Al final

Repetición

¿No decían que lo sueños son como las estrellas?, brillando eternamente.

Deseé con tanta fuerza algo, un sueño que sabía que tendría sus bajos, pero, aun así, la atesoré y lo guardé dentro para que algún día reluciera la luz que tanto busqué dar a los demás.

¿Por qué mi estrella se ha apagado entonces?

Vi el mundo arder; lo vi caer en lo más profundo del abismo, y cuando creí que había limpiado todo atisbo de aquel vacío es cuando fue que lo entendí.

Yo formaba parte de aquel abismo.

Mis manos, las manos de alguien que ha limpiado por los demás, es obvio que cuando llegue el tiempo de estrechar las manos a los demás estas estén sucias.

Pero también me era obvio que nadie querría estrechar estas manos sucias, manos vacías que no podrían sostener nada al haberse desecho después de tanto esfuerzo.

...

Abrí los ojos una vez más después de aquella luz que estuvo ante mí, fue cegadora y sin posibilidad de apreciarla de verdad, a pesar de brillar con tal esplendor que cegaba a todos y los bañaba de la guía que necesitaban.

Yo había estado tan ciego que había perdido la guía hace mucho tiempo. Una luz que disfruté, una guía que añoré y un deseo que amé.

Un sueño que por más que no hubiera sido mío desde el principio, lo abracé con tal fuerza que pude sentir que era algo que, de verdad, algo propio, algo mío y de nadie más.

Fue mi error el no darme cuenta que tan "propio" era aquel deseo que guardé para mí.

...

Un cielo en llamas con un halo de luz oscura.

¿Por qué aquello estaba ante mí?, había trabajado tanto para destruir el grial, destruir la maldición y la malicia, entonces, ¿por qué aún estaba delante aquel halo negro que mostraba la caída de todo lo que busqué?

Ah.

Lo sentí tarde, lo comprendí demasiado tarde, aquella oscuridad que irradiaba el mundo, había olvidado mi lazo con aquella copa maldita y el monstruo que se negó a desaparecer.

Una maldición.

¿Es por eso que había llegado a estar casi inmune a ellas?, quizá es porque ya estaba tan maldito que una maldición convencional no era nada para mí cuerpo.

Puedo oírlo, puedo sentirlo.

A cada paso que doy, a cada centímetro que avanzo, puedo sentir la felicidad de los otros volver, como a cada paso que doy ante mí destino es que puedo estar más tranquilo.

Un flash llegó a mí cabeza.

Rostros sin facciones, miradas perdidas en la oscuridad y risas que no lograba encontrar, era como si el suelo hubiera sido reemplazado por un suave paso.

¿Era esto un jardín?, sé que estoy caminando en tierra, un suelo que me corta la planta de los pies ya desecha, pero aún así, siento como si estuviera pisando la tierra fresca, un aire que en vez de quemar me refresca.

No estoy caminando hacia un horno... ¿estoy siendo liberado?

Ah... una figura delgada cubierta en negra, ¿quién era esa mujer que estaba llorando entre todos los que compartían la alegría?

Un fuerte golpe hizo que los lentes de aquella mujer ante mí volaran, pero aún así, ese cabello azul es lo que más me llamó, esa mirada de derrota y las personas que la sujetaban, no lo entiendo.