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Clemencia

Capítulo VI.
Clemencia.

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       Raptor estaba haciendo el desayuno, se encontraba un tanto nervioso por lo que se desquitaba mientras hacia unos huevos revueltos. Sparta no decía nada solo miraba como el castaño se movía de un lado para otro.

Con desesperación se levantó y se acercó hacia Raptor, lo apartó de la cocina y se puso manos a la obra. Raptor observaba con asombro como Sparta movía sus manos al cocinar, nada comparado a él.

En vez de quedarse viendo decidió irse a sentar al comedor, había sido humillado en su propia casa. Apoyó su cara entre sus dedos entrelazados y observó a Sparta. Se sentía extraño ver a alguien más en su casa.

Sparta terminó de cocinar y le entregó un plato a su compañero, Raptor se sorprendió ante la buena presentación que hizo el asesino.

— Esto es...impresionante

Algo dentro de Sparta había retumbando ante aquellas palabras, no pudo evitar sentir la sangre hervir en sus cachetes, algo realmente no estaba bien.

— Solo come

El desayuno fue en silencio y totalmente incómodo, Raptor no quería mirar a Sparta pues sabía que éste lo estaba observando.

Sparta estaba lavando los platos, aún no podía creer que estuviera lavando los trastes de un completo desconocido, estaba impresionado.

— El policía acaba de informar que pronto llegará aquí

El asesino se quedó estático, por un tiempo había olvidado acerca de su misión en primer lugar ¿Qué se supone que estaba haciendo?.

— Eh...sí...yo...debemos prepararnos

Dejó el plato que tenía en su mano de donde lo había tomado, se giró en su propio eje para quedar de frente a Raptor, se miraron por unos minutos y luego Sparta suspiró.

— Sígueme

Raptor tragó saliva y fue junto al castaño, al entrar en la cocina Sparta le señaló los platos y entendió perfectamente, se acercó al lavadero y empezó a fregar.

— ¿Se supone que debo hacer esto?

— Sí, así es

— ¿Hasta que él llegue?

— Sí

— B-bueno

Raptor escuchó los pasos de Sparta alejarse, volvió a concentrarse en los platos intentando ignorar el hecho de que su vida dependía de un asesino en serie, pero, ¿En verdad quería seguir viviendo?, Era una pregunta difícil de responder.

El tiempo pasaba y el de ojos bi color comenzaba a desesperarse, la paciencia no era una de sus virtudes. De vez en cuando daba pequeñas mirabas hacia el asesino y no evitaba sonrojarse, no entendía porque.

Un toqué en la puerta hizo que se sobresaltara, había terminado de lavar los platos hace tiempo atrás, pero solo optó por quedarse quieto. Dió un suspiro y se preparó mentalmente para lo que sea que fuera a pasar.

Salió de la cocina y se acercó a la puerta principal, su corazón estaba latiendo, todo era para ayudarlo a él. Cerró sus ojos y abrió la puerta con fuerza, los abrió al momento de sentir la luz del sol, frente a él estaba el policía con la placa que decía "Timba".

— Hola señor oficial — al verlo se sentía más seguro, no sabía porque, pero lo sentía

— Buenos días — saludó cortés

Raptor le dió chance para que entrara, ambos fueron al comedor mientras platicaban acerca del plan que iban a hacer, el de pelo marrón estaba acechando al oficial, debía de ser cuidadoso.

— ¿Quiere un café?

Sparta se desconcentró un momento al ver la sonrisa de Raptor, pero volvió en si al escuchar la voz del policía, volvió su concentración y cuando vió al bi color voltearse corrió hacia el oficial y le rompió el cuello. Raptor cerró los ojos al escuchar el crujido de éste, no se atrevía a mirar, no quería hacerlo.

— ¿Ya está?

— Sí

— ¿Qué vas a hacer con él?

— Tal vez tirarlo en la basura, quemarlo o mutilarlo, no lo sé

"¿Por qué me metí en esto?" Se preguntaba Raptor