Cuando tendió su mano me sentí extraño, la tomé...
Fuimos al baño, remojo un pedazo de papel que después pasó por mi nariz & por el rastro que había dejado la sangre, cerraba los ojos, disfrutando del tacto, disfrutando de la protección que me hacía sentir él, pero tenía que ir a clases.
-Perdón por lo que he causado.- Tomé su muñeca haciéndole entender que parara.
-No te disculpes.- Bajó sus manos, terminando aquel gesto.
-Tengo que ir a clases...
Unos días más & termino la medio superior, a pesar de que aún no tengo trabajo, apuesto me irá bien.
Las horas pasan muy rápido, ir de un salón a otro me quita tiempo, llevo calificaciones regulares pero no soy un matado.
Me salto la última clase, quería salir temprano, & no quería ver a mi agresor desgraciadamente algunas clases me tocan con él.
Me dirijo a la salida, por unos breves momentos recuerdo la suavidad de aquellas manos & aquel olor tan fresco que desprendía su ropa, llevo mis dedos a mi cara e imito aquel recorrido que él hizo.
Miro por la ventana del metro, recordando lo que sucedió en la mañana, recordando a aquel chico.
¡Demonios!, no le pregunté su nombre estaba tan preocupado por llegar a clases que se me olvidó.
Ultima estación, por favor bajen. Este metro dejará de dar servicio.
Siempre dicen eso, pero nunca dejan de dar servicio se me hace curioso como juegan con la gente.
Voy caminando hacía una de las tiendas, tengo ganas de un jugo de mango, cuando entro está aquel chico amable que me ayudó en la mañana, comprando un cigarrillo.
-Uhm...-Pareciera como si yo solo estuviera allí pues cuando acabé de producir aquel sonido volteó hacía donde yo.. .
