Porque es una lástima muy grande no decir nunca lo que uno siente.
Virginia Woolf
Capítulo 1
Todas las historias tienen su comienzo, pero nunca pensé que sería yo el que escribiera la mía desde el final. Debo admitir que en realidad esta ni siquiera es mi historia, es la de Aleska y me siento egoísta escribiéndola yo cuando debería ser ella la que la escriba, pues es suya y le pertenece. Sé que seguramente se estarán preguntando quién es Aleska, y créanme cuando les digo que haré el mejor intento por describirla, pero ninguna descripción sosa le haría justicia.
Aleska y yo nos conocimos en el anteúltimo año de secundaria, yo era el estudiante nuevo proveniente de un pequeño pueblito ubicado a las afueras de la gran ciudad y al que todo le parecía demasiado. Al principio se me hizo muy difícil adaptarme, ya que no estaba acostumbrado a muchas de las cosas que al resto le parecían normales y habituales, y además tenía un gran defecto: era increíblemente tímido. Supongo que por mi forma de ser el resto de mis (nuevos) compañeros no sentían interés en acercarse a mi, pero ese no fue el caso con Aleska. Fue la primera y única persona que rápidamente se acercó a mi y entabló una conversación como si nos conociéramos de toda la vida, me integró en cuestión de minutos y me hizo sentir realmente cómodo. Rápidamente nos volvimos amigos y me sorprendió descubrir que a pesar de que Aleska aparentaba ser una persona súper sociable y extrovertida era en realidad todo lo contrario. Prácticamente no tenía muchos amigos además de mi y parecía no sentir interés alguno en sociabilizar con otras personas, además le costaba horrores hablar con gente que no conocía. En más de una ocasión le pregunté por qué pudo hablar conmigo tan fácilmente cuando nos conocimos y qué fue lo que hizo que sintiera esa confianza que con los demás no sentía:
— Tú no eres como el resto, Jarek. Simplemente lo supé cuando te vi. — respondía siempre ella, y a pesar de que insistía en que me lo explicará mejor y con mas detalles era la única respuesta que lograba sacar de ella.
La gente no solía acercarse mucho a nosotros, pero cuando lo hacía, fuese cual fuese el motivo, quedaban encantados con Aleska. Desde el primer momento en que hablabas con ella podías notar que ella era realmente especial, tenía un sentido del humor encantador, siempre hacía reír a todos con sus chistes y ocurrencias, todos se sentían a gusto y cómodos con su presencia. Además, era una amiga increíblemente leal y desinteresada, siempre estaba dispuesta a brindarte su apoyo y escucharte cuando lo necesitabas.
Aleska solía tener la idea (errónea) de que podía pasar desapercibida con facilidad porque creía que nadie la notaba, pero su belleza y encanto natural no pasaban desapercibidos para nadie. Su cabello rubio, radiante y su hermosa sonrisa eran algunas de las características que siempre la hacían destacar entre la multitud, aunque tengo que admitir que los últimos meses habían sido muy contadas las veces que la había visto genuinamente feliz y sonriente. Toda la gente que la conocía coincidía en que la autenticidad y confianza que transmitía Aleska hacían que anhelaran pasar más tiempo con ella, buscando conocerla mejor y para aprovechar su amistad; yo mismo puedo afirmar eso.
Aunque ella jamás lo creyó, les aseguro que Aleska era encantadora y carismática, siempre irradiaba bondad y calidez. Se volvió inolvidable para todos los que tuvimos la suerte de conocerla y no hay momento del día en que no desee con todas mis fuerzas poder volver el tiempo atrás para poder pasar aunque sea un rato más con ella.
Probablemente, estarán pensando que mi descripción ha sido bastante mediocre considerando el tipo de persona que era Aleska, pero me gustaría que la imaginen de esta manera, de la forma en que los demás y yo la veíamos antes de leer por ustedes mismos la forma en que ella se veía a si misma. Esto no ha sido más que un mero intento de ponerlos en contexto de todo lo que ha ocurrido hace no más de un par de días atrás, cuando toda mi vida parecía marchar con normalidad y cuando mi mundo entero no se había venido abajo por completo.
En estos momentos desearía que ella estuviera aquí, quizá estaría corrigiendo mis errores, riéndose por mi forma tan patética de redactar y dándome todo tipo de consejos de los que seguramente yo me quejaría para luego aplicarlos en secreto. ¿No es una locura como la vida puede cambiar de un instante a otro? Sé que uno no debería esperar a perder algo para empezar a valorarlo, pero dar por sentado determinadas cosas para luego darnos cuenta que no las valoramos lo suficiente mientras aún las teníamos es parte de la naturaleza humana. Creo que nadie está preparado para tener que hacerle frente a la idea de que acaba de perder a su mejor amiga a los dieciocho años y yo no soy la excepción.
Sigo repasando todo tipo de imágenes en mi mente, buscando respuestas, tratando de hallar una explicación, pensando qué cosas puedo llegar a haber pasado por encima o a qué actitudes no les presté suficiente atención. Creí durante mucho tiempo ser la persona que conocía y entendía a Aleska mejor que nadie, pero ahora la siento como una completa desconocida. ¿Por qué no pude prever esto? Sé que es bastante tonto lamentarse ahora, y que nada va a revertir la situación, nada va a traerla de vuelta. Tengo una mezcla de sentimientos que no puedo poner en palabras, siento que la tristeza me consume, la extraño demasiado y la vez la odio un poco por estar haciéndome pasar por tanto dolor, por no haberme pedido ayuda, por no habérmelo hecho saber, y supongo que también me odio a mi mismo por no haberme dado cuenta de que ella estaba sufriendo. ¿Acaso no la conocía lo suficiente? Siento que todo en mi vida se siente como una enorme farsa en este momento.
Que frustrante es intentar poner en palabras el torbellino de emociones que siento, creo que ninguna palabra encajaría para poder describir la totalidad del dolor y frustración que siento en este momento. Desearía que ella me lo hubiese dicho, tal vez, solo tal vez, podría haberla ayudado, tal vez podría haberlo evitado, tal vez ella aún estaría aquí, y no estaría escribiendo líneas sobre una completa desconocida, porque eso terminó volviéndose Aleska para mi en el momento en que decidió irse finalmente de este mundo.
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Aleska
Teen FictionTodo parecía marchar con normalidad para Jarek hasta la repentina muerte de su mejor amiga Aleska Wojcik, una joven de dieciocho años que, atormentada por su dolor y desesperanza, decidió tomar la angustiante decisión de quitarse la vida. Nada podrí...