Dirty Talk | Jenlisa

Capítulo 10

ㅡ Vamos, dime, dime. Dime lo que quieres.

Jennie aún no podía pensar con claridad, y con los brazos inmóviles sólo quería tocarla. Pero logró decirlo con un poco de dificultad.

ㅡ Te quiero adentro. ㅡ y los masajes volvieron. ㅡ Por- ¡Ah! Q-Quiero tod-da tu polla aden-tro.

ㅡ Todo lo que mi chica quiera.

ㅡ Y quiero tocarte, por favor.

Lisa fingió pensarlo un momento. Lo cierto es que iba a liberarla de igual forma, amaba cuando Jennie la tocaba. Amaba que Jennie enterrara sus uñas en su piel o que la acariciara con fuerza.

Pronto las manos de Jennie estaban recorriendo su espalda, mientras que sentía esa conocida presión abajo.

No fue amable al momento de entrar, como normalmente era, sino que al estar tan mojada pudo meter toda su polla de un movimiento. Jennie soltó un gemido que casi parecía un grito.

ㅡ ¿Te dolió? ㅡ preguntó Lisa preocupada. Le estaba gustando este juego, ser lo que Jennie quería, pero no pudo evitar sacar a la luz su pequeña inseguridad de que quizás Jennie no lo hiciera.

Jennie negó mordiéndose el labio. ㅡ No, hazlo rápido. No te contengas.

Y en un segundo pudo sentir como su novia se movía. Al principio sí fue un poco lento pero solo porque Lisa seguía insegura, hasta que Jennie empezó a gemir y logró entender que estaba bien.

Luego de dos o tres estocadas, Lisa comenzó a ser más rápida. Su polla perdiéndose dentro de Jennie, quien cumplió al no dejar de mirarla ni un segundo.

Normalmente, en el sexo vainilla, Lisa no quería que la viera, se sentía totalmente sucia. Pero eso era antes. Ahora su mirada la dejaba hecha un desastre, quería seguir con ese contacto y ver como de bien la hacía sentir.

Su vista era una Jennie con el cabello alborotado, los labios rojos e hinchados, saliva cayendo de los bordes de su boca y una total expresión de placer. Se ponía cada vez más dura y juraría que podía acabar solo con eso.

Las piernas de Jennie volvieron a atraparla. Sentía la presión de sus muslos cada vez que entraba y salía de ella. Se sentía en la gloria.

El choque de pieles era cada vez más fuerte, Lisa comenzó a hacerlo más duro, escuchando felizmente como Jennie casi que gritaba por el placer.

Su pene comenzaba a sentirse mejor, aunque no estuviera totalmente en contacto con Jennie gracias al condón, Lisa podía ver que ambas estaban cerca.

ㅡ ¡Ah! V-Vamos, un poco m-más, ya c-casi. ㅡ Jennie se lo confirmó con eso.

Sus músculos dolían, se comenzaba a sentir más cansada pero no se detuvo. Siguió moviéndose hasta que Jennie buscó una de sus manos y las entrelazó.

Jennie tenía esa costumbre, ella jamás se venía si no se conectaban de esa forma.

Y en varias estocadas más, los gritos de la habitación comenzaron a bajar.