Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1

431 25 4
                                    

Cuando era niña me preguntaba por qué Dios abandonaba a ciertas personas en su momento más débil. Un pensamiento bastante preocupante para una niña de siete años ¿Verdad? Pues si. Eso me ocurrió en el funeral de mi madre, con el cajón abierto. Allí fue cuando perdí una luz importante en mi. No lloré ni una lágrima, estaba demasiado en shock. Supongo que era demasiado pequeña para caer en la cuenta que jamás la volvería a ver de nuevo.

Pero no todo fue algo malo, tenía a mi padre. El siempre estuvo conmigo en las buenas y en las malas. Desde la muerte de mi madre fue mi refugio, mi lugar seguro. Por más que su trabajo ocupase mucho tiempo, siempre tenía unas horas para estar conmigo. Por más de el estrés que le daba ser jefe de policía, él siempre estaba allí dándome una sonrisa y dándome el beso de las buenas noches. Estoy muy agradecida con él.

Ahora tengo diecinueve años y las cosas cambiaron un poco hace varios meses. Mi padre venía más cansado, más estresado. No podía decirme nada ya que era algo privado que todavía no había salido en las noticias, pero pasó. Resultaba ser una orden y captura de los dos narcotraficantes más buscados del país, los famosos hermanos Kaulitz. Debo de admitir que no tenía ni idea de ellos hasta que salió mi padre en las noticias dando un informe de busca y captura para los mismos. Habían estado traficando demasiado, asesinando y robando. Era el combo perfecto para cadena perpetua.

Me daba algo de lástima mi padre, ya no era tan joven como antes así que habían cosas que no podía controlar. El tiempo.

Yo, por otro lado, tenía mis propios problemas. Cómo decidir una carrera que estudiar, no podía quedarme sin hacer nada. Necesitaba un título para ser alguien en esta vida y, además, hacer sentir orgullo a mi padre. Pero estaba en blanco, no sabía que hacer de mi vida. De igual forma mi padre afirmaba en apoyarme por sobre cualquier cosa que decida hacer.

Todo era tranquilo y perfecto, hasta que canté victoria muy rápido. Lo último que recuerdo es haber estado en el auto de mi padre dirigiéndonos a un restaurante de 24hs. Mi padre había salido muy tarde y lo único que quería hacer era pasar tiempo conmigo. Íbamos riéndonos y contando cosas graciosas. Entonces ocurrió, un disparo que impactó en la rueda izquierda del vehículo haciendo perder el control del mismo. Comenzó a rodar una y otra y otra vez hasta frenar en un descampado. La sangre de mi padre y la mía corriendo por mi frente, mi vista borrosa y el olor a gasolina fue el mayor recuerdo que me quedó.

Desperté tres días después en el hospital, asustada y sin saber dónde estaba. Una enfermera me atendió avisándome de lo sucedido. Mi única preocupación era mi padre, la persona que más amaba. Yo desperté, él no lo hizo. Resultó ser que él había sido el más afectado ya que la bolsa de aire para accidentes no funcionó, la mía si. Mi corazón volvió a latir cuando la enfermara me dijo que no falleció, que se encontraba en coma y no sabrían cuando despertaría, pero aún así, el dolor del pecho no se fue.

En ese momento sentí nostalgia, ese dolor, esa presión y ardor. Era la misma que sentí cuando me dijeron que mi madre había fallecido.

Estaba sola, sin madre y con un padre en coma que no sabía cuando iba a despertarme. Los días siguientes a esos no comí, caí en una etapa depresiva en la cual no salía de mi habitación. Mi tía Emma estaba demasiado preocupada e intentaba animarme de mil formas posibles, pero nada.

Comenzaba mejorarme, pero de nuevo lo mismo. Siempre que todo comienza a salir bien hay algo que la caga. Ese era mi caso.

Ahora mismo estaba en la comisaría sin poder creer la noticia que me habían dado. Simón, la mano derecha de mi padre, fue quien me la dió.

- ¿Nyx, has escuchado lo que dije?- Su voz me hizo salir de mi transe.

- Repítelo.- Él suspiró.

- El accidente fue causado, fueron ellos.- Sacó una carpeta de un cajón dejándome ver las fotos de ellos.- El es Bill Kaulitz, el que lleva el mando de este grupo de narcos.- Apuntó a la foto de un chico con pelo negro y mechas blancas.- Él es su hermano gemelo y mano derecha, Tom Kaulitz. Ambos manejan todo esto. Tu padre llevaba el mando de búsqueda y captura de ellos.

Rᴇᴠᴇɴɢᴇ Tᴏ Dᴇᴀᴛʜ || 𝘉𝘪𝘭𝘭 𝘺 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora