El desierto de Alpheron

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En un confín de la galaxia, donde los soles moribundos arrojaban una débil luz sobre los planetas áridos, se encontraba Kael, un cazarrecompensas de complexión robusta y mirada aguda. A su lado, su compañero y mascota, un organismo simbiótico de piel escamosa llamado Mux. Juntos atravesaban las dunas de arena dorada del planeta Alpheron, un remanente de lo que alguna vez fue una próspera civilización.

Kael miraba al horizonte, su rostro marcado por cicatrices de batallas pasadas se mantenía sereno. Su traje de cazarrecompensas, una armadura de cuero reforzado y placas de metal, estaba teñido por la arena y el polvo del desierto. Mux, una masa de músculos y escamas, seguía a su lado con una lealtad inquebrantable.

La misión era sencilla: localizar a Zhorak, un señor del crimen intergaláctico que se había escondido en este desierto después de estafar a la Federación Galáctica. La recompensa era generosa, suficiente para mantener a Kael y a Mux durante un buen tiempo.

Habían estado viajando durante días, siguiendo las escasas pistas y rastros dejados por Zhorak. A medida que se adentraban en el desierto, la atmósfera se volvía cada vez más sofocante y el sol caía inclemente sobre sus espaldas. Sin embargo, ambos habían enfrentado desafíos peores en el pasado.

"Mux, escanea el área de nuevo. Quiero estar seguro de que no nos estamos acercando a una emboscada", dijo Kael, su voz rasposa resonando en el aire tranquilo. Mux asintió, y sus ojos se iluminaron con un brillo azul mientras su visión avanzada barría el desierto.

Mientras esperaban, Kael se sentó en la arena, su mano acariciando la empuñadura de su arma de energía. Miró hacia el horizonte, hacia las ruinas de lo que alguna vez fue una gran ciudad, ahora reducida a escombros y polvo. Era un recordatorio sombrío de la efímera naturaleza del poder y la civilización.

"Todo despejado, Kael", informó Mux, rompiendo la quietud del ambiente. Kael asintió, poniéndose de pie con un gruñido de esfuerzo. Volvieron a su caminata, cada paso que daban estaba lleno de determinación y propósito.

El desierto de Alpheron se extendía ante ellos, implacable e inmutable. Pero ni el calor, ni la arena, ni la vastedad podían detenerlos. Después de todo, eran cazadores en un mundo de presas. Y la caza acababa de comenzar.

Después de asegurarse de que el camino estaba despejado, Kael y Mux continuaron su incansable búsqueda, las dunas de Alpheron parecían interminables pero la determinación los mantenía en movimiento. La comunicación entre ellos era casi silenciosa, un sistema de señas y sonidos armónicos que habían desarrollado durante su tiempo juntos.

Mientras avanzaban, las formas de una antigua estructura comenzaron a tomar forma en el horizonte. Era un refugio oculto, el lugar perfecto para un criminal buscado para esconderse. Kael asintió hacia Mux, quien entendió el mensaje implícito y comenzó a prepararse para un posible enfrentamiento.

La estructura antigua en el horizonte resultó ser una cantina aislada, repleta de alienígenas sombríos y sonidos estridentes de música interplanetaria. Kael y Mux se hicieron pasar por contrabandistas buscando refugio del calor del desierto, una cubierta que les permitió infiltrarse sin llamar la atención.

Zhorak, un gigante escamoso con ojos de serpiente, estaba en el fondo del bar, rodeado de secuaces armados hasta los dientes. Kael y Mux intercambiaron una mirada. El plan estaba claro.

Con un asentimiento silencioso, Mux se escabulló entre las sombras, desapareciendo de la vista. Kael, por otro lado, se movió con un propósito deliberado hacia Zhorak, sus pasos marcados por la cadencia de la música pulsante.

El aire en el bar se volvió tenso cuando Kael se acercó a Zhorak. "Oye, Zhorak. La Federación Galáctica te manda saludos", dijo Kael con una sonrisa siniestra, antes de que el bar explotara en acción.

En ese momento, Mux emergió de las sombras, sus escamas brillando con un brillo azul mientras su cuerpo se expandía. Lanzó a los matones por el aire con facilidad mientras Kael enfrentaba a Zhorak en un combate cuerpo a cuerpo. A pesar de su tamaño, Zhorak se encontró igualado por la destreza y la tenacidad de Kael.

Finalmente, con un gruñido de esfuerzo, Kael logró someter a Zhorak, sus manos enguantadas apretaban contra la garganta escamosa del señor del crimen. "Estás bajo arresto, Zhorak", gruñó Kael, antes de activar las esposas de energía que envolvieron a Zhorak, neutralizándolo.

Mientras Kael aseguraba a Zhorak en las instalaciones de detención de su nave, Mux se dedicó a revisar el área en busca de posibles amenazas. A pesar de la reciente batalla, el bar volvió rápidamente a su ruido habitual, los patrones habituales ya estaban acostumbrados a tales altercados.

Con Zhorak capturado y la misión cumplida, Kael y Mux volvieron a su nave, dejando atrás la cantina y el planeta Alpheron.

Mientras Kael aseguraba a Zhorak en las instalaciones de detención de su nave. La nave de Kael, el "Stalker", era tanto un hogar como una herramienta de trabajo. La cabina principal estaba llena de pantallas y controles, cada uno de ellos ajustado a las necesidades específicas de su ocupación. Aunque la nave estaba llena de tecnología avanzada, también tenía un toque personal, objetos y recuerdos de misiones pasadas estaban esparcidos por el espacio.

Su estilo de vida nómada era evidente en la manera en que mantenían la nave; todo tenía su lugar y la organización era esencial. A pesar de la atmósfera de seriedad que a veces rodeaba su trabajo, también había momentos de tranquilidad, cuando se permitían ser simplemente dos compañeros disfrutando de su vida juntos en el vasto lienzo del espacio.

Después de asegurar a Zhorak, Kael se instaló en su estación de mando, Mux a su lado. Consultó la red de cazarrecompensas, la información de su próxima misión se descargó en su consola.

La imagen del próximo objetivo se proyectó delante de él: un mafioso intergaláctico conocido solo como "El Barón". Estaba fuertemente fortificado y respaldado por un ejército de matones. La recompensa por su captura era considerable, una de las más altas que Kael había visto.

Mux emitió una serie de sonidos, una pregunta sin palabras que Kael comprendió. "Sí, Mux," respondió, con un brillo de determinación en sus ojos. "Es nuestro próximo objetivo."

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⏰ Última actualización: May 30, 2023 ⏰

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