》Capítulo 1

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El sonido del silbato sonó y el golpe de la pelota cayendo se escuchó en aquel lugar.
El rechinar de los tenis era incontrolable por todo el gimnasio.

Aquellos chicos corriendo sin parar, se encontraban jugando de manera amistosa a modo de entrenamiento. Dentro de unas semanas tendrían un encuentro con una de las escuelas rivales de la ciudad y como siempre, debían de dar lo mejor de cada uno.

Aquella pelota naranja iba y venía por todo el lugar intentando poder entrar en alguna de las canastas. Los gritos del entrenador se escuchaban casi desgarradores.

Unos ojos expectantes en las gradas, veía todos los movimientos, su cabeza iba al compas de los pasos de los jugadores. Y reía levemente ante los insultos que aquel adulto le dedicaba a los jóvenes.

— ¡Tranquilo Blosom! —gritó uno de ellos—te quedaras sin esa melodiosa voz y debes guardarla para el día del partido. ¡Que haríamos sin ella hombre!

Todos comenzaron a reír, provocando la irritación del mayor.

—Sigue así y te prometo que no jugarás número cinco—el mencionado le dedico una mala mirada.

—Vaya, cada día son más buenos—murmuró el dueño de aquella mirada tan concentrada en el partido—y más altos.

—Si, Kai estaba super emocionado porque ha crecido 1 centímetro—sonrió falsamente y rodó los ojos, su mejor amigo imitó su acción ante su sarcasmo.

—Oh pequeño Teo, entiendo tu envidia, pero no te preocupes, aún estás a tiempo de que sigas bien tu desarrollo, recuerda comer frutas y verduras.

Una mala mirada fue lo que recibió, él rio.

No es que fuese muy bajo, pero tampoco era el más alto. De sus amigos, Teo era un poco más bajito y era algo que no disfrutaba mucho a decir verdad, tenía la meta de que su altura aumentará e inclusive un poco más que la de ellos para que así dejaran de burlarse.

Además, el odiaba ser el más bajo, así fuese unos miserables centímetros, nada del otro mundo. Su amigo era muy obstinado.

Continuó con su labor de observar. Realmente todos eran unos excelenge jugadores. Veía todo el tiempo los entrenamientos y partidos debido a que uno de sus mejores amigos se encontraba dentro; ocupaba el segundo puesto y era uno de los importantes hasta donde tenía entendido.
Siempre lo iban apoyar y se quedaban a esperarlo, algunas veces cuando los entrenamientos tocaban durante alguna clase, ellos preferían irse con el menor y olvidar por un momento a los horribles maestros.

Él no era muy fan de los deportes, prefería pasar su tiempo en otras cosas. Podía ser un poco perezoso para ese tipo de actividad, más aún así, disfrutaba de ver los partidos de cada equipo. Claro, en especial donde se encontraba Kai.

—Mirá eso—salió de su pequeña burbuja al oír a la persona a su lado hablar—debió doler como una patada en los bajos.

—El peligro de los deportes, es por eso que no decidí entrar a ninguno.

— ¡Ja! —se burló—no lo hiciste porque eres demasiado idiota para esto. Si estuvieras en un partido, probablemente anotarias, pero para el equipo contrario.

—Cierra la boca.

Le dio un empujón. Un puchero se colocó en sus labios y colocó una de sus mejillas sobre su palma, bueno, tal vez había otra razón por la cual no ponía su interés en los deportes. No podía trabajar bien bajo presión y es probable que ahí dentro. Fuera todo un bobalicon, era imposible no poder ser torpe y se encontraría perdido en medio de todos como un venado siendo acechado por un tigre. Ba, pero era más por ser perezoso. ¡Claro que si!

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2023 ⏰

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