CAPITULO UNICO

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Israel veía todas las publicaciones y noticias donde no paraban de decir que su pareja le había sido infiel. Eran acusaciones sin fundamento, sabía que no era cierto o mas bien trataba de convencerse que no era de tal manera. Aunque lo fuera, había sido culpa suya, sabe que él fue en primero en fallar y la había orillado a esto.

-Al parecer ya te enteraste, te dije que ella te terminaría fallando- hablo él causante de su problema actual.

Miro alrededor notando que los vestidores ya estaban vacíos, por estar perdido en sus pensamientos no noto que sus compañeros se habían ido dejando a los dos solos.

-Ella no me falló, solo esta herida, porque yo fui él que la traiciono primero-

Y era verdad, al dejarse llevar y aceptar esa propuesta, creyendo que nadie se enteraría. Pero realmente esto había empezado antes de eso, con esos toques y acercamientos en los partidos y entrenamientos.

-Solo dices eso para tratar de engañarte a ti mismo, pero los dos sabemos que solo la usabas a ella para complacer a todos allá afuera-

Quería decirle que era mentira, que estaba mintiendo y que su relación estaba muy bien. Pero no era así, todo esto fue para convencerse de que no tenía sentimientos por el portero de su equipo.

-Yo...-

-No tienes que mentirme, se que lo harás, pero a mi no me tienes que engañar, te quiero tal y como eres-

Tomo su rostro con delicadeza y unió sus labios. Le hubiera gustado decir que en el beso solo había lujuria, una manera de sacar sus frustraciones. Pero no era así, si había lujuria, pero no era el sentimiento que predominaba en el beso, si no amor. Por que era así, no sabe cuándo sucedió, pero sabe que lleva tiempo enamorado del portero.

-Por favor Israel, no sigas con este engaño que solo nos esta lastimando y también a ella- fue acomodado para estar encima del regazo del portero -Ya sabes que yo te complazco mucho mejor de lo que lo hace ella-

Caricias y besos empezaron a ser repartidos por su cuello y él comienza a corresponder estas caricias.

-No puedo hacer eso, la gente no lo aceptaría- respondió tratando de no gemir entre palabras.

-La gente puede no saberlo, quedaría entre nosotros, pero ya no te engañarías mas y por fin estaríamos juntos-

Quería a volverse a negar, pero el movimiento que había comenzado Malagón para que hubiera fricción entre la parte baja de los dos, hacía que empezara a perder el control.

No se negó, tampoco acepto, solo dejo que el portero siguiera haciendo con él lo que quisiera. Igual que esa primera vez, que había provocado ese enojo a su novia.

Termino recostado en el piso de los vestidores, con el portero encima de él y entre sus piernas. Comenzó quitándole su playera y acariciando donde ya no había una prenda que le estorbara. Sentía como subía la temperatura de su piel por donde él otro pasaba sus manos.

Otra vez sus labios se unieron mientras le eran quitadas las prendas que le faltaban.

-Siempre te resiste, pero al final estas igual de ansioso que yo-

-Ángel...-dice, pero suena más como un gemido.

El portero no lo deja seguir hablando y lo vuelve a besar mientras toma su erección entre su mano, su mano que ahora se siente tan caliente y lo hace sentir tan bien.

-No es justo que yo este así y tu aun sigas con ropa- le dice en cuanto se separan del beso.

- ¿Por qué tanta prisa? -le sonríe divertido.

-No quiero que alguien llegue y nos vea-

-Así que no quieres que nos interrumpan, si es por eso entonces ayúdame-

Eso hace, lo ayuda a quitarse su ropa y a veces se quedaba un poco mas admirando su cuerpo trabajado por el entrenamiento de portero.

-Sabes que me gusta un poco más de juego previo, pero parece que tienes prisa-

Ya sabía a donde dirigía su mano y lo confirmo cuando sintió como con un dedo jugaba alrededor de su entrada para después insertarlo, para comenzar a prepararlo.

-Ya te estas acostumbrado a esto, prepararte ya no es tan difícil-

No contesto, solo podía gemir mientras sentía como sacaba y volvía a insertar su dedo en él. Después de un rato de estar así, el portero decidió que ya estaba listo para tener dos.

Inserto el segundo dedo y lo siguió preparando, pero para Israel ya no era suficiente, necesitaba algo más grande.

-No dijiste qué harías esto rápido- le reclamo.

-Bueno, si tanto lo quieres, solo quería ser amable contigo-

Lo beso haciendo que todos sus gemidos se ahogaran en su boca mientras insertaba su miembro en su entrada de manera lenta, era un poco doloroso, pero cuando llego a cierto punto el dolor disminuía y el placer aumentaba.

-Eres tan estrecho, tan perfecto para mi- le susurro al oído y no sabe porque eso de alguna manera provoco que sintierra más placer.

Malagón comenzó a moverse primero lentamente, para ir aumentando el ritmo hasta mantener un vaivén constante que solo lo hacía soltar gemidos.

-Ángel, Ángel- decía mientras apretaba sus manos en la espalda del portero, algo que dejaría rasguños muy obvios.

-Tranquilo mi amor, como voy a explicar esas marcas-

Aunque dijera eso, el portero también estaba dejando sus marcas por todo el cuello y pecho del defensa.

Malagón empezó a aumentar el ritmo al sentir que estaba cerca de terminar y por como sentía que el interior de Israel comenzaba a apretarlo un poco más, también estaba en su límite.

Los dos llegaron a su clímax al mismo tiempo, pero esta vez quien inicio el beso fue el defensa, eso hizo sonreír internamente al portero. Era un beso desesperado pero lleno de sentimientos.

-Ahora tendremos que bañarnos de nuevo- le dijo Malagón una vez que se separaron.

-Solo quedémonos así un poco más-

Israel aun no sabía cuándo comenzó esto. Habrá sido cuando esos abrazos y toques en los partidos empezaron a durar más de lo normal o cuando o cuando mientras el equipo se felicitaba por una victoria o buen entrenamiento, Ángel se acercaba y le decía al oído que había hecho un buen trabajo.

No lo sabía, pero le gustaba que haya pasado. Pero Malagón tenía razón, debía arreglar su situación con su novia, no podía seguir engañándola cuando su corazón pertenecía al portero.

ENTRE EL AMOR Y DESAMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora