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¡Edward!


¡resiste, vamos!






falta poco para llegar, caer aquí seria ser presa fácil para otros.

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El alba se iluminaba a la llegada de un nuevo día, pero la brisa gélida de las ventilaciones ubicadas en el piso inferior y las zonas cerradas de las zonas evitaban el calor acogedor del sol.

¿será refrescante, o quizás.  . agobiante? No lo sabe, nunca estuvo en el exterior o al menos no en las circunstancias en donde ahora estaba. Los odiados pisos inferiores de largos pasillos, grandes cuartos, raros mecanismos de transporte y el enorme abismo en todo su esplendor. 

Lugares en donde por momentos sus pensamientos variaban con los días, podían estar en calma y luego atormentada de una hora a la otra, la verdad es que siempre estaba atormentándose por las miradas fijas sobre él. . .  miradas que llegaban con su presencia cuando estaba en la zona superior.

caminando con una singular postura, ignoraba a los hombres de batas que eran más bajos que él; y cuando llego a un cuarto vació, se encerró nuevamente para calmar la ansiedad por la presión que le daban. Se sentó en el frio suelo de forma lenta; no podían dejarlo tranquilo sin juzgarlo ni por un mínimo segundo con sus miradas. . .  

al parecer incluso dudaban de él en cuidar a los niños, entonces si era así. . .  ¿Por qué lo siguen permitiendo que venga aquí?

- ¿ho... hola?

una chillona y pequeña voz hace que el ser de tonos rojos volteara de forma leve a mirarlo; la puerta levemente abierta mostraba la carita de un niño que lo veía con temor, mientras paraba sosteniendo entre sus manos un peluche de Opila con algo de recelo. . .  lo observaba entre preocupado y miedoso.

el de gorros de fiesta ladeo aun lado su cabeza confundido, el niño poco a poco entraba al lugar con inseguridad hasta donde ban ban estaba. . .   ¿Qué hacia lejos de la zona de guardería?

según estaba enterado, ahora tocaba tiempo de refrigerio para todos esos angelitos de su mundo oscuro.

- Hey pequeño, es bueno ver a alguien aquí. . .   ¿te sientes bien, como llegaste aquí? -dijo mientras seguía sus temerosos movimientos con la mirada, no podía moverse o lo asustaría.

- ¿ban ban esta triste? 

- . .. .  disculpa, no entiendo -aclaro confundido, al tener al infante al frente de él.

- ban ban, esta triste, esta muy triste. ¿Por que?

el de rojo al escuchar aquellas pocas palabras abrió ligeramente sus ojos sorprendido, pero al ver como el agarre del menor se oprimía de repente contra el grande  -para su tamaño del niño- peluche lo tomo de forma suave por los hombros para sentarlo a un lado suyo, de alguna forma. . .  sintió una extraña sensación en su supuesta  "garganta"

Experiment  [Garten of Ban Ban]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora