03.

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-Iván comenzó a acompañar a Rodrigo hasta su casa todos los días, y en varias ocasiones se quedo allí a pasar el rato, ya sea jugando en la play, en la compu o divirtiéndose con "juguetes anti estrés" que el castaño guardaba en una cajita.-

ㅡ¿Y este como se usa?-Saco una bolsa con espuma dentro, que si la apretaba se sentía genial.-

ㅡDeja mis juguetes, no te los presto...

ㅡDale, un ratito nada más, por favor.

ㅡNo...-Miro a Iván a los ojos.-Bueno... Esta bien, solo un ratito... Pero no toques al perrito.-Señaló un juguete de perro salchicha que se estiraba.-

-Iván creía que a veces Rodrigo era algo extraño, que decía cosas raras, que sus comportamientos eran raros, pero aún así le gustaba, y ni siquiera tenía alguna idea del por qué Rodrigo le parecía tan especial, más allá de la belleza del castaño, Iván no solo admiraba su belleza, admiraba su forma de ser, cada parte de él era la favorita de Iván, por más raro que le pareciera a él o a los demás, era lo que lo hacía unico.-

ㅡOkay, lo prometo.-Tomo otro de los juguetes y se quedo observando a Rodrigo, quién miraba atentamente un punto fijo mientras movía sus manos de un lado a otro.-¿Qué pasa?

ㅡ¿Mmh? nada.-Miro hacia el tele mientras seguía con su movimiento en las manos.-¿Qué están dando?

ㅡNo lo se, nunca veo tele.-Miro algunos de los juguetes algo preocupado, ¿por qué Rodrigo tenía tantos? ¿por qué miraba siempre a un punto fijo? ¿por qué movía sus manos y sus pies de esa manera? nunca se quedaba quieto, se balanceaba todo el tiempo, Iván estaba sospechando de que Rodrigo tenía algo, pero no sabía el qué.-

ㅡIván, Ger dijo que el me quería acompañar a casa, así que...

ㅡNo, él no... ¿Cómo me aseguro de que cuidara bien de vos? no, yo te he acompañado durante dos semanas, y yo soy más fuerte que Ger, por ende, yo te defiendo mejor.

ㅡSi pero decile vos, a mi me da algo de pena decirle que no... Es que el es mi amigo, y vos...

ㅡ¿Yo no?

ㅡMmh... No sos mi amigo porque... Bueno, ¡vos no me lo pedís!

ㅡ¿Debo pedirlo?

ㅡ¿Querés ser mi amigo?

ㅡBancame, yo te lo pido, ¿querés ser mi amigo?

ㅡSí, sí quiero.-Le dio un pequeño y muy corto abrazo, para luego alejarse rápido. Bueno, según se tiene la creencia de que todos los autistas odian el contacto físico, no es cierto, algunos lo aman, era el caso de Rodrigo, fingía no gustarle el contacto físico, pero cuando tomaba confianza era ultra cariñoso.-Iván, ¿por qué Tristan me sigue? ¿y por qué decís que es enfermizo?

ㅡEs un hombre mayor, siguiendote a tu casa, solo porque sos menor y te ves aún menor, lo que significa que es un pedofilo... Y la verdad es que investigue con mi papá y bueno... Hay algunas cosas que si te cuento ya no vas a querer verlo más.

ㅡYo creí que me veía mayor... Pero, encima el profesor es re lindo, no es justo, si tan solo hubiese sido un alumno y no el profesor... Es que el me gusta mucho...

ㅡBien, te diré algo que hará que no te guste más... El viene de una escuela de Brasil, fue profesor allí tres años y en esos tres años estuvo con cinco chicos, dos de dieciséis, uno de quince, y los últimos dos de trece y doce, ¿entendés eso Rodrigo? doce años, doce putisimos años y lo violo.

-Rodrigo miro a Iván unos segundos y luego bajo la mirada, se sentía asqueado y estúpido, no se había dado cuenta antes de lo asqueroso que era este tipo, porque había caído en sus encantos, estaba embobado, completamente enamorado de un hombre horrible, y no lo pudo ver antes. Y es que le gustaba tanto que había estado cegado, sin siquiera pensar en que si le llegaba a gustar a su profesor sería pedofilia, para el era una ilusión, pero no era algo bueno, y el lo sabía, solo no quería verlo.-

ㅡSoy un estúpido...

ㅡTranquilo...-Se acercó un poco más a él y extendió sus brazos.-

ㅡYa no quiero verlo más, es una basura...-Abrazo con fuerza a Iván.-

-Ahora Iván se sentía mal, siempre vio a Rodrigo siendo tan fuerte, en los únicos momentos en el que se mostraba débil era cuando un ruido le molestaba y este se tapaba los oídos con desesperación, o las veces que lo molestaron unos chicos más grandes, pero ahora veía a Rodrigo llorando en sus brazos con miedo, casi temblando.-

ㅡYa esta, al menos no alcanzo a hacerte nada, además... Muchos estamos dispuestos a defenderte de todo y todos, sobre todo yo, te voy a defender siempre.-Acarició su cabello tratando de transmitirle calma.-

ㅡMe siento mal, me siento algo sucio...-Se sentía alguien sucio al gustar tanto de una persona así, aunque claro, ahora que sabía que el profesor era un pedofilo entonces ya no le gustaba ni siquiera un poco.-

ㅡNo te tenes por qué sentir así, él si, él es el hijo de puta... Y vos sos lo más bueno que hay.

ㅡ¿Yo lo más bueno? siempre te trato mal...

ㅡPorque yo trato mal a todos...-Suspiró.-Pero ya no soy así, lo juro... Bueno, lo intento.

ㅡSi realmente te puedo cambiar entonces seré tu amigo para siempre... Así no le pegas a más gente y sos buenito...

ㅡBueno, entonces yo te prometo que cambiare, y... Tal vez podamos ser algo más que amigos...

ㅡ¿Mejores amigos? uhm, difícil, ya tengo uno.

ㅡ¿Vos siempre sos tan... Inocente?-Rió.-Bueno, no importa.

ㅡ¿Inocente por qué?-Lo aparto, ya no quería seguir ese abrazo porque comenzaba a agobiarlo.-

ㅡPorque... Nada Rodrigo, sos lindo y tierno, vos no te preocupes por nada.

ㅡDale decime qué dijiste.

ㅡNada.

ㅡDale, por favor decime.

ㅡY dale con que va a llover.

ㅡNo dije que iba a llover... ¿Va a llover?

ㅡNo, no dije que hayas dicho que iba a llover, es solo un decir.

ㅡ¿No va a llover?

ㅡNo...

ㅡ¿Y para qué lo decís?-Bufó molesto.-

ㅡEs un decir Rodrigo...

ㅡNo lo entendí, lo siento.

ㅡTranquilo.-Tomó su mochila.-Ya son las ocho, me tengo que ir, mañana podemos ir juntos a la escuela, te paso a buscar.

ㅡBueno, dale... Pero tenes que pedirle permiso a mi papá.

ㅡLo haré por la mañana.-Acarició su hombro.-Chau Ro, descansa.

ㅡ¡Chau!

Bully. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora