1. Lupa

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Lincoln miró a través de la ventana y sonrió. El hermoso paisaje que se veía al lado de la carretera era de verdad relajante. Ya no pensaba en su nerviosismo, y le recordaba lo maravilloso que era ser por fin un miembro completo de la familia Loud.

Y es que, ¡claro! En una familia de triunfadores, había que serlo para encajar del todo. Por fin había ganado una competencia y recibido un trofeo por sus propios méritos, sin que sus hermanas tuvieran que ayudarlo o regalarle nada. ¡Era el Campeón Regional de Ajedrez de educación secundaria! ¡Ahora sí que tenía algo de lo cual podía presumir!

Quizá el ajedrez no era la actividad competitiva más popular entre sus compañeros de escuela, pero los directivos y su propia familia estaban encantados. Después de todo, era la primera vez que la secundaria de Royal Woods ganaba aquel campeonato, y la directora Ramírez se aseguró de que todo mundo lo supiera.

Las atenciones de la dirección, su familia y sus compañeros fueron un gran detalle, pero Lincoln estaba mucho más contento por la victoria que por cualquier otra cosa. ¡Fueron 5 y medio puntos en 6 partidas! Un triunfo contundente y muy bien ganado. Solo tuvo que sufrir en la quinta partida, cuando logró salvar un empate en una posición completamente perdida ante el representante de Hazeltucky; un chico que había sido el campeón en los dos años anteriores.

El peliblanco se regocijaba con sus recuerdos. Antes del torneo, todos sus compañeros de escuela conocían bien la situación, y casi nadie dudaba que su rival lo derrotaría, si es que llegaban a jugar entre ellos. Cuando supieron de su victoria, fue cumplimentado y felicitado por todos. Incluso su hermana Lynn, que no valoraba mucho una actividad tan aparentemente estática como el ajedrez, le dio su beneplácito y estaba orgullosa por él.

Por supuesto, Lincoln mejor que nadie sabía que las cosas serían muy distintas en el Campeonato del Sur de Michigan. Los representantes de Lansing, Detroit y Kalamazoo eran chicos ya experimentados, con años de experiencia y un rating por lo menos 400 puntos superior al suyo. Al menos diez de sus rivales ya habían representado al estado de Michigan en los Campeonatos Escolares Nacionales.

Estaba muy consciente de todo eso, y varias veces se había preguntado si valía la pena que acudiera a un torneo en el que no tenía ninguna posibilidad de ganar. Sin embargo, la profesora Ramírez lo animó, y le dejó muy en claro que su simple participación ya era algo era muy bueno para la escuela.

- Mira, Lincoln: para que vayas tranquilo, es bueno que sepas que pase lo que pase, la junta escolar de Michigan toma en cuenta estas cosas para otorgar subvenciones y presupuestos. Eso significa que hay dinero para que vayas, y que ya es seguro que nos aumentarán el presupuesto para el próximo año. ¡Si vas al torneo ganamos todos, Lincoln! Claro, sería aún mejor si logras un buen resultado; pero tenemos que ser realistas: tus rivales serán duros, el entrenador no sabe nada de ajedrez, y no tenemos a nadie que pueda ayudarte...

Por suerte, por lo menos en ese último detalle la directora estaba equivocada. Resultó que sí había alguien que pudo ayudarlo.

Lincoln apartó la vista de la ventana y miró de reojo a su acompañante.

Mrs. Owen, con su cubrebocas puesto, seguía contestando mensajes en su celular. Ya hacía rato que habían dejado de conversar para que ella pudiera atender sus mensajes, y Lincoln esperaba que pudieran reanudar su conversación. El paisaje era encantador, pero prefería platicar con ella. Era muy buena para infundirle confianza y mantenerlo tranquilo.

La contempló un momento, mientras seguía manipulando la pantalla de su celular. Mrs. Owen era una mujer madura, muy simpática y atractiva. Una asistente de la dirección que siempre atendía a padres y alumnos con una sonrisa y que, por una enorme casualidad, fue una destacada jugadora de ajedrez durante su adolescencia. Estaba muy consciente del escaso interés por el ajedrez en la secundaria de Royal Woods, y cuando supo que Lincoln se había clasificado para el campeonato, no dudó en ofrecerle todo su apoyo.

Un encuentro inolvidable (Lupacoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora