Por más que me guste el arte, y la fotografía, en este momento, justo en este momento no tengo cabeza para pensar en cómo haremos el proyecto. De hecho no entiendo porque Thomas está tan entusiasmado. Su sonrisa me resulta empalagosa, muy amigable para mi gusto y me dan ganas de huir.
Aparte de ver clases de deporte juntos, arte es la otra asignatura en donde nos volvemos a ver. Nunca hemos cruzado palabras, ni siquiera al hacer equipos en los juegos que organiza el profesor, o quizás siquiera en los grupos de WhatsApp de las asignaturas. No entiendo de dónde viene toda esta emoción de hacer un proyecto conmigo.
Él sigue viéndome directamente a los ojos, lo que me resulta incómodo y me rehíla la vista, y de golpe siendo un palmetazo en la espalda.
—¡Hey! ¿Qué hacen?
Distingo la voz de Nolan detrás de mí y luego lo veo saludar a Thomas, no sé de donde se conocen pero noto cierta familiaridad entre ellos.
—Pues me tocó hacer un proyecto de arte con Cameron, y vine a hablar con él para ponernos al día.
—¡Ah! ¡Genial! Este pimpollo sabe de arte. Mejor compañero no puedes tener Louis.
Juraba que se estaba refiriendo a mí con dicho halago, pero no. Me equivoqué y caigo redondo.
—No es para tanto.
—Bueno, al rato te escribo por texto y quedamos —digo, más por salir del paso que por compromiso.
—Bueno, espero. Ya me hago ideas de lo estupendas que quedarán tus fotos.
«¿Estupendas? ¿Mis fotos?»
¿Cómo es que siquiera tiene alguna idea de cómo son mis fotos como para calificarlas de estupendas? Okey, sí, me gusta la fotografía pero no soy de los que publica sus trabajos. Bueno, sólo en Pinterest. Pero no hay manera de que él sepa que son mis fotos porque uso un seudónimo y aparte de que mi rostro no figura en ningún rincón de mi perfil.
Un frío recorre mi espalda y me pongo nervioso otra vez. NO encuentro la manera de hallar un panorama en el que me sienta cómodo trabajando con él.
Su palma en mi hombro derecho me espabila de mis pensamientos y lo oigo y veo despedirse de todos. Gira su alta figura y se retira hasta quien sabe dónde. Por su parte, Nolan rodea mis hombros con su brazo derecho y giramos al mismo tiempo para acercarnos hasta el banquito en donde se encuentra Amanda esperando por nosotros.
Tomo la perilla del grifo y la giro, así veo el agua correr hasta que se estrella contra la cerámica de la bañera. El vapor hace acto de presencia, y lo veo elevarse. Una vez que el agua subió lo suficiente, tomo la bomba de baño, esa con fragancia de melocotón que tanto amo, y la echo al agua tibia. En seguida el efecto efervescente hace acto de presencia y la espuma empieza a extenderse por toda la superficie del agua.
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Hola, febrero ©.
Teen FictionLouis Cameron se encuentra una infausta beligerancia entre sus sentimientos y la razón. El desenfreno de la lozanía lo lleva a lugares que nunca pensó conocer, desatando deseos y emociones que nunca creyó ostentar.