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Está hecho, no puede arrepentirse ahora de la acción. Tampoco quiere pensar mucho sobre eso, mientras da vueltas sobre su litera tratando de dormir. Evita mirar hacia el escritorio donde dejó la bolsa con su ropa salvada. Liu Qingge piensa que debe lavarlas con urgencia, hacer el servicio por sí solo y a escondidas para evitar que lo descubran y guardar sus túnicas en su propio armario donde siempre debieron estar.

Él no es un ladrón, solo ha recuperado sus cosas. Si alguien pregunta, eso dirá. Culpara a Shen Qingqiu de meterlo en este problema adrede, de regocijarse con la intrusión ¿quién ha sido el malhechor primero?

Si le preguntan qué hacia merodeando en la habitación privada de su shixiong, él dira la verdad.

Sospechaba.

Si le cuestionan por qué razón, él enumerará las veces que Shen Qingqiu fue a visitarlo por cortesía y su ropa desapareció. La coincidencia fortuita que incluso los discípulos más distraídos descubrieron por él. 

No pueden culparlo de nada, su ropa en la cama de Shen Qingqiu, tomada sin su permiso de su Pico para calmar las hormonas del líder de Qing Jing ¡Que humillación!

Ah, cuanto más piensa en las explicaciones que dará, más se incomoda  y la bolsa encima de su escritorio se vuelve pesada y molesta. Cierra los ojos y exige quedarse dormido, algo comienza a martillar su cabeza por dentro. Abre los ojos y mira la bolsa. Shen Qingqiu ya debe haberse dado cuenta de lo que pasó pero aún no habrá atado cabos. Liu Qingge se refrena, Shen Qingqiu no podrá dormir con su nido así, quizá esté buscando las prendas faltantes en su habitación, interrogando a sus discípulos hasta dar con el culpable.

—¿Quién entró a mi habitación en mi ausencia?

Como si lo escuchara.

Algún discípulo confesará, tarde o temprano. Liu Qingge intenta no pensar en eso pero quiere, ¿cómo reaccionará Shen Qingqiu cuando le expliquen la presencia de su shidi en la casita de bambú?

—Se fue sin decir nada. Vino a verte, shizun, te esperó en tu casa pero se fue sin decir nada.

Liu Qingge se incorpora, el latido se intensifica, y mira su escritorio. En un arrebato, abre la bolsa y cuenta, seis túnicas y una manta de contención que Liu dejó en su cama deliberadamente para impregnarlo. Tenía la intención de llevarselo a su hermana para llenar su propio nido con los aromas de su familia pero nunca lo hizo porque Shen Qingqiu lo robó. Shen Qingqiu que no tiene familia pero sí discípulos mayores que lo estiman, a zhangmen-shixiong que lo adora, lo robó en lugar de...

Pedirlo.

Liu Qingge acerca una prenda para olerla y la tira de nuevo bruscamente. Esto huele aún a él a pesar del tiempo transcurrido, Shen Qingqiu debió buscar con desespero el perfume de Liu Qingge alrededor ¿pero cómo? ¿acaso encapsuló su perfume mientras se visitaban? Liu Qingge no puede imaginarlo recolectando sangre de bestias, desinfectante de heridas, unguentos para mezclar hasta conseguir el efecto deseado ¿Por qué a Shen Qingqiu le gusta su olor a sangre, hierro amargo y pelea? A nadie le gusta. Qi Qingqi lo rocía con desodorante cuando se acerca pero...

La ropa ahora huele a los dos, el aroma de Liu Qingge es dominante pero el aroma de la habitación de Qingqiu está aquí, su propio olor, Liu Qingge no puede evitar pensar eso. 

No recuperó sus prendas solo, él arruinó algo. Shen Qingqiu es ahora su amigo, después de años de resentimiento, malos entendidos y absurdos conflictos de interés, ahora es su amigo ¿por qué no pidió estas túnicas en vez de llevarlas así? ¿por qué? ¿por vergüenza? Este Shen Qingqiu no la tiene. Liu Qingge no tiene ánimos de pensar una respuesta ¿será tarde para salir a Qing Jing para devolver esto? ¿o es mejor dejar todo como está? Quizá Shen Qingqiu ni siquiera se haya dado cuenta o haya olvidado qué había exactamente en su nido. Quizá Shen Qingqiu pueda perdonar a este bruto insensible y disculparse como corresponde por robar, tampoco es que esté buscando que se lo castigue. Él va a dejar todo esto así, él va a olvidar que esto pasó, solo quiere que Shen Qingqiu siga siendo su amigo.

El ladrón de nidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora