las reglas del Libro de la Ley abre nuestras heridas emocionales, y reaccionamos creando veneno emocional. Dado que todo lo que está en el Libro de la Ley tiene que ser verdad, cualquier cosa que ponga en tela de juicio lo que creemos nos
hace sentir inseguros. Aunque el Libro de la Ley esté equivocado, hace que nos
sintamos seguros.
Por este motivo, necesitamos una gran valentía para desafiar nuestras propias
creencias; porque, aunque sepamos que no las escogimos, también es cierto que
las aceptamos. El acuerdo es tan fuerte, que incluso cuando sabemos que el
concepto es erróneo, sentimos la culpa, el reproche y la vergüenza que aparecen
cuando actuamos en contra de esas reglas.
De la misma forma que el gobierno tiene un Código de Leyes que dirige el
sueño de la sociedad, nuestro sistema de creencias es el Libro de la Ley que
gobierna nuestro sueño personal. Todas estas leyes existen en nuestra mente,
creemos en ellas, y nuestro Juez interior lo basa todo en ellas. El Juez decreta y la
Víctima sufre la culpa y el castigo. Pero ¿quién dice que este sueño sea justo? La
verdadera justicia consiste en pagar sólo una vez por cada error. Lo que es
verdaderamente injusto es pagar varias veces por el mismo error.
¿Cuántas veces pagamos por un mismo error? La respuesta es: miles de veces.
El ser humano es el único animal sobre la tierra que paga miles de veces por el
mismo error. Los demás animales pagan sólo una vez por cada error. Pero nosotros
no. Tenemos una gran memoria. Cometemos una equivocación, nos juzgamos a
nosotros mismos, nos declaramos culpables y nos castigamos. Si fuese una
cuestión de justicia, con eso bastaría; no necesitamos repetirlo. Pero cada vez que
lo recordamos, nos juzgamos de nuevo, volvemos a considerarnos culpables y nos
volvemos a castigar, una y otra vez, y otra, y otra más. Si estamos casados,
también nuestra mujer o nuestro marido nos recuerda el error, y así volvemos a
juzgarnos de nuevo, nos castigamos otra vez y nos volvemos a sentir culpables.
¿Acaso es esto justo?
¿Cuántas veces hacemos que nuestra pareja, nuestros hijos o nuestros padres
paguen por el mismo error? Cada vez que recordamos el error, los culpamos de
nuevo y les enviamos todo el veneno emocional que sentimos frente a la injusticia,
hacemos que vuelvan a pagar por ello. ¿Eso es justicia? El juez de la mente está
equivocado porque el sistema de creencias, el Libro de la Ley, es erróneo. Todo el
sueño se fundamenta en una ley falsa. El 95 por ciento de las creencias que hemos
almacenado en nuestra mente no son más que mentiras, y si sufrimos es porque
creemos en todas ellas.
En el sueño del planeta, a los seres humanos les resulta normal sufrir, vivir con
miedo y crear dramas emocionales. El sueño externo no es un sueño placenteres un sueño lleno de violencia, de miedo, de guerra, de injusticia. El sueño
personal de los seres humanos varía, pero en conjunto es una pesadilla. Si
observamos la sociedad humana, comprobamos que es un lugar en el que resulta
muy difícil vivir, porque está gobernado por el miedo. En el mundo entero, vemos
sufrimiento, cólera, venganza, adicciones, violencia en las calles y una tremenda
injusticia. Esto existe en diferentes niveles en los distintos países del mundo, pero
el miedo controla el sueño externo.
Si comparamos el sueño de la sociedad humana con la descripción del infierno
que las distintas religiones de todo el mundo han divulgado, descubrimos que son
exactamente iguales. Las religiones dicen que el infierno es un lugar de castigo, de
miedo, de dolor y de sufrimiento, un lugar donde el fuego te quema. Cada vez que
sentimos emociones como la cólera, los celos, la envidia o el odio,
experimentamos un fuego que arde en nuestro interior. Vivimos en el sueño del
infierno.
Si consideramos que el infierno es un estado de ánimo, entonces nos rodea
por todas partes. Tal vez otras personas nos adviertan que si no hacemos lo que
ellas dicen que deberíamos hacer, iremos al infierno. Pero ya estamos en el
infierno, incluso la gente que nos dice eso. Ningún ser humano puede condenar a
otro al infierno, porque ya estamos en él. Es cierto que los demás pueden llevarnos
a un infierno todavía más profundo, pero únicamente si nosotros se lo permitimos.
Cada ser humano, hombre o mujer, tiene su sueño personal, que, al igual que
ocurre con el sueño de la sociedad, a menudo está dirigido por el miedo.
Aprendemos a soñar el infierno en nuestra propia vida, en nuestro sueño personal.
El mismo miedo se manifiesta de distintas maneras en cada persona, por supuesto,
pero todos sentimos cólera, celos, odio, envidia y otras emociones negativas.
Nuestro sueño personal también puede convertirse en una pesadilla permanente
en la que sufrimos y vivimos en un estado de miedo constante. Sin embargo, no es
necesario que nuestro sueño sea una pesadilla. Podemos disfrutar de un sueño
agradable.
Toda la humanidad busca la verdad, la justicia y la belleza. Estamos inmersos
en una búsqueda eterna de la verdad porque sólo creemos en las mentiras que
hemos almacenado en nuestra mente. Buscamos la justicia porque en el sistema
de creencias que tenemos no existe. Buscamos la belleza porque, por muy bella
que sea una persona, no creemos que lo sea. Seguimos buscando y buscando
cuando todo está ya en nosotros. No hay ninguna verdad que encontrar.
Dondequiera que miremos, todo lo que vemos es la verdad, pero debido a los
acuerdos y las creencias que hemos almacenado en nuestra mente, no tenemos
Perdón si tengo faltas de ortografía pero es el autocorrector :v
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los cuatro acuerdos :>
Spiritualitéhola subiré el contenido de "los cuatro acuerdos" es un libro que el maestro mío nos recomendó y pues me gustó bastante ya que me hizo reflexionar y regar algunas de mis lágrimas pues el libro dice las verdades que no queremos aceptar espero y les g...