Malentendido (MoShang, BingYuan)

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MoBei no quería perder tiempo en formalidades. Entró a la oficina de Luo Binghe empujando con el pomo de la puerta a Sha Hualing lejos de su radio.

-Jushang, voy a casarme con Shang Qinghua -soltó.

Luo Binghe ni siquiera parpadeó.

-No, no puedes.

Ah, una pelea en ciernes. Sha Hualing fue por la cámara pero cuando regresó liderando una banda de pillos curiosos, los jefes aún no habían destruido nada.

-¿Por qué no?

-No puedes casarte antes que yo con mi shizun.

-¿Y eso cuando va a ser?

MoBei sacó su agenda que Qinghua decoró con dibujos de unas cosas llamadas "Esferas de dragón" que aún no había encontrado por ninguna parte (para consternación de Dawang).

-A mi shizun le da mucha pena y además siente lástima por tener que invitar a los que rechazó.

-Que no los invite entonces -ladró la solución MoBei.

-Tiene que hacerlo, es diplomático pero le va a tomar un tiempo hasta que se anime.

-Entonces ¿yo dependo del humor de Shen Qingqiu para ser feliz?

Luo Binghe hizo tamborilear sus dedos sobre su pierna.

-Ya eres feliz, no tientes a la suerte.

..........

MoBei no sabía cómo iba a darle la noticia a Qinghua sin hacer quedar mal a Jushang. Había pensado mentir pero luego se dio cuenta que tendría que fingir demasiado, le dio pereza y mandó todo al diablo.

-Qinghua, no podemos casarnos.

Shang Qinghua inhaló fuerte, sofocando un sollozo naciente.

-Lo sabía... pero ... De todas las razones que pudiste elegir para cancelar esto ¿cuál elegiste?

MoBei Jun arrojó un retrato del culpable al escritorio, partiendo el retrato y el escritorio de una sola vez.

-Shen Qingqiu...

-¿QUÉ?

.........

Shen Qingqiu acababa de levantarse, adolorido después de una noche de arrullos y acción cuando la puerta de su casita de bambú se abrió de un golpe dado por una patada del pie del señor de An Ding.

-Avion, ¿qué haces tan temprano en el reino humano?

-¡A tí te estaba buscando! ¡Aaaah!

-¿Qué te pasa? Cálmate, vas a despertar a Binghe.

-Ya estoy despierto, shizun ¿por qué Shang-shishu te persigue con un mazo?

Shang-shishu volvió a gritar en la cara de Binghe antes de volverse a Shen Qingqiu para acusar:

-¡Me quitaste a Dawang! ¡¿Por qué?! ¡No te bastaba tener un demonio celestial! ¡¿Quieres uno de cada especie también para tu harén, codicioso manipulador?!

-¿De qué estás hablando? ¡Estás demente!

-¡Ya no somos amigos, Pepino! ¡Me vuelvo a casa!

Y lo golpeó.

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