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Wanda entró en el bar. Llevaba el pelo pegado a la cara, y su ropa tan húmeda que parecía otra piel.

Carol agarró a Wanda y le pasó una insignia «¡Tengo 30 años!», entregándola con una sonrisa. -No queremos que nadie piense que tienes 29 años, ¿verdad?

Pero ella todavía tenía 29 años durante las siguientes ocho horas. Estaba a punto de decirle eso a Carol, cuando le tiraron el brazo. Antes de darse cuenta, Wanda estaba sentada en un banco de madera, su amiga Darcy lucía triunfante.

-No digas que nunca hago nada por ti-, dijo Darcy. -Tuve que luchar contra tres grupos de personas para esta mesa.

-Gracias-, respondió Wanda, dando a Darcy y Danne su orden de bebidas. Cuando se volvió hacia Carol, su amiga frunció el ceño ante su teléfono.

-¿Todo bien?

Carol sacudió la cabeza. -No estoy segura. Solo tengo que llamar al cuidador de mamá, ¿de acuerdo?

-Por supuesto. Toma tu tiempo-. Wanda deseaba que hubiera algo que ella pudiera hacer, pero no lo había. Lo único que podía hacer era estar allí para su amiga.

Cuando miró a la mesa de al lado, hizo una doble toma. Sentada allí, riendo con una mujer rubia, estaba Nat. Había sido más fácil de encontrar de lo que había pensado.

Cuando sus miradas se engancharon, el rostro de Nat traicionó el indicio de una sonrisa.

Wanda levantó la mano para saludarla, luego se movió hacia el final de su mesa, que casi tocaba la de ellas. -Estaba pensando cuando me estaba empapando, que podríamos ver tus habilidades de gestión de multitudes. Es una carnicería.

Nat le dedicó una sonrisa mesurada. -Me estoy centrando en mis habilidades para beber vino hoy-. Sus ojos recorrieron a Wanda. -Es bueno verte de nuevo, incluso si te ves un poco... húmeda.

-Prefiero la humedad-. Wanda hizo una pausa. Y luego quiso meter su puño en su boca.

Nat levantó una ceja divertida en su dirección. -Estoy segura que sí. Esta es mi hermana, Yelena-. Ella extendió una mano. -Esta es Wanda. Quién se está convirtiendo rápidamente en mi acosadora.

-Una acosadora terrible. Grado-A horrible. Necesito ser más sigilosa.

-Estoy de acuerdo-. Nat la miró por un momento demasiado largo, luego volvió a mirar a su hermana. -Wanda y yo nos hemos visto dos veces brevemente, la última vez en una boda que hice.

La hermana de Nat se enderezó. Miró de Wanda a Nat, su interés despertó.

-Tomamos una copa después de la cena en la boda-, continuó Nat, -y le di algunos consejos a Wanda sobre los 30 años-. Ella señaló la insignia de Wanda. -¿Es hoy?

Wanda tocó la placa. -Mañana.

-Feliz cumpleaños para entonces-. La mirada de Nat se calentó, en marcado contraste con el resto del día. -¿Planeaste pasarlo en un campo bajo la lluvia?

-Fue lo primero de la lista.

-También estamos aquí por el cumpleaños de Yelena. Quería alejarse de...- Nat hizo una pausa, mirando a su hermana, las palabras se quedaron por un momento. -De su vida por un día. Así que aquí estamos, bebiendo vino bajo un aguacero.

-Feliz cumpleaños-. Wanda echó su mirada al cielo. -Cuando finalmente llegue mi vino, podremos celebrar nuestros cumpleaños-. Wanda volvió su atención a Nat. -Y también podemos brindar por el universo, porque claramente quiere que sigamos reuniéndonos.

Nat asintió, su mirada todavía firme en Wanda. -Parece así, ¿no?

Cuando ella dijo las palabras, sus miradas se encontraron y la anticipación bailó en la lengua de Wanda. Había pasado un tiempo desde que eso sucedió. Ella frunció el ceño mientras miraba a Nat, formando pensamientos en su cerebro que no se habían permitido desde hace bastante tiempo. ¿Estaba interesada en ella?

𝐉𝐞 𝐯𝐞𝐮𝐱 𝐣𝐮𝐬𝐭𝐞 𝐯𝐨𝐮𝐬 𝐚𝐢𝐦𝐞𝐫 | 𝐖𝐚𝐧𝐝𝐚𝐍𝐚𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora