La espesa niebla cubría los caminos del bosque, creando un aura misteriosa y envolvente. La joven heroína no sabía dónde debía ir, hasta que pudo ver una figura emergiendo de la bruma, mientras era inconsciente de la sorpresa que le estaba deparando el destino
Emily, la villana de aquella historia, estaba caminando por aquel bosque en búsqueda de una flor muy específica de aquel lugar. Sus ojos solo mostraban un dolor e indiferencia ante la misma existencia, como si el mundo hubiera perdido todo el brillo que alguna vez tuvo. A pocos metros de ella, estaba la persona que debía eliminarla la gran heroína de la humanidad, Erika, aunque esta última estaba bastante confundida de donde ir, sin saber que el destino había decidido cruzar sus caminos en aquel momento preciso.
Aquella bruja había caído por culpa de un pequeño agujero en el suelo. erika al instante miro hacia ese lugar y de repente un destello fugaz de complicidad atravesó el aire. Emily levantó la vista y, por un instante, sus ojos se encontraron con los de Erika, aunque fue un encuentro breve, pero suficiente para encender una chispa en sus almas, era como si siempre hubieran estado destinadas a conocerse
—¿Estas bien? — preguntó inmediatamente, se había acercado sin ningún problema lo que desconcertó a la bruja que había puesto un hechizo en sí misma, para que nadie pudiera acercarse a ella y esta extraña chica lo había logrado... sin ningún problema
—eh... sí? — no sabía que decir, estaba desconcertada en todo aspecto, pero aquella chica... tenía algo tal vez sea su mirada o aquella leve sonrisa la que la estaba haciendo desconcentrarse de la situación
—tu tobillo parece inflamado... no creo que puedas caminar, ¿dónde vives? Te llevaré—
Emily miró a Erika con cierta incredulidad. Aquella oferta de ayuda la tomó por sorpresa, y su mente estaba llena de dudas y desconfianza. Sin embargo, no podía negar que la empatía en los ojos de Erika la hacía sentir un atisbo de confianza, algo que había perdido hace mucho tiempo.
—No te conozco, ¿por qué me ayudarías? — preguntó Emily con cautela, aún sin entender del todo por qué esta extraña mujer se acercaba a ella con tanta amabilidad.
Erika sonrió suavemente, como si supiera que su respuesta podría resultar sorprendente.
—Porque, aunque no lo creas, tenemos algo en común. Ambas estamos atrapadas en este bosque misterioso, y ambas parecemos estar buscando algo importante. No sé lo que te trajo aquí ni cuál es tu historia, pero estoy segura de que juntas podemos encontrar una solución a nuestros problemas—
La villana titubeó por un momento. La oferta de Erika era tentadora, pero su historia estaba llena de decisiones y actos que no podía compartir con nadie. Sin embargo, algo en la expresión de Erika la hacía sentir que podía confiar en ella.
—Está bien, me llevarás a mi refugio, pero no hables demasiado. No necesito una compasión barata, y tampoco pienso contar mi historia—
Erika asintió con respeto y se agachó para ayudar a Emily a ponerse de pie. Juntas, caminaron a través de la espesa niebla, cada una con sus propios misterios y propósitos, pero compartiendo una extraña conexión que ninguna de las dos podía explicar por completo.
A medida que avanzaban por el bosque, ambas mujeres sentían que sus vidas se entrelazaban en una trama mucho más grande de lo que podían haber imaginado. El destino había tejido un hilo invisible entre ellas, y juntas se embarcarían en una aventura que cambiaría el curso de sus vidas de maneras inesperadas.
Erika y Emily caminaron en silencio durante un rato, cada una perdida en sus pensamientos. La espesa niebla que rodeaba el bosque les daba la sensación de estar en un mundo aparte, alejado de la realidad. Finalmente, Erika rompió el silencio.
—Sé que no quieres hablar de tu historia, Emily, pero a veces es liberador compartir tus cargas con alguien, aunque sea un extraño. Si en algún momento sientes que necesitas hablar, estaré aquí para escucharte—
Emily miró a Erika con sorpresa. La comprensión en los ojos de la joven heroína la hizo sentir un poco más cómoda, a pesar de su desconfianza inicial. Sabía que tenía una historia complicada que ocultar, pero algo en la presencia de Erika la hacía cuestionarse si realmente quería mantener todo enterrado en su interior.
—Gracias, Erika, pero hay cosas en mi pasado que prefiero dejar enterradas. No creo que puedas entenderlo —respondió Emily con una mezcla de tristeza y amargura en su voz.
Erika asintió comprensivamente. Sabía que había heridas que no se curarían fácilmente, y no podía forzar a Emily a compartir sus secretos. A medida que continuaban caminando, una sensación de complicidad crecía entre ellas.
El bosque reveló su belleza a medida que avanzaban, y Emily comenzó a notar los pequeños detalles que antes pasaba por alto. Las aves cantaban melodías alegres y las flores desprendían un suave aroma en el aire. Poco a poco, la dureza en el corazón de Emily comenzó a ceder ante la magia del entorno.
—Es hermoso aquí —comentó Emily en voz baja, como si hablar demasiado fuerte pudiera romper el hechizo del bosque.
Erika sonrió, agradecida por el cambio en el ánimo de Emily. Ambas compartieron un momento de tranquilidad mientras continuaban su camino a través del bosque, sin saber que sus verdaderas identidades y destinos estaban destinados a cruzarse de una manera que cambiaría el curso de sus vidas para siempre.
ESTÁS LEYENDO
¿Por qué me amas?
FantasySoy la villana... ¿por qué me amas? ¿Renunciarás a ser el héroe elegido por mi? Nunca te entenderé Y tampoco entenderé por qué mi corazón late tan rápido...