Le eh dejado.No sé cómo, ni cuando, pero le dejé.
Dejé esa manía de añorar, de amarte, de pensarte pero sobre todo deje de esperarte.
Las hora del reloj volvieron a su normalidad, ya nada me distrae y mi trabajo se volvió mi rutina. Las tardes volvieron a ser de libros y un café.
Ya no hay cuadros en las paredes, ni fotografías en las cómodas, tampoco está la tetera, ni las galletas de canela.
Ya no hay pelos de perros, no juguetes tirados por ahí, tampoco hay rock clásico, ni merengue, ni salsa. Mucho menos música colombiana.
Ya no hay nada de eso, lo deje todo. Todo lejos de mi.
En cambio, si hay libros, hay galletas de chocolate y Copo en una nueva camita. También retome el yoga y las caminatas sola por la plaza.
La luna suele ser mi compañera, ella y una taza de café. Y de vez en cuando algún cigarrillo se entromete como quien no quiere la cosa.
Supongo que es parte de la vida, retomar viejos hábitos y olvidar los nuevos, supongo por qué en realidad no sé si está bien o mal, solo se que es lo que es.
Las tardes de otoño volvieron con su brisa de nuevo...
Con amor Nicky.
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Tardes De Otoño.
PoesíaLa brisa de Otoño suele ser fresca, como una dulce carisia del tiempo pasado.