paisaje. Un parque de diversiones se encontraba justo al lado derecho, dónde se podían ver a las familias disfrutando a sus hijos y conviviendo con ellos.
— Algún día, cuando Ryū crezca un poco más, lo traeremos al parque.
Añadió Osamu, sin poder borrar la sonrisa en su rostro.
— Dazai, yo... Lamento que Ryū no sea tu hijo biológico. Si quieres, podemos tener un bebé juntos y...
— Lo tendremos, pero más adelante. Cuando Ryū no necesite tanto de tu atención, en ese momento podemos concebir un bebé. Un hermanito para Ryū.
Chūya se ruborizó con la propuesta. Sintió como Ryūnosuke se movió para acomodarse mejor, y apretó su camiseta con sus puños.
— Tienes razón... Ryūnosuke me necesita, nos necesita a los dos. Sigue siendo un bebé después de todo... Un bebé que he tratado como no se merece y le he dicho cosas horribles. Es mi hijo, pero es hijo de esa rata asquerosa...
— Shh, calla, Chūya. Imagina que Ryū es mi hijo también. Ama a Ryū. Ryū te ama.
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RYŪNOSUKE'S LOVE [SOUKOKU/OMEGAVERSE]
ФанфикEl Omega Chūya Nakahara tuvo un bebé cuando estaba en noviazgo con Fyodor Dostoevsky, un Alfa que lo abandonó nomás se enteró del embarazo. Ahora Chūya odia tener que cargar con el hijo del Alfa que lo abandonó, pero su pequeño Ryūnosuke lo adora y...