¿Y si?

3. Ambas necesitan mucho de ti

Fred POV

Erika extendió su mano hacía mi – Tomalá – pidió

No muy seguro tomé su mano y de inmediato hicimos una aparición en el lugar donde jamás imaginé buscar a mi hija.

Estar aquí era revivir el momento más oscuro por el que he tenido que pasar y era tan difícil como el primer día.

– El cementerio – dije con un hilo de voz

Y no era cualquier cementerio, era en donde estaba mi bonita.

– Ven – Eri comenzó a caminar

No me moví y sinceramente no quería, me dolía tanto estar en este lugar. En los seis meses que han pasado jamás he pisado este lugar por el simple hecho de hacerme el ciego a enfrentar una realidad tan horrible como la muerte de Ji. Estoy consciente de que ella jamás volverá pero prefiero vivir en la mentira que me invente a mi mismo a estar aquí reviviendo ese amargo momento.

– No puedo

– Fred, si Zara está adentro al que necesita ver es a ti, no a mí – regreso sobres sus pasos – Así que deja de ser tan cobarde, entra y enfrenta todo lo que esto significa.

La mire mal pero como últimamente pasaba ella tenía razón.

– Mi hermano tiene suerte de tenerte – dije comenzando a caminar

– Lo sé – dijo con un tono egocéntrico

Caminamos un largo tramo hasta donde estaba la lápida de Ji y ahí vi esa inconfundible cabellera roja. Eri se quedó unos pasos atrás mientras que yo me acercaba.

Zara estaba sentada en el suelo con sus brazos apoyados en la losa con el rostro escondido entre ellos.

– Hola – salude poniéndome en cuclillas al lado de ella.

Zara levantó la cabeza lentamente y me miró. El corazón se me encogió cuando vi sus ojitos rojos y aun llenos de lágrimas pero esa mirada de enojo que me dedicó esta mañana aún estaba.

– Lo siento, bebé... – me senté a su lado recargando mi espalda en la lápida y tomó a Zara en brazos acurrucándola en mi pecho como si fuera una bebé.

Tan pronto estuvo en mis brazos se soltó a llorar.

– Ya ya... entiendo que esto es difícil, también lo es para mi pero mira el lado bueno – acune su rostro entre mis manos – me tienes a mi, a tus hermanos, a tus tíos, a los abuelos... sé que no es lo mismo y sé que estás aquí por mi culpa... – tome aire – lo siento mucho, me pasé un poco... – me miró como solía hacerlo Jill cuando me excedía en algo – bueno, me pasó mucho pero por eso estoy aquí, para pedirte una disculpa... Trato de hacer lo mejor que puedo, prometo no ser taaan severo la próxima vez, ¿te parece bien?

Zara solo asintió con la cabeza como solía hacerlo cuando estaba triste o enojada, en esa clase de momentos no le gusta hablar tanto.

– ¿Vamos a casa de los abuelos? – pregunte después de unos minutos en los que la estuve consolando

– Vamos – dijo mi niña después de sorber su nariz

Me levante aun con ella en brazos y camine a donde Eri quien acarició un poco la espalda de Zara

– Iremos a la madriguera – le comente a Eri para luego buscar un lugar más oculto y hacer una aparición solo Zara y yo, ya que mi cuñada tenía que regresar con George

– Si, por favor – hablo en un tono bajo

La puse en el suelo sobre sus pies pero tan pronto estuvo de pie tomó mi mano, volteé a verla y le dediqué una sonrisa para tranquilizarla y comencé a caminar a la madriguera seguido por Zara.

– Llegamos – anuncie cuando cruzamos la puerta de la cocina.

En menos de lo que dijera "quidditch" Lilith ya estaba sobre Zara abrazándola mientras que veía a mi madre con Jim en brazos

– Tonta, no te vuelvas a ir sin mi – escuche que Lilith le decía a Zara por lo que volteé a verlas con una ceja levantada – es broma pa – sonrió inocentemente cosa que me hizo algo de gracia.

Negué con la cabeza divertidamente y me volví a mi madre – ¿que tal se portaron los renacuajos?

– Excelente... – se acercó un poco a mi y con un tono bajo me dijo – Lilith estaba muy preocupada y aterrada... Freddie ambas necesitan mucho de ti...