Elesia

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La primera vez que vi a Emiya Shirou estaba de pie en un escenario.

Fue el primero en subir junto al jefe de sección.

La primera vez que vi a Emiya Shirou estaba de pie, argüido esperando mientras los demás subían, junto a él, otros nuevos ejecutores estaban siendo introducidos.

La primera vez que vi a Emiya Shirou en aquel escenario pude verlo sin cambio en su expresión, solo una línea fina que ocultó todo lo que había tras su pensar.

Parecía resaltar entre el resto, como si vistiera diferente. Emiya Shirou estaba ante todos en el escenario esperando por las palabras del jefe de sección; parado sin más con los brazos en la espalda y los ojos cerrados, parecía no mostrar interés o emoción por el llamado a nuevos ejecutores, incluso por más breve que sea el llamado a su servicio o la duración de este, el honor de servir como ejecutor exaltaba bastante a los recién llegados.

Una ronda de aplausos se dio cuando la presentación de cada miembro cayó, los aplausos fueron el incentivo para que la sonrisa de los jóvenes llamados se ampliara.

Todos menos uno sonrió.

Lo vi.

De entre todos los presentes, solo Emiya Shirou estaba quieto con los ojos cerrados, no había sonrisa o signo de alegría.

Pero estaba bien.

No había de que alegrarse después de todo.

...

La segunda vez que vi a Emiya Shirou fue cuando estaba regresando de una misión. Lo usual a los nuevos ejecutores era darles las tareas básicas de un miembro de la iglesia corriente, fue allí como se podía ver quienes carecían de diciplina o quienes eran los de sangre caliente.

Nuestros ojos se encontraron unos instantes. Ahora estaba sonriendo alrededor de las personas las cuales habían llegado para buscar refugio en la iglesia.

Emiya Shirou estaba sonriendo ayudando a entregar las comidas de caridad, una tarea que usualmente no la toman los recién ingresados, por lo que escuché, fue contratado de forma temporal, pero podía alargar su contrato si lo deseara.

El nombre de Emiya Shirou fue algo bastante famoso últimamente. Lo escuché un par de veces en los años, un magus que iba de empleador a empleador, más eso fue lo único que sabía de él.

Era curioso verlo de tal manera. Usualmente los magus rechazaban el trato con la iglesia, otro factor al verlo era como de quisquillosos eran los magus cuando se trataba de gente que ellos categorizaban como "sin valor"; creo que fue eso lo que causó un poco de intriga en mi persona, no era usual después de todo el ver a un magus trabajar tan abiertamente en la iglesia y mostrar las acciones que estaba dando.

Lo miré unos segundos más antes de volver a caminar y pasar hacia el salón común donde debería descansar para la próxima misión.

Si bien tuve algo de curiosidad, no fue algo que pudiera llamar como interés real.

...

La tercera vez que vi a Emiya Shirou fue en la sala de oraciones en el edificio contiguo a la iglesia central. Estaba de rodillas en silencio, no pude evitar verlo, ¿Cómo no hacerlo cuando un magus estaba postrado rezando?

Debí haber dado un paso un poco más fuerte de lo que desearía cuando vi como Emiya Shirou se levantó de su estado de rodillas, logré escuchar con brevedad, no fue un rezo singular.

No dije nada incluso cuando pasó a mi lado sin decir nada. Solo miré el mechón blanco en su cabello unos instantes antes de que terminara de pasar a mi lado.

Al finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora