Sólo bastaba leer un poco más del
universo para conocer el miedo más
irracional de aquellos curiosos. La idea de un remolino espacial capaz de devorar planetas en menos de un
segundo, y que dependiendo de su tamaño podía atraer a cualquier cosa de la infinidad cercana hacia su interior
asustaba.Pero Hansol tenía una de sus metáforas
favoritas basadas en de aquellos monstruos espaciales.Él decía que Chan tenía un agujero negro en su corazón. Y es que el menor amaba todo, todo lo almacenaba en su corazón, y siempre tenía espacio para amar más, todo lo amaba en pocos segundos y como si pudiera atraer todo para darle amor, era normal que se le acercaran animalitos y que se dejaran acariciar sin problemas, también niños y bebés o las personas adultas.
Y podía tener infinitos ejemplos de que
todo era atraído por el agujero negro en el corazón de su amado.Lo que ambos siempre recordaban con una sonrisa era cuando una tarde de primavera, en el parque, como todo había empezado con una mariposa que habían visto en una de las flores, que automáticamente Chan acercó su mano hacia ella, y el pequeño ser alado se posó en esta, caminando en su mano.
En ese momento Chan estaba sonriendo de forma amplia, mostrando sus dientes en una adorable sonrisa en sus ojos sus estrellas brillaban.
Pero fue cuestión de minutos para que
más y más mariposas se plsaran en él,
en sus brazos, sus hombros y sobre su
cabeza, llamando la atención de los pocos y tranquilos peatones, sonriendo por el chico cubierto en mariposas.—Hansol... Ya quítamelas —pidió, algo asustado por tantos delicados y hermosos bichos en su cuerpo.
El mayor se encogió de hombros, con una sonrisa recta.
—¿Qué quieres que haga? —Hansol se
acercó a él, mirando los pequeños seres— Pequeñas maripositas, ¿Quieren soltar mí lindo novio, por favor? Lo siento, pero no lo comparto.—Hansol... No se van —Chan sonó como
si estuviera a punto de llorar.—Channie... claro que no se iban a ir, estaba bromeando.
—Tengo una en la nariz —Chan cerró
sus ojos con fuerza.—La habrá confundido con una rama.
Chan estornudó, haciendo que Hansol se apartara de él de un salto y las mariposas volaran lejos, sus brillantes ojos las miraron marcharse.
—Problema resuelto —dijo el mayor con
una sonrisa divertida.—¿Qué dijiste de mí nariz? —murmuró
el menor, tomando esta con sus manos,
escondiendo la de la vista.—Que la amo —respondió el mayor, tomó sus muñecas para bajar sus manos y dejar un beso sobre la nariz del pelinegro.
Ese quizás había sido la experiencia más
rara con los animales siendo atraídos por el lindo Chan, pero como eso podrían hablar de que se le acercaban ardillas y hasta los pájaros cantaba cuando lo veían pasar.Y con otros humanos, en una ocasión
Chan terminó haciéndose amigo de
todos los ancianos que estaban jugando
ajedrez en una plaza, tanto cariño que las señoras mayores terminaron besando y marcando con pintalabios rojo sus mejillas y cuello, para luego reír cuando Hansol dramatizó que lo estaba engañando con unas encantadoras señoritas.Era común que, cuando salían a lugares
más concurridos, los niños pequeños
se le acercaran para jugar con él, a los
bebés más llorones los podía calmar en
segundos y la imagen de Chan con un bebé en brazos hacia a Hansol estrujarse por dentro, y el menor lo notaba porque brillaba con más fuerza.Y Chan amaba todo aquello y a cada
uno de esos animales y esas adorables
personas.Pero lo que más amaba era a Hansol, y el agujero negro de su corazón era capaz
de almacenar todos los gestos cursis del
mayor, incluso cuando se ponía muy
empalagoso, a Chan no le molestaba
ni un poco.A Hansol le gustaba besar todo su cuerpo, incluso podría decir que le gustaba más que tener sexo, era más suave, y podía escuchar la linda risa de niño de su novio cuando besaba su vientre provocando cosquillas, o los
jadeos cuando succionaba la piel de su cuello, o sus gemidos cuando besaba en sus partes más íntimas.Le gustaba abrazarlo cuando estaban
desnudos, así sentía el cómodo calor de su piel contra la propia, dejar caricias en su suave cuerpo.Lo había hecho muchas veces, nunca le
perdía el gusto a esas muestras de cariño, ya conocía el cuerpo de Chan de memoria, y nunca se cansaría de este.Fue en uno de sus abrazos íntimos, luego
de haber echo el amor un par de veces,
ya que Chan estaba bastante caliente esos últimos días, que el menor hizo aquella extraña pregunta.—Hansol, ¿Crees en la vida en... Fuera
de la tierra?—Sería muy raro que estuviéramos sólos
en un universo tan grande —dijo— Así
que supongo que si creo.—Y.. ¿Crees que que haya seres en la
tierra de... Otros lados?Hansol frunció sus labios.
—Eso lo dudo bastante... Digo, hay más
lugares interesantes para perder el tiempo que en la tierra.Chan suspiró.
—¿Y si están aquí? Y... Más cerca de lo
que crees..—Chan... ¿A qué viene esta pregunta?
El menor negó.
—Tú... Sabes que soy raro.
—Eres normal, Chan, lo normal es ser diferente, así que eres normal, como
todos.Chan rió.
—Soy raro en otro sentido —alzó sus ojos repletos de estrellas hacia Hansol— Hansol, yo... No soy como tu, no soy humano, no soy de aquí.
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Sweet star 𖥔 ChanSol
FanfictionHansol está obsesionado con el espacio. Chan es de otro planeta. 𖦹 adaptación permitida por: @Junchi95 𖦹 gráficos hechos por: @Mak_Park 𖦹 romance ; mpreg ; universe