Casino Royale : Las Nevadas

𝐂𝐡𝐚𝐫𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈 :

“Welcome to Las Nevadas”

🎰

Alex jugaba sus cartas, él se encontraba en el casino de su propiedad, el gran casino " Las Nevadas ". Estaba ganando mucho en ese negocio, no del todo legal, y por eso no quería dejarlo. Ese juego era realmente adictivo, además de ser algo tarde ya, le encantaba ese dinero sucio, era fácil y divertido.

En aquel casino, la estafa, el arreglo de juegos, el sicariato, el ajuste de cuentas, el  consumo de sustancias ilícitas y la venta de las mismas eran algunos de los tantos delitos que se cometían en esta red de casinos. En este lugar la mayoría de socios eran solo personas de alto nivel, por así decirlo, ya que ahí podías encontrar desde políticos y policías corruptos hasta jefes de la mafia y distintos asesinos que ofrecían sus servicios de sicariato.

El chico sacaba las fichas de su bolsillo, el póker era divertido, pero aún más si sabías que ibas a ganar. Él había apostado una generosa suma de dinero al número 7, ese era su número de la suerte. No era su primera vez en ese tipo de lugares, su padre lo había empezado a encaminar en ese tipo de negocios desde que tenía 16 años, puesto que su progenitor llevaba años en el mundo del juego ilegal. Así fue como él llegó hasta su posición actual.

Para la sorpresa de todos (nótese el sarcasmo), ganó. Qué curioso que él siempre lo hiciera. El chico azabache recogió su premio, lo cual hacía que el resto de jugadores lo mirarán a regañadientes.

Todo seguía de lo más normal hasta que se empezaron a escuchar sirenas de policía a lo lejos, todos empezaron a correr, la policía los había descubierto.

Se sintió un gran golpe, la policía había derribado la puerta. Estaban irrumpiendo en el lugar, de una forma no muy cautelosa disparando a toda persona que intentase huir.

Alex tomó su maletín con la ganancia del día y comenzó a adentrarse en el lugar intentando perder de vista a las autoridades en medio de ese maravilloso caos.

- ¡¡ALEX!! - El nombrado dio la vuelta para ver a uno de sus " amigos " tirado en el piso, rogando porque alguien lo sacara de aquel rincón detrás de una mesa pool, en la que se estaba refugiando, puesto que tenía una herida de bala en una de sus piernas.

- Por favor, Alex , ¡ahgg! - el hombre se quejaba del dolor en su pierna.

- Por favor, te lo ruego, llévame contigo, sácame de esta mierda. - Aquel hombre rogaba por ayuda.

- Jhonathan, creo que ya deberías saber que el rol de un rey es solitario. - decía el chico carcajeándose y observando con altanería, a medida que se alejaba, viendo cómo el nombrado le gritaba rogando por ayuda.

Alex por su parte, se escabullo por la entrada trasera del edificio llegando así hasta el estacionamiento donde Charlie, uno de sus mejores amigos, lo esperaba arriba de su auto,  un audi A5 cabrio de color rojo.

- ¡VÁMONOS YA! - Le gritó Alex entrando rápidamente en el auto. Charlie pisó el acelerador al máximo acatando de esta manera la orden de su amigo.

- ¡Ahg!, ¡Mierda!, estas alimañas son difíciles de perder. -Exclamó algo irritado el rubio de lentes que iba al volante, puesto que ya había doblado en varías esquinas y pasado por varias intersecciones y aún así, ninguno de sus intentos por perder a la policía resultó victorioso.

- Creo que es hora de pedir un poco de ayuda, Alex. - Exclamó Charlie con la vista concentrada en el camino.

- Está bien - Nuestro protagonista sacó rápidamente su celular de su bolsillo para llamar a un amigo que los podría salvar.

- Will, Nos das una mano?? -

- Claro, que avenida?? -

- Avenida Oxford , rápido, haz tu trabajo. -

Will se encontraba en lo alto de un edificio apuntando con su sniper, Charlie le dijo de antemano que se preparará ya que tenía un leve presentimiento de que algo podía pasar. El castaño veía por la mira de su arma como sus amigos se acercaban a alta velocidad siendo perseguidos por la policía, él solo esperaba el momento exacto para efectuar el disparo, porque este podría ser decisivo.

Se preparó, apuntó y disparó.

El plan era dispararle al oficial de policía que conducía la patrulla más cercana al auto de sus compañeros, haciendo que esta se detuviera bruscamente causando así un accidente, en el que el resto de patrullas que venían detrás chocarán, creando un gran caos del cuál, ellos se podrían aprovechar.

Y así como lo planeó, logró su cometido.

- Gracias Will, te debo una. - Dijo Alex al chico británico por medio de su teléfono móvil.

- Me debes más de una, Alex - Exclamó entre risas el de ojos ámbar mientras guardaba su arma.

- ¿Qué tal si para cobrarte una, me vienes a recoger? -sentenció retirándose de la azotea, bajando por la escalera de emergencia.

- Está bien, vamos para allá. - fueron las últimas palabras por parte del pelinegro para finalizar la llamada y pedirle a Charlie que diera la vuelta para ir a recoger a su otro amigo.

El final es solo el comienzo…

Continuará…