"Adelante, debes resolver el misterio"
Me dijo la voz.
Quise preguntarle, algo, cualquier cosa, preguntar lo que sea, preguntar sin pregunta, exclamar interrogación con la mirada y encontrar mi mirada con la suya, para que viera mi sinceridad, mi confusión, mi no sé, mi todo. Me dijo "las pistas llegarán instantáneamente", pero me quedé parado esperando, esperando, y nada llegó, sólo el silencio de las montañas infinitamente lejanas. Sí, estaba en un valle rodeado de montañas. Estoy en un valle rodeado de montañas. Infinitas montañas, o bien, algunas montañas infinitas, infinitas de alguna manera que no sé, porque eran solo montañas, pero eran infinitas. El valle era infinito, pero era sólo un valle y no había nada que esperar, salvo el sonido en medio del silencio, y el silencio en medio del silencio. Voz ¿dónde te has ido? Has de estar en el sol. Si. La observé en el sol, por unos instantes y me dijo, me dijo "adelante, e
Adelante
Encuéntrame
, me dice.
Y luego el sol es borraso y es solo el sol. Entonces, espero.
silencio
silencio
silencio
Pero no encuentro el silencio. Está por todos lados, pero no lo encuentro. ¿Qué era esta voz? ¿Quién es? Espera por una pista durante horas. Me dijo la voz que vendría instantáneamente. Me puse a deambular, perdido, tan perdido que ya no lo estaba, como quien deambula sin dirección entre tanta niebla que ya la niebla no es niebla, sino cielo, cielo.
En un momento caminando, oí ruidos. Me acerqué hasta una esquina del paisaje, donde la montaña se derramó en el valle. Un destello, y de arrepentimiento
no nació exactamente, pero tampoco fue como si siempre hubiera estado allí. Simplemente su aparición fue, fue como la luz en el agua. Una estrella volando veloz ya salta como un insecto, como si rebotase en los confines del valle nocturno. Iluminó mi frente y no supe si tenía los ojos abiertos o cerrados. Dio unos saltos rápidos y su desaparición fue sólo una continuación de su vuelo. Apareció sin haber aparecido ni desaparecido. Y luego, las criaturas de fuego, luminosas, que en ningún momento me miraron, que huyeron luego o antes de mirarme.