UNO

806 71 28
                                    

Caminaba hacia la orilla del mar mientras miraba el cielo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Caminaba hacia la orilla del mar mientras miraba el cielo.

Eran tan solo las siete de la mañana, por lo que el sol todavía no había salido para iluminar completamente el lugar. Al acercarme veo como George se encontraba sentado en aquel lugar, por lo que decido acercarme hacia donde este se encontraba sentado.

- Hola - digo mientras evitaba que el aire que hacia me despeinase más de lo posible y este gira su cabeza para mirarme con un poco de sorpresa. Su vista no deja de seguirme hasta que al fin me siento a su lado y me dispongo a ver hacia el mar.

- Anoche fue una pasada - no puedo parar de sonreír al acordarme de Arthur.

- Un desastre - dice George al mismo tiempo que yo había dicho mis dos últimas palabras de mi intervención y yo solo lo puedo mirar con una sonrisa de gracia.

- Mañana no te vas a poder levantar ni de la cama de lo agotada que vas a estar.

- Ya es mañana - le hago recordar, me resultó bastante gracioso su desubicación temporal.

Se genera un silencio de unos minutos con algo de tensión presente y no sabía cual era el motivo debido a que no había pasado nada anormal entre nosotros dos. Cada uno había estado por su lado la anoche anterior hasta el momento de irnos.

- Oye..., ¿te acuerdas de lo que pasó anoche? - rompo el silencio y siento su mirada encima de mi - Ibas un poco bastante pedo...

- Me acuerdo de todo cuando bebo aunque parezca lo contrario - se vuelve a generar otro silencio, pero este es más corto debido a que me dispongo a continuar dando conversación.

- ¿Y Carmen?

- No sé, creo que se fue con alguna de sus amigas, pero ni idea. No he hablado con ella.

- Creo que deberías hablarlo ahora con calma, digo, ayer ambos estabais en caliente y el razonamiento no estaba a vuestra disposición - ambos nos reímos, pensé que sería imposible lograr hacerlo reír.

- Aunque estuviésemos perfectamente, la razón no está muy presente nunca en nuestra discusiones, el diálogo pacífico no es una opción.

- Pues creo que deberías tomar ese método como una opción para las próximas veces.

- Ahora eres psicóloga - dispongo a mirarlo y me encuentro con esa sonrisa y mirada que tanto me enamoran de él, no puedo más con este hombre. ¿Cómo voy a sacarlo de mi mente? - psicóloga Wallace.

- Está bien, está bien. Hacer lo que queráis.

Ambos continuamos sonriendo mientras miramos hacia el mar, que hermoso lugar.

- La Belly de siempre está devuelta entre nosotros - se vuelve a generar otros silencio, pero esta vez libre de cualquier tipo de tensión, hasta resultaba cómodo - vamos a por las magdalenas antes de que se despierten los demás.

Lover of Mine [ George Russell ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora