Capítulo 9: 《 Las sombras del corazón. 》

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La rutina, el miedo, los domingos por las tardes, los viernes de tertulias, amores inesperados y adicciones que sobornan a almas perdidas, todo esto  te distraen del caos que llamas vida, y del pasado, ese que aún te persigue y abruma por las  noches,  ese pasado no desaparece, tarde o temprano vuelve, aunque sea para cobrarte todo el daño que le hiciste y el corazón que le destruiste. Aunque el recuerdo sólo sea la sombra de un corazón malherido.

Aquella extraña, que llegó a la mansión de los White, dejó a todos sorprendidos, pero Tom estaba impactado, porque fué la misma mujer con la que había tropezado, se preguntaba por qué estaba ahí, el quería saber la razón por la cual todos estaban tan sorprendidos al verla, como si el diablo estuviera ahí.


- Abuelo, ¿Usted conoce a esta mujer ?  -Preguntó Tom, acercándose a donde estaba ella.-

- ¿ Abuelo?  -Preguntó la extraña mujer.-

- Tom, no te acerques a ella, ven para acá!!! -Su madre le gritaba desesperado, con miedo, algo escondía.-

- ¿Tu eres Tom?  Tú eres el pequeño Tom White? estás aquí? Estás vivo!!  -Le dijo la extraña mietras se acercó a él, comenzó a tocar su cabello y sus ojos se iluminaron.-


- Elizabeth, vete de  mi casa,  deja a mi nieto y lárgate!!! -Thomas le gritó, pero se podía sentir el desespero.-

- Si, yo soy Tom, ¿Cómo usted conoce a mi abuelo y a todos los demás?  -Tom le preguntó.-


Elizabeth, fijó su mirada hacía Thomas, se preguntó de nuevo: ¿ Abuelo?  Tom lo volvió a preguntar, pero ella no decía nada, su madre lo tomó por el brazo y le pidió a gritos que subiera para su habitación,  hasta que Elizabeth le dijo estas palabras, que quizás era la gota de desbordardaria del vaso:

- Yo, mi querido Tom, los conozco a todos desde hace muchos años, a ti igual, te conozco, incluso mucho antes de verte, ya te había sentido, yo, yo... soy tu madre, Tom, yo soy tu Mamá. Pero hace más de veinte años, esta gente me alejó de ti.

La mente de Tom se convirtió en un abismo, las preguntas comenzaron a aparecer, la duda le dibujaba estrellas, la locura lo esperaba sentada  y el silencio fué la única compañía que sintió entre tanta gente. Esa era la razón por la cual si madre no lo dejaba acercarse a Elizabeth, algo estaba escondiendo, sin entender que no hay algo más absurdo que borrar un presente que nunca fué pasado.

- ¿ Es verdad lo que dice esta señora? Dime Papá! Mamá, por favor!  -Tom estaba confundido.-

- Abuelo, responde, esta señora es mi verdadera Mamá?   O alguien de los que está aquí me podría decir si es falso !!  -Nadie le dijo nada.-

- Si, Tom, efectivamente, Elizabeth, es tu madre, no podemos negar que esa es la verdad,  pero debes calmarte, te lo pido. -Thomas no se lo  ocultó.-

- Tenemos que  hablar mucho, debemos ponernos  al día.  - Elizabeth le propuso a Tom, y el  aceptó.-

Que ironía fué para Tom, encontrar a su madre, sin buscarla y que horas antes había tropezado con ella, el sólo quería alguien que le dejara todas sus dudas.

Nadie como tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora