Esto no es el comienzo

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No me lo podía creer. Mi padre me acababa de ganar a un partido de baloncesto por primera vez. Cuando él solo había jugado unas dos o tres veces en su vida y yo llevaba desde los 7 años jugando.Estamos hablando de que llevaba ocho años jugando, que no son pocos. Pero eso no era lo peor de todo; él había hecho trampas. Cuando iba apuntando los puntos que marcábamos, se añadía algún punto más cuando yo no miraba a su dirección.

Mientras que yo estaba indignada mirando los puntos apuntados en el cuaderno y dándome cuenta de lo que había hecho, me quedé con la boca medio abierta, le vi que no paraba de correr dando saltitos por toda la cancha con los brazos hacia arriba cuando subí la cabeza del cuaderno, el gritaba que era el mejor solo para burlarse de mí. Enfadada tiré el cuaderno hacia el suelo con mala leche yempecé a correr detrás de él.

-- ¡Podrás ser el mejor en muchas cosas! ¡Pero en el baloncesto yo soy mejor que tú! -- gritaba corriendo detrás de él con la voz agitada manifestándose esos meses que llevaba sin hacer apenas ejercicio.

-- Pero te he ganado --. dijo orgulloso parándose en seco para girarse hacía mí y sacarme la lengua como un niño pequeño.

-- Suerte del principiante o del tramposo - la última palabra la dije con un tono de indignación y con el ceño fruncido. Él en cambio, solo se reía de mí.

Fui hacia la pelota para ir a recoger después de haber descansado y bebido agua mientras que teníaa mi padre de fondo burlándose de mí. Pareció que él no quería irse cuando decidió coger la pelotaantes que yo apareciéndose delante mía como si de flash estuviéramos hablando.

-- A que no consigues cogerla - habló poniendo la pelota en su mano y subiéndola lo más arriba que podía.

Antes de ir a por él, me crucé de brazos porque no estaba dispuesta a seguirle el rollo, pero como veía que él no quería parar empecé a correr detrás de él y a saltar a por la pelota, ya que mi padre me sacaba una cabeza y media.

Desgraciadamente en uno de los saltos me tropecé con uno de sus pies, me di contra él y nos caímos los dos. Nos empezamos a reír tan fuerte, mientras que uno daba al suelo con el puño cerrado por la risa y la otra moviéndose tanto también por la risa que empezó a dar vueltas por el suelo de la pista.La situación desde otra perspectiva podría ser graciosa, sin darnos cuenta que alguna persona se nos quedó mirando desde lejos.

Todo esto empezó porque mi padre y yo decidimos irnos a pasar la tarde a jugar al baloncestojuntos, porque yo llevaba unos cuatro meses sin jugar por una lesión y había tenido que descansar durante un tiempo. Y las ganas de jugar otra vez eran muy grandes, así que, ¿cómo de mejor era volver a jugar al baloncesto sí no era con mi padre?

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En el camino de vuelta, en el coche, teníamos puesto de fondo un poco de música, concretamente i will be de Avril Lavigne. Los dos ya estábamos un poco agotados y durante un rato largo estuvimos callados.

Ya al notar demasiado silencio desde mi punto de vista, decidí decir lo primero que pensé.

-- Deberíamos repetir este partido.

Hablamos los dos a la vez, yo giré mi cabeza rápido hacia la izquierda para mirarlo sorprendida por la conexión que tuvimos en ese momento.

-- Si, ya veo que estás de acuerdo conmigo. -- comenté riéndome y volviendo a mirar hacia el frente.

Al llegar a casa, fui a dejar las cosas y a ducharme. Mientras que mi padre preparaba la cena y dejarle con su orgullo de que había ganado un partido a su hija.

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