Prólogo

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Las hermosas Estrellas de Outertale brillaban en el aquel espacio infinito, cautivando a cualquiera y dando paz a cualquiera que lo visitará.

Observando aquel espectáculo magnífico se encontraba un monstruo esqueleto de color azabache, con algunos huesos de color rojo y con símbolos de error flotando a su alrededor, estaban llenos de cicatrices en todos lados, cada hueso tenia aunque sea una marca o cicatrizas.

Tenía una mirada melancólica en sus cuencas rojas, mientras miraba aquel cielo estrellado hermoso, que siempre cautivo y facino a aquel esqueleto.

Unas marcas azules caian de sus cuencas como si fueran lagrimas.

La sangre y el polvo estaban sobre el... ¿Era un asecino? Si, lo era... pero aquella sangre no era de inocentes o por lo menos esta vez.

Esta vez era su propia Sangre y polvo.

Aunque aún no estaba muerto (Para su mala suerte)... lo había intentado matar demaciadas veces y nada había resultado, incluso el había intentado muchas cosas para acabar con su vida.

¿Apuñalarse?
Ya lo había hecho.

¿Cortarse las venas?
No las tenía al ser esqueleto... pero se había cortando los huesos de la muñeca, estas habían sangrado pero nada había resultado.

¿Electrocutarse?
¡También! Demonios, incluso había dejado que otros lo electrocuten pero nada había funcionado nuevamente...

¿Había intentado otras cosas?
Claro que lo hizo... se ahogó a si mismo, se tiro de la punta de un edificio, de arriba de un avion, lo quemaron, le rompieron los huesos de todas las formas posibles... pero nadie lo pudo matar.

Y te preguntarás... ¿porque?

Fácil y sensillo.

Porque este esqueleto era conocido como Error, el Dios de la Destrucción, como era un Dios, no podía morir o mejor dicho... Fate no lo dejaria morir...

¿Quién es Fate te preguntarás?

Fate es el Dios creador de este multiverso, el dios del destino... el que maneja los hilos de todos los seres vivientes de este mundo, el que convirtió al destructor en lo que era hoy en día... El que lo arranco de su hogar para que pudiera ser el juguete de masticar de su hijo primogénito y al que favorecía de todas las formas.

Ink...El dios de la creación.

-Narra Error-

Mire con mis cuencas cansadas el cielo infinito y lleno de estrellas de OuterTale, su AU favorito.

Mi mente estaba llena de pensamientos de tristeza y melancolía, era culpa de aquel creador, estaba condenado a este... y obligado a ser odiado y repudiado por todos, ya que era el "villano" o así lo catalogan todos, a pesar de que si no cumplía su trabajo todos morirían.

El hijo favorito de Fate, Ink, desde que se le creo, se la paso llenando el Multiverso de AU's... sin tener conciencia de que el multiverso tenía un espació límite y si no fuera por el, que impedía que los AU's colicionaran, destruyendo las copias o los que no estaban terminadas, todos estarían muertos. Pero a nadie a los demás no les importaba esto o mejor dicho...

Solo unos pocos sabian.

Ink olvidó la enseñanzas de Fate sobre los límites del multiverso. Y el Dios Bastardo de Fate en vez de darle una lección a su hijo mimado, prefirió arrancarme de mi mundo... borrarme los recuerdos de mis amigos y familia; y lanzarme al Anti-Void donde se volvió loco con el tiempo, con las voses de Fate insultandole y gritándole, como nunca hizo con su hijo favorito. Le grito cual era su trabajo y su proposito, torturandolo casi hasta que por fin pudo aprender a hacer portales y salir de aquel infinito blanco silencioso que llamo hogar, aunque ni siquiera al salir de ahi dejaba de escuchar su voz...

Una oportunidad de Vivir (Versión nueva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora