Capítulo 18: 《 El miedo》

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Más del 80% de la veces, le tenemos miedo a cosas que solo existen en nuestra imaginación, nuestra cabeza puede llegar a ser el peor enemigo, si no la controlamos, seremos esclavos de nuestros propios sentimientos. Y quremos escapar  de algo, que ni siquiera existe.

Thomas, está feliz de haber entregado toda su fortuna a Tom, el confia plenamente en su hijo, pero tenia miedo, sabia que habia un asesino suelto, y podria matar a Tom, no queria perder lo que más quiere, mientras se ahoga en su mar de pensamiento, toma un poco de Whisky, su favorito, está en su  estudio y ya todos se fueron, el escucha unos pasos detrás de el, voltea y no hay nadie, Thomas podría estar seguro de haber escuchado algo, al instante un aroma de mujer impregna el estudio, era el perfume que usaba su esposa, el mismo que pudo oler cuando lo atacaron.

- ¡Es El !  — Dijo Thomas en el mismo momento que volvió a escuchar los pasos.—

Un frio escalofriante subió por sus piernas y su corazón se aceleró, pero nunca perdió el coraje, asi que se sirvió otro trago y se volvió a sentar, el aroma al elegante perfume se hacia cada vez más  fuerte.

– ¡Se que estás ahí ! ¿ Por que te escondes? Yo sé que estás ahí, ven y peliemos como dos hombres, si piensas que utilizando el perfume de mi difunta esposa me vas a aterrorizar, te equivocas, no te tengo miedo. – Tomas quizás estaba tomando la peor desición se de su vida.—

- Se cae algo -

Thomas va a la biblioteca y ve que fue un libro, uno más de su colección, al recogerlo ve que hay una carra dentro, la saca y la abre, sus manos temblanban y cuerpo estaba frio, lee lo que decia esta carta.

- Lo siento, pero nunca me agradó -

- ¿ Que es esto? ¿ Ahora en que juego nos quiere meter ?  Tengo que descubrir a quien no le agrada. — Se decia asi mismo-

- Abren la puerta -

- ¿ Y esa cara abuelo? Parece que viste a un fantasma, Hahaha. — Alice llegó de manera misteriosa.—

- No, yo solo estaba viendo algunas cosas, ya me voy a ir a dormir, ha sido un dia muy largo. — Tomas veia algo sospechoso en ella.—

- Está bien, abuelo, nos vemos mañana, mucho cuidado al ir a tu habitación, un beso. — Alice se fué.—

Al otro lado estaba Tom, con Leslie, en el salón de fiestas, estaban muy contentos,  ella sonriendo y encima de el, la felicidad de Tom era inexplicable, y también estaba contento por su herencia, asi que se pone de frente a ella, la toma por la cintura y la atrae a el, le habla al oido, y la levanta, la sube al piano y la besa.

- Quiero que me lo hagas, asi como tocas el piano, asi como me gusta. — Leslie estaba muy excitada.—

Tom levanta tu vestido, baja para terminar de humedecer las cosas, ella se apreta los muslos y se saborea el buen trabajo, el vuelve a subir y sin pensar la penetra, comienza suave, pero con fuerza, con ritmo e intensidad, asi como le gusta a ella gime sin silencio alguno, el le dice al oido:

- Nadie, en  tu vida, nunca... te cogerá como lo estoy haciendo, seré el único en tu fucking vida. — Tom parecia un animal.—

Después de tenerma de espalda, la pone de espalda,a jala del cabello y sigue haciendo lo suyo, ella marca todas sus uñas en el piano, y es que si el mismo dijera todo lo está precenciando, seria una nota hermosa y apasionante, Tom aumenta la velocidad, asi como los gemidos de Leslie, ella sabía que Tom Podía llevarla al cielo en cuestión de segundos, pero el se viene y ella lo hace detrás de el, ella queda encima del piano, y el en el sofá.

- Fué increible, ahora amaré el piano  más de lo debido, tendré que controlarlo. — Tom se levanta y se acerca a Leslie. —

- ¿ Debes mantener un control para amar ? Quizás no sea indebido. — Leslie se levanta del piano se coloca a un costado.—

- No, amar no es un delito, ni siqueira es un pecado, pero debes tener cuidado, mientras más ames, más fuerte será el dolor, por eso debes elegir bien quien puede destrozarte el corazón, lo demás solo son teorias. —Tom la toma de la cintura y le besa la frente.—

- Tranquilo, se porque tienes miedo, pero no va pasar nada malo, siempre estaré para ti, te lo prometo.  — Leslie se quedó arrecostada en su pecho. —

A la mañana siguiente, el detective Espinoza fue a dar un paseo a la mansión White,  quería ver como estaban las cosas después todo el desastre que habia ocurrido en la boda. La casa parecía sola, todo estaba en silencio, intentó llamar a alguien, cuando de pronto ecucha un grito y va corriendo a la cocina a ver que pasa.

- Era Alice -

Tenia un fuerte dolor en su vientre, tanto que era el causante de sus gritos, el detective, la toma y la levanta, la carga y la lleva al sofá.

- Voy a llamar a una ambulancia, debo llevarte al hospital, quizás se te adelantó el parto.  — Espinoza se estaba preocupando por ella.—

- Tranquilo, detective, estoy bien, solo fue un pequeño dolor, aún me faltan 3 semanas y tengo que esperar un poco más. — Alice no quería preocuparlo.—

- No puedo dejarte así, no me lo perdonaria, ven vamos a llevarte a tu habitación.  — El insitía.—

Ella no quería molestarlo, asi que se negó a culquier tipo de ayuda por parte de Espinoza.  El solo fue por un vaso de agua y se lo llevó,  de manera inmediata habia desaparecido el rol de tipo duro que demostraba Espinoza, esto podía ser una buena señal o quizás sería una desventaja...

Llega Elizabeth a la mansión y ve a Alice tirada en el sofá junto con el detective y pregunta que es lo que estaba ocurriendo, ellos le explican, pero ella no les prestan mucha atención solo pregunta en donde encuentra Thomas y Alice le dice que se estaba tomando un café en el estudio. Elizabeth va directo para allá, tenía mucha urgencia de hablar con el, así que sin tocar entra al estudio y lo saluda, el estaba leyendo un nuevo libro que le llegó, llamado " La novia del barco."

- Hoy amaneciste con los complejos retorcidos, por lo que veo. -  Ella solo quería su total atención.-

- Sabías que a veces hace falta morir, para saber  que nunca estuviste vivo. Este libro me lo acaba de decir, al igual que una mujer puede ser más letal que una daga. —  Thomas se habia leido todo el libro. —

- Y por lo que veo, también amaneciste bastante inspirado, recuerdo cuando te ponias poético, me encantaba mucho, pero bueno, no vine a hablar de eso. — Elizabeth se veia muy angustiada.—

- Cuéntame mujer ¿ Que te trae tan angustiada? 

- Me enteré que le diste  toda tu fortuna a Tom, a mi hijo, y eso me hace tan feliz, pero quería decirte, queiro que me otorgues el 40% de esa fortuna, ya que yo soy la madre y también porque guardé muy bien tu secreto.  — Ella solo queria dinero, no le importaba más nada.—

- No te voy a dar ni un centavo, no te daré ese gusto, eres una interesada, y ni se te ocurra decirle ni una plabara a Tom. - Thomas le alzó la voz.—

- Voy a ir ahorita mismo  a decirle a Tom, le voy a decir que el es tu hijo, no puedes negar a un hijo así Tom.  — Elizabeth comenzó a gritar.—

- ¡ Ya te dije que no ! Tom nunca se puede enterar que soy su verdadero padre, prefiero morir que decirle eso. — Thomas gritó aun más fuerte.—

-  ¿ Cómo que soy tu hijo, abuelo que está pasasno aquí?  — Tom entró al estudio —


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Nadie como tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora