•Prólogo•

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"Escucha bien lo que te voy a contar aventurero si tú sueño es la grandeza y tu guía la codicia. Al norte muy al norte detrás de las montañas más grandes de todo Dasein está lo que fue una vez uno de los mayores reinos “Forging”, un reino de enanos que forjaban las mejores armas que se podría encontrar hasta que llegó un extranjero a esas tierras asediandolas por completo en lo que dicen fue una hora, dónde solo unos pocos escaparon buscando ayuda con los aventureros y como recompensa la corona de su reino aquien trajiera la cabeza de a quien llamaban extrajero ante tal recompensa el mensaje se exparcio hasta llegar incluso al objetivo de este el cual respondió, con su propio mensaje deformó las nubes hasta que tomaron la forma de un rostro que hablo a oídos de todos"

-Yo soy Blad e escuchado lo que se ofrece por mi vida y me parece indignante así que le digo a cual quiera que lo desee, todos los tesoros que e reunido en mi vida le espera y incluso mi título como el verdadero pecado de la codicia, ¡Ya saben dónde encontrarme!

-¡Hey Sam! ¿que haces ahí?, ¿porque no as salido?

Fueron las palabras del soldado de armadura que entro a la tienda de campaña interrumpiendo la lectura de Sam que estaba tan cómodamente sentado al rededor de varios libros y en sus manos uno de estos "Leyendas durante y después de los Dioses"

-¿Que sentido tiene que salga? ya casi termina esta guerra y ya tengo lo que quería, me sorprendió que estos mineros tuvieran estos libros sobre todo este, para ser una leyenda se hace algunas referencias sutiles a este suceso en algunos registros de...

Max irritado con la palabrería tajantemente habló

-Si si muy interesante, pero acaso vamos comernos esos libros Samuel. ¡Tuvimos suerte de estar en el equipo ganador! ¿Y te quedas aquí cuando ya solo queda tomar el premio? ¡Sal de una vez niño!

Sam se levantó para vestir su armadura con la actitud propia de un niño regañado mientras Max lo observaba hasta que salieron al campo de batalla y mientras se dirigían hacía halla. El hombre más fuerte qué se encontraba aquí se negaba a hacerlo sentado con las piernas cruzadas y la cabeza gacha frente al gobernador de estás tierras junto a su general que irritado hablo

-¿Como es posible que sigas aquí? La guerra comenzó hace días y me han dicho dicho que ni una vez as salido, acaso no escuchas el rumbo que an tomado las cosas (dijo señalando a la pared a su derecha mostrando la cercanía a la que estaba el conflicto con lo ensordecedor que era la sinfonía creada por las armas y gritos)

-¿Y ami que me interesa esto? Yo puse mis condiciones antes que esto iniciará, no saldré asta que me den lo que pedí

Fue la respuesta de este hombre que levanto la mirada mostrando lo imponente que era siendo muy robusto y estando sentado llegaba a la altura del pecho de quienes estaban frente a el, al no escuchar una respuesta empezó a jugar con los cabellos carmesis que tenía sobre su frente algo que se veía muy irreverente en algin con rasgos tan rudos

-Gobernador Marín, por favor permítame matar a esta escoria

Dijo el general esperando la mínimo gesto del gobernador para desenfundar su sable

-inténtalo ¿acaso eso cambiará lo sucesos que tanto te asustan? O ¿quizás pienses en morir rápido antes de que entren y se diviertan contigo? "Ja" tal vez hables con autoridad pero no por eso tienes un control mayor de como morirás hoy

Soñadores de CodiciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora