Eduardo
Ya casi va a anochecer, estoy recostado en mi cama,tengo muchas cosas pendientes, mis tareas, arreglar mi cuarto, y ayudar a mi mamá en algunas tareas, pero no logró centrar mis pensamientos en nada,todo es un caos dentro de mi cabeza, por la simple razón de siempre.
Estoy perdidamente drogado.
La cabeza me da vueltas y no logro manter quietas mis manos.
A veces me pongo a pensar en mi vida de antes, hace tres años, cuando yo era un chico aplicado, solía tener muchos amigos, ir a muchas fiestas,pasar tiempo con mi familia... la conexión que tenía con mi hermana,las cenas con papá y mamá... papá no sabes cuánto te hecho de menos,todas esas cosas que ya no están, que solo es pasado, todo eso que arruine.
Estoy empezando a tener hambre así que apartó todo pensamiento triste y me encamino a buscar algo de comer, justo cuando voy bajando me detiene la asquerosa voz de mi padrastro- Ya hiciste lo que debías o es que hasta para eso vas a hacer un drama .
-Apartate, solo voy a bajar por algo de comer .
-Ed ¿estás bien?.
Odio que me diga Ed solo papá podía usar ese apodo conmigo,solo el.
-Claudio apartarte, estoy cansado.
-Estas drogado de nuevo verdad, no puedo creerlo, no aportas nada a esta casa ¿y estás cansado?, de un vagabundo lo entiendo, ¿pero tú? no tienes problemas tienes demasiado tiempo libre para pensar en mierdas sin importancia, te hace falta un trabajo para que...
No lo dejo continuar, lo aparto bruscamente para bajar rápido las escaleras, tomo mis llaves y salgo de casa, no tengo ni idea de a dónde ir, tengo los nervios disparados y siento que la droga y tantos sentimientos encontrados están empezando a hacer efecto.
Entonces solo una persona pasa por mi cabeza.Más que una persona, unos ojos.
Sus ojos.
Bera.
Reacciono por instinto y me encuentro tocando el timbre de su casa. No sé en qué estoy pensando, no se por que la estoy buscando y tampoco se que diré cuando abra la puerta, no se si quedarme aquí o simplemente darme la vuelta e irme.
Soy un cobarde.
Si lo soy, me doy la vuelta y cuando empiezo a caminar...
-Vooooy.
La escucho al otro lado de la puerta y solo puedo pensar en lo jodidamente tranquila que es su voz, en lo mucho que puede llegar a calmarme el verla.
Cuando ella me abre la puerta noto que tiene una pijama de elefantitos, una playera tallas más grandes y se ve grandiosamente linda,aún que probablemente sea la droga que me tiene alucinando juro que justo hoy sus ojos tienen un brillo distinto, uno de esos que son como un destello, así como las estrellas, su cara es de confusión al verme y lo único que pienso en hacer es en besarla, no se de dónde sale este instinto pero por respeto a ella y por qué no se cómo reaccionaria si lo hago me resigno y lo único que hago es abrazarla y aún que ella parece confundida me devuelve el abrazo.
Un abrazo que me transmitió una calidez indescriptible, un abrazo que me translado a cuando era niño, no tenía preocupaciones, y me tiraba en mi cama a ver por horas la televisión mientras mamá me picaba frutita, un abrazo que me llevo a casa, pero no a casa de esas dónde hay un techo y cuatro paredes, no,ella me llevo realmente a casa.-¿Paso algo?- Dice rompiendo el silencio tan cómodo que habíamos construido.
Ay Bera no me preguntes por favor-Si.
-Entra.
Ella se aparta dejándome entrar a su casa
-No habrá problemas con tus papás.-Le pregunto antes de entrar lo menos que quiero es estar en más problemas dios mío solo dame paz
-No están en casa,casi nunca lo están.
Puedo ver en su rostro un rafagazo de tristeza entendiendo que es algo que le lastima,así que no hago más preguntas. Una vez que entro me guía hacía la cocina y me siento a observarla sacar algo del refrigerador
-Tal vez no quieras contarme pero tenemos algo pendiente.- dice con una sonrisa mientras esconde algo detrás de ella- NUESTRO HELADOOOO
Casi me río por lo emocionada que parece pero realmente no tengo ganas de hacerlo
-¿Ese es nuestro plan para la noche?.
-Podemos ver una película si te apetece.
-Me apetece pero solo si me dejas elegirla.
- Te compartiré de mi helado me toca elegir la película.
-Helado que yo te regale
-Quieres ver la puta película o no
Levanto las manos en señal de rendimiento y la sigo hasta el que parece ser su cuarto, cuando entramos quedo boquiabierto por la decoración tan... peculiar, todo parece estar adornado con flores artificiales, algunas son de papel, otras de listón, de estambre,otras solo están pintadas en la pared.
-Te gustan las flores
-No Eduardo un día de la nada se metió un ladrón a decorar mi cuarto.
-¿Por qué?
-¿Por qué que?- dice confundida.
-¿Por qué te gustan las flores?.
- No siempre tiene que haber un por qué de las cosas.
-Pero está vez si lo hay.
Ella suspira como entendiendo que no me cállate hasta que me explique, se tumba en la cama y yo hago lo mismo quedando al lado de ella
-Las flores siempre pueden florecer de nuevo, es lo hermoso de ellas.
-No lo entiendo.
-Si, es decir si tú plantas una flor, y le das agua, sol, cariño y amor la flor crecerá preciosa, pero puede que haya días que olvides regarla y está empiece a marchitarse de a poco pero al final de día lloverá y volverá a florecer siendo igual de linda que como lo era anteriormente, como...
-Como las personas.- Termino por ella
-Como las personas Eduardo.
-¿Tu piensas que toda la gente florece?
-Todos florecemos.
-¿Aún que estemos totalmente marchitos ?
-Entonces tendrá que haber una lluvia tan fuerte para que vuelva a renacer esa flor .
-¿Y nacerá como antes?
-Nacera aún más preciosa, o puede que incluso Nazca un jardín de flores.
-No siempre renacen las flores.
-Entonces necesitaran un empujoncito.
-¿Un empujoncito?.
-Si, de un sol muy fuerte y una lluvia aún más intensa, e igual si no nace una flor nacerá un arcoiris, lo que es igual de precioso Ed
La escucho decirme Ed y una sensación de calor sube a mi pecho.
No me molesta que me llame así.
Aún que se que tiene muchas dudas ella no dice nada, solo se levanta a poner la película y nos quedamos en silencio.Ay Bera tu eres la tormenta que necesito para florecer, lo pienso pero no lo digo, y en menos de una hora ya estoy totalmente dormido en la recámara de mi vecina.
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Inestable
Teen FictionBera tiene 17 años y acaba de descubrir algo Dejar ir a alguien tiene algo romántico y triste de trasfondo, dejar ir a alguien es liberarlo, justo como cuando sientes que encontraste al pájaro más lindo del mundo, y quieres llevarlo a casa, mantener...