- CIAO AMORE - 🍒🌷

REN Y LIN 🍒

-La rubia estaba revisando los papeles, estaba un poco molesta y cansada debido a la hora, y ¿Cómo no estarlo? Eran las 3 de la mañana y aún no acababa ni la mitad de lo que su general Meiko le había dejado, estaba cansada y harta.

Y para agregar, también estaba sola, ya que su prometido Oliver estaba haciendo rutinas matutinas para evitar incidentes, lo cual no le molestaba, desde que la habían comprometido a la fuerza con él, todos los días era una gran lucha y una enorme actuación, no lo hacía por ser mala, queria mucho a Oliver...pero no como pareja, a quien en realidad amaba era a Le-

-sus pensamientos fueron interrumpidos, ya que una pequeña piedra había golpeado levemente la pequeña ventana que tenía al frente, esto le parecía muy raro...la rubia sin pensarlo dos veces se Asomo por la misma, no es normal que hagan ese tipo de "bromas", abrió la ventana para ver quien era, cuando un segundo despues un cuchillo golpeó alado de la ventana...justo alado de su cara, "¿eso era una amenaza de muerte?"...

Lin. ¡¿QUE DIABLOS?!

-Volteo rápidamente a ver quien era aquel intruso, cuando solo vio a una particular sombra masculina correr a la puerta trasera de su cabaña...

Su enojo solo aumento y Volteo a ver el cuchillo que anteriormente casi golpeaba su unico ojo bueno, vio que había una nota, como pudo quitó el cuchillo y leyó la nota...

"UN GUSTO VERTE DE NUEVO, FLORECITA"

-No pudo evitar soltar un gran y pesado suspiro, guardo la nota en su saco y se puso sus sandalias, aún tenía su uniforme puesto, solo que no quería ponerse sus zapatos del uniforme...ya que le parecían incómodos...rápidamente salió de su "casa" y corrió a abrir la puerta.

Cuando salio no encontró nada más que su jardín trasero, y una lampara en medio del patio, que no ilumina todo pero se veía bien...

Ren. Hola florecita~ -El rubio salio por detrás de un arbol para hacer acto de presencia, la rubia hasta cierto punto no lo extrañaba, pero sabía que era inevitable no verlo casi todos los días, debido a su trabajo y misión...
Lin. ¿Ahora que quieres? -Respondió enojada, no es que no le diera gusto verlo, solo que su "bromita" no le había gustado, aunque sabe que el rubio tiene buena puntería, hoy podría ser de esos días donde él rubio fallara y las cosas no saldrían bien del todo~
Ren. ¿A la pequeña florecita no le da gusto verme? -Dijo en tono burlon, la rubia estaba más irritada ya que su respuesta, como de costumbre, fue estupida-
Lin. ¿Después de la idiotez que hiciste? -Sin pensarlo, saco el cuchillo y se lo avento directo al pecho, pero fue detenido por la mano del rubio, deteniendo el cuchillo y guardandolo en su saco~
Ren. Ay vamos~ no me digas que no te gusto-
Lin. De verdad eres idiota- -La rubia cruzo sus brazos y miró a otra dirección...sabía a que se enfrentaba al meterse con un maldito sádico y maníaco como el sujeto que tenía enfrente de ella.
Ren. Mi general~ -Hizo una pequeña reverencia para después levantarse, lo cual funcionó ya que llamó la atención de la rubia- -Estoy aquí para hacer negocios con usted~
Lin. Eres un estupido~

-Ambos rubios se acercaron uno al otro y se besaron con pasión, La rubia se aferraba a no dejarlo ir esta vez, no sin demostrarle todo lo que sentía en ese momento, el rubio tenía las mismas intenciones, hacerla suya una vez más, ambos adoraban sus encuentros a escondidas, les exitaba el hecho de saber que lo suyo era prohibido, y hasta cierto punto, al rubio le gustaba saber que la rubia lo prefería a él antes que al enano de Oliver~

-Ambos rubios entraron a la cabaña de la pequeña general, cuando por fin entraron, se separaron de su ardiente beso por la falta de aire, la rubia aprovecho para cerrar la puerta con seguro, El rubio parecía apreciar todo a su alrededor, ¿Y cómo no estar tan atónito? Aunque por fuera la cabaña parezca humilde, al ser prometida del hijo de la general, estaba muy elegante y amueblado, la rubia interrumpio su momento de inspector, tomo su mano y comenzó a llevarlo a su oficina, donde anteriormente ella estaba haciendo el aburrido "favor" que más bien era trabajo.