ONE SHOTS ─ sub20 argentina.

ONE. MATIAS SOULÉ.

[💍]

Torino, Italia. 📍

Matias debía estar en cualquier lugar menos ese, debía despejar su cabeza en cualquier vicio menos ese, debía hablar las cosas con esa chica en vez que con la botella que tenía en frente.

El sentimiento de haber guardado una emoción durante mucho tiempo le llenaba el estómago de vacío.
El tiempo que perdió por no lanzarse a confesar aquello que anhelaba lo llevó a quedarse sin alas. Pensó que su salvación esa noche sería olvidarse de la morocha y continuar su vida cómo si no se estuviese por casar en unas horas. Cómo si su amistad no se habría roto por su acto de inmadurez y cómo si no tuviese que llevarla al altar para ver cómo se unía eternamente a un chico que no fuese él.

Apretó sus puños con bronca y los alivió pensando que era lo mejor para ella, que si él no fue capaz de confesarse no sería capaz en un futuro de afrontar esos problemas amorosos por los que las parejas solían pasar.
Inmediatamente se contuvo de pensar mal sobre lo que forjó durante todos esos años y se recordó que no hubo otra persona que supiese cada uno de sus males tanto cómo él.
Que recordase cada maña y tontería que a su mejor amiga se le pasara por la cabeza, esos chistes sin sentido de memoria y las caras que identificaban cada situación en particular.

Él conocía cada parte del rompecabezas porque era parte de éste.

Él sabía la historia por completo porque él ayudó a escribirla.  ¿Iba a dejar que otro autor ponga su nombre en ella?

Seguía mirando la botella buscándole un sentido en la etiqueta que pensaba estar leyendo, todas las letras de habían vuelto confusas a los ojos melancólicos del argentino.

El celular seguía iluminando la oscura habitación con el tino perdido de la llamada que entraba una y otra vez, el nombre de la muchacha figuraba decorando la pantalla.
Él seguía ojeando de vez en cuando mientras escuchaba el segundo tono, los mensajes de voz que lo invitaban a charlar cada una de esas cosas pendientes.

Faltaban horas para que todo suceda, tenía minutos contados para revertir su desición, aprovechar esos segundos claves que el destino le estaba sirviendo en bandeja de plata con tal de que tome las riendas de salir corriendo y confesar su amor.

Las posibilidades de que salga mal eran demasiadas, pero de que Matías se haga mal así mismo eran mucho más grandes.

Buscar a la chica y esperar que el amor sea totalmente correspondido ó... Simplemente dejar que sea feliz con la esperanza de sanar a su lejanía.

Dejó la botella apoyada en la mesa al escuchar su voz una vez más, no dudó tanto cuando ella mencionó algo clave que lo hizo pensar con claridad un instante.