Amor Juvenil | Larissa x Morticia

Capitulo 12

M: Mamá...?

Frente a mi estaba una mujer alta, de cabello negro y vestida con tonos oscuros. Mi madre, a quien no había visto en unos 4 años, estaba ahora conmigo. Ella era dueña de muchas empresas de moda, por lo que viajaba constantemente

M: Que haces aquí?

SF: No puedo venir a ver a mi hija?

M: Deja el discurso, que necesitas?

Me dirigió una mirada amenazante antes de sacar un sobre de su bolso. Me lo tendió y yo lo tomé con desconfianza

M: Que es esto?

SF: Has sido admitida a una de las universidades más prestigiosas en Canadá

Me tome un momento para procesar lo que dijo

M: Debe de haber un error, yo no solicite entrar a ninguna universidad en Canadá- dije abriendo el sobre y revisando el documento

SF: No fue necesario, yo me encargue de todos los tramites. Después de la graduación te mudaras

Cuando por fin termine de leer el documento me estaba hirviendo la sangre

M: Como te atreves a hacer algo así sin consultarme?! Ni siquiera quiero ir a esa universidad!

SF: Esto nos favorecerá a todos, Morticia. Tendrás una educación de primer nivel y serás una exitosa profesional

M: No mamá. Esto lo debía decidir yo, nadie mas. No me quiero ir de Jericó, tengo muchas cosas importantes aquí!

SF: No seas ridícula. Tienes una oportunidad única, no la puedes desperdiciar

M: No hare esto- dije devolviéndole el documento- diles que rechazo la oferta, porque ni pienses que voy a ir

Me di la vuelta, dispuesta a irme

SF: No creo que quieras que Larissa se perjudique por esto

Frene en seco y la mire atónita

M: No la metas en esto, no tiene nada que ver 

SF: Sabes que tengo el poder como para que no la admitan en ninguna universidad prestigiosa. Es tu decisión- dijo tendiéndome el sobre

M: No puedo creer que seas mi madre, no tienes corazón

SF: Claro que soy tu madre. Se donde te duele más

Le quite el sobre de la mano con brusquedad y me dirigí a mi habitación. Sentí como mis ojos se humedecieron y las lagrimas empezaban a rodar por mis mejillas. Antes de entrar me las seque con el dorso de mi mano

Al entrar vi a Larissa leyendo, sentada al borde de su cama. No pareció notar mi presencia, por lo que me senté junto a ella y la abrace

L: Volviste! Donde has estado?

Intente responder, pero sabia que me quebraría inmediatamente. Como se supone que le diría? Como le diría al amor de mi vida que me iría lejos y ya no estaríamos juntas? Después de haber luchado con mis pensamientos y decidirme por pedirle a Larissa ser mi novia... todo se había arruinado

L: Mor?- pregunto al ver que no le respondía

Puse mas fuerza en el abrazo. Dejo de preguntar y se echo en su cama conmigo encima. Rodeo mi cintura y deposito un beso en mi mejilla. De pronto, todo mi enojo se disolvió. En sus brazos estaba tan tranquila. Sabia que en algún momento le tendría que decir, pero el solo pensar que iba a perder estos momentos tan lindos y que probablemente no los volvería a tener... no lo soportaba

Larissa comenzó a dar leves caricias a mi espalda, haciendo que me adormeciera y apoyara mi cabeza en su pecho

L: Sabes que me puedes contar lo que sea, verdad?

M: Solo un poco mas, por favor...-le rogué intentando que su toque se quedara grabado en mi piel

Esto iba a hacer probablemente lo mas doloroso que iba a hacer. No quería... no podía dejarla. La necesitaba junto a mi

M: Lari... debo decirte algo- dije sentándome, haciendo que me imitara- Te amo mas que a nada. Nos conocemos desde pequeñas y en todo momento me has apoyado. Aun no sabemos que pasara después de la graduación-

L: Pues... iremos a la misma universidad ¿verdad? Mor, lo hablamos hace meses- pregunto confundida

M: Lari...-dije tomando sus manos- sabes que si por mi fuera lo haría. 

Le entregue el sobre y ella me miro, todavia sin entender nada. Saco el documento y empezó a leer

M: Mi madre solicito que entrara sin avisarme. Me voy a Canadá después de la graduación- dije con los ojos húmedos

Al terminar de leer, las lagrimas ya cubrían el rostro de Larissa 

L: No puede ser...- susurro mientras ocultaba su rostro en sus manos. Empezó a sollozar

Deje que pasaran unos minutos para que se calmara, pero no me dirigía la palabra

M: Cariño por favor dime algo...- le rogué

Se puso de pie, tirando el papel lejos de ella y saliendo de la habitación

M: Larissa!- grite desde la puerta

Esperaba esa reacción. La había ilusionado con una relación y ahora le decía que me iba a ir. Sabia que iría con Lexa, por lo que me quede tranquila. Mis mejillas se mojaron por las lagrimas que brotaban de mis ojos. Maldije a mi madre, que me estaba causando el peor dolor de todos. Pero por mi mente no paraba de rondar la misma pregunta:

¿Por qué estaba pasando esto?