DESTINO - SAILOR MOON - AU [TERMINADA]

CAPÍTULO 12: MENTIRAS Y VERDADES III

A veces aferrarnos a una mentira es menos doloroso que enfrentarse a la verdad.

Mientras las chicas se encaminaban hacia el departamento de la rubia al otro lado de la ciudad se debatía mentalmente joven hermano de Michiru, sin saber que o cómo hacer para decirle la verdad a su hermana. Sabía que no decirle era peor que decirle y si era sincero consigo mismo ya no quería ni podía estar cerca de Michiru sin decirle quien era realmente, adoraba a su hermana y estaba harto de fingir que su interés por ella fuera solamente porque era su chófer y un tanto más haya porque habían crecido dentro de la misma casa como dos buenos amigos y siempre tratándose como tales a escondidas de todos. Estaba harto de no poder cuidar y querer a su hermana como él quería; quería darle el cariño que ella tanto merecía que sus propios padres se habían negado a darle por ser como eran, pero no quería ocultarle más lo que ella significaba para él y estaba dispuesto a hacérselo saber lo más pronto posible aunque todavía no sabía cómo, de lo que si estaba seguro era de que no importaba como le diría la verdad ambos se lo merecían; ahora solo quedaba el cómo hacerle entender a su hermana lo que eran en verdad y que fuera y a pesar de todo el siempre estaría para ella sin importar nada.

"Tengo que encontrar la manera de decírselo, esto no puede seguir así" reflexionaba el chico mientras preparaba las cosas de Michiru "Aunque deba romper mi promesa contigo mamá, ahora Michiru es la única familia me queda y quiero seguir ocultando mi cariño por ella, debo estar volviéndome loco ahora ya hasta hablo solo" se reprendía Ryu.

POR OTRO LADO, EN EL DEPARTAMENTO DE HARUKA...

"Donde demonios se supone que han estado?" pregunto Makoto a verlas cruzar el umbral "Tenou hay un aparatito llamado celular o teléfono móvil si prefieres que te sirve para que puedas comunicarte cuando sucede algo, tienes idea de lo preocupada que estaba sin saber si estaban bien?" volvió a preguntar la peli castaña esta vez volviendo la mira hacia Michiru.

"Tranquila fiera estoy bien, me olvide llamar y créeme en esos momentos era lo último en lo que habría pensado" respondió la rubia mirando a Michiru que intercalaba la mirada en ambas. "Siento no haber llamado y haberte preocupado" se disculpó con la peli castaña acercándose a ella y abrazándola "Por cierto Michiru se quedará con nosotras, tienes sus cosas para que pueda llamarle a su perro guardián" dijo una vez se separó de ella y acercándose a Michiru.

"No creo que sea la manera correcta de referirte al joven Ryu" recrimino Makoto a Haruka "Es un joven muy amble y de no ser porque estaba preocupado por usted su pasada de neandertal es pasable" dijo la chica

"Eso que quiere decir?" pregunto la rubia "Qué diablos te hizo eso imbécil?" volvió a preguntar un poco más alterada.

"Cálmate" interrumpió la castaña al ver que no pararía "Fuera de casi botar la puerta a golpes no hizo nada que no hubiera hecho cualquiera en su lugar, estaba muy preocupado por usted Srita. Kaiou llamaron de la universidad a su casa para saber porque salió del campus de la forma en que lo hizo" explico la chica ya dirigiéndose por primera vez a Michiru. "Le dije que la traerías a casa y que si era posible que él la cubriera en su casa dijo que si y ahora debe de estar de camino con sus cosas para que pueda pasar la noche fuera sin ningún problema; y ahora si me disculpan son más de las 7 de la noche y tengo hambre iré a preparar algo para cenar" concluyo dejándolas aun en el umbral.

"No te preocupes por ella a veces es algo gruñona pero es buena gente" le dijo la rubia a Michiru dejándole un tierno beso en la mejilla "Bueno ahora ya sabes que mi imagen de galán no es más que una fachada esta es mi realidad Michiru, un sencillo departamento compartida con mi mejor amiga" dijo mostrándole el pequeño salón de la entrada donde prácticamente se podían ver todas las habitaciones del departamento, las dos habitaciones el baño que debían compartir, la pequeña salita y el no muy espacioso comedor. Las chicas habían aprendido a organizarse y a aprovechar todo el espacio posible, vivían un pequeño y modesto departamento, pero no les hacía falta nada.