~Completa~ Blaper

~2~

Quería llevar algo bonito a la casa de su nuevo amigo como regalo, un pastel, quizás, esa era una buena idea, si no fuera por qué llevaba ya 10 minutos mirando los postres y ninguno le convencía para el peli Negro.

-¿Necesitas ayuda?- Preguntó el dependiente ante la indecisión del castaño.

-Hola, no gracias, es para regalar a alguien que apenas conozco y no quiero quedar mal llevando algo que no le guste ¿Entiende?- Contestó frustrado Blard.

-Mejor ve por lo seguro ¡A todo el mundo le gusta el chocolate!- Exclamó con una sonrisa.

-Usted tiene razón, envuélvemelo para regalo si no es molestia-

-Marchando- Dijo tomando el postre.

Ya era tarde, no quería dar una mala impresión y eso era justamente lo que estaba dando. Al fin llegó al edificio y trato de subir las escaleras de manera deprisa, pero con cuidado de que el pastel no caiga al suelo. Llegó a la puerta con el número 4 y toco unas cuantas veces, asta que fue abierta por un chico peli negro de su misma estatura.

-Pensé que te habías perdido o que te había atropellado un coche, macho- Dijo en burla dejándolo pasar a su casa.

Lo primero que noto, el fuerte olor a lavaplatos.

-Puedes sentarte ¿Te traigo algo de beber? ¿Café, agua...?- Pregunto Reaper dirigiéndose a la cocina.

-Agua está bien, gracias-

-Vale, relájate y no chusmes porfi- Dijo con una inocente voz fingida.

Luego de la ida del peli negro en busca de las bebidas escaneo la sala donde estaba, no tenía nada especial, fotos familiares en las paredes y pequeño casi notable desorden.

-Aqui tienes tú agüita fresquita- Dijo sorprendiendo al de tatuajes por su repentina aparición o más bien sacarlo de golpe de sus pensamientos.

-Gracias, muy amable- Dijo tomando ese vaso, percatando de que el material del vaso era plástico, un baso desechable.

-Perdón por el baso, literal no tengo nada lavado, me e levantado creo que a las dos de la tarde, soy un desastre de persona, lo se- Dijo tranquilo pero con su particular tono burlón.

-No te preocupes entiendo y por cierto, te traje un pastel, no sabía de qué sabor de gustaba, así que te traje de chocolate- Dijo entregándole la caja al peli negro.

-Oye, ¡Gracias! ¡Que detallazo, hombre! No tenias por qué, eh, pero yo vivo a base de estás cosas, te quiero- Dijo riendo recibiendo el pastel.

-¿Te gustan mucho los dulces?- Preguntó con curiosidad.

-See, me hincho a magdalenas todo el santo día- Contesto con una gran sonrisa.

-Me alegro que te haya gustado- Blard le dio un sorbo a su baso- ¿En donde trabajas?

-Trabajo desde casa para una empresa de ropa, hago anuncios y todo el lío, osea, diseñador gráfico, pero trabajo siempre para el mismo sitio, y mi jefe es la cosa más sosa de este mundo chaval, ¡es un pesado!- Se quejó el peli negro con fastidio.-¿Y tu?-

-Soy enfermero, trabajo en un hospital aquí cerca, me gusta mi trabajo, no me suelo aburrir- Contesto con una sonrisa.

-Yo no podría, no soportó los bebés y no me imagino como seria un parto, me da escalofríos, no he tomado en brazos a un bebe en mi vida, con eso te lo digo todo- Dijo acomodándose entré los cojines de su sofá.

-¿No? A mi me una vez me tocó hacer guardia de noche en una sala donde ponen a todos los bebés, estaba con el guardia de seguridad y yo estaba por si pasaba algo, uno empezó a llorar y cuándo fui a verle me mordió el sin vergüenza- Dijo con una pequeña risa.

El peli negro tenía una cara de total desagrado, el castaño incluso juro verlo tener un escalofrío.

-Que horror, por favor, hablemos de otra cosa- Dijo, se notaba la incomodidad en sus palabras.

El castaño temió haber arruinado todo, pues ahora Reaper estaba incómodo y con la mirada un poco pérdida, su ceño estaba ligeramente fruncido al igual que sus labios mientras jugaba con sus dedos.

-Esta bien... Me dijiste que querías adoptar un gato ¿Es eso cierto?- Preguntó con una voz calmada, teniendo cuidado con sus palabras.

Los ojos del peli negro se ensancharon mientras negaba lentamente- Mi psicólogo y Geno me recomendaron adoptar uno, pero no creo ser capaz- Dijo en un suspiró.

-Seguro que serías un buen cuidador-

-Créeme que no, no tengo ningún problema con el gato, na' de eso, sólo que no me gustan los gatos- Término diciendo.

-A mi tampoco me hacen mucha gracia realmente- Dijo dándole un último sorbo a su baso.

-¿Tienes algo que hacer mañana?- Dijo algo bajito, sin usar el tono burlón y despreocupado que siempre usaba.

-No, nada- Dijo en una sonrisa.

-Entonces...¿No podemos ver en tu casa, guapo- Giñó el ojo.