Lover of Mine [ George Russell ]

UNO

Todos mis cumpleaños los he celebrado junto  a mi madre y hermano acompañados de la familia Russell.

So siempre iguales desde hace unos años.

George era el encargado de prepararme tortitas con forma de monoplazas de Fórmula 1, el menos obsesionado con su trabajo. Y después de comer el desayuno todos nos desplazábamos hacia el salón para abrir los regalos que me tenían preparados.

Este era el único día en el que prácticamente los chicos se acordaban de mi presencia 24/7 y no se olvidaban de incluirme en sus planes, especialmente George, lo que provocaba que mi enamoramiento hacia él durante este día se multiplicara por infinito.

En definitiva, es mi día favorito del año y espero que sigue siendo así durante los próximos ochenta años como mínimo.

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10 years ago

George me había traído las tradicionales tortitas de mi desayuno cumpleañero mientras el resto de la mesa me cantaba el cumpleaños feliz.

Al sentarse lo primero que hizo fue agarrar el sirope de chocolate para hacer un dibujo en ellas en forma de un ocho tumbado.

- ¿Qué has dibujado? - le pregunto de inmediato mientras este se hecha un poco de sirope en su desayuno.

- Un infinito, ¿sabes lo que significa? - yo niego con la cabeza inmediatamente - es muy guay, lo he aprendido en mates. 

- ¿Desde cuándo puede haber algo guay que este relacionado con las mates, tonto? - pongo la mano en su frente como hacia mi madre cuando me encontraba un poco enferma para comprobar mi temperatura corporal. - Sí, creo que George tiene fiebre. mamá.

- No, no, en serio. Ya sabes que los número pueden ser cada vez mayores, ¿no? - asiento con la cabeza mientras le doy toda mi atención a su explicación - cien, mil un millón... Para llegar al mayor de todos, hay que seguir contando... pero siempre sigue habiendo uno más grande, no tienen límite.

- ¿Y qué relación tiene el infinito con mi cumpleaños? No te entiendo.

- Es como un circuito de Fórmula 1, realmente no tiene ni principio ni final. Podrías recorrerlo sin parar, para siempre. Eso es el infinito y espero que ese infinito se convierta en las veces que me verás a ver cuando compita en la Fórmula 1 mientras me convierto en campeón mundial.

- Sigue soñando, tonto Russell - le regalo la sonrisa más amplia que hasta me provocaba un leve dolor de mejillas.

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